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La industria del automóvil británica, en contra de un Brexit no pactado

07/09/2019 11:48

La industria británica del automóvil ha manifestado su oposición a un Brexit sin acuerdo y piden encarecidamente que una prórroga para negociar una salida ordenada de la Unión Europea.

La marcha precipitada y tumultuosa que parece ser la preferencia del primer ministro, el peculiar Boris Johnson, sería fatal para el sector y para la economía británica, como ya adelantamos en marzo de este mismo año.

El enfrentamiento entre Johnson y el Parlamento es evidente. El primero ha conseguido que la Reina firme la 'suspensión del parlamento' hasta mediados de septiembre –la soberana no tenía otra salida–, pero mientras no es efectiva, el Parlamento ha puesto en marcha una moción que prohíbe al primer ministro un Brexit sin negociación y le obliga a negociar.

Las secuelas económicas ya han comenzado a notarse en muchos sectores. Inversiones previstas están congeladas o anuladas, empresas que se deslocalizan al continente y advertencia de algunas multinacionales de abandonar la isla.

En el caso del automóvil, los coches producidos en Gran Bretaña se verían gravados por aranceles en el mercado europeo y ello les restaría competitividad comercial. Tanta, que su producción se trasladaría a otras plantas europeas o en otros continentes.

La en su día pujante industria británica ya no está en manos británicas. Sólo algunas marcas artesanales persisten. Pero las grandes fabricas son propiedad de grupos extranjeros. Por ejemplo, Jaguar y Land Rover, de Tata; Vauxhall es el nombre con que los Opel se comercializan en Gran Bretaña y, por tanto, de PSA; Lotus es propiedad de Geely; Bentley es de Audi; Rolls-Royce y Mini, de BMW; y Aston Martin está en manos de inversores italianos mayoritariamente. Además, Nissan, Toyota y Honda tienen sus plantas europeas más importantes.

Toyota ya ha hecho saber que en el momento de Brexit suspenderá la producción de su planta británica. Nissan puede hacer lo mismo y, de momento, no ha asignado ningún nuevo modelo a su planta británica. Por su lado, BMW adelantó el 'parón veraniego' de sus fábricas de Rols-Royce y Mini a abril. PSA ha confirmado que sus fábricas en Gran Bretaña seguirán en funcionamiento, pero a expensas de cómo se produzca el Brexit, mientras que Honda cerrará la fábrica de la localidad de Swindon en 2021

Algunas marcas que ya han realizado inversiones deben mantenerse, como es el caso de Nissan, que debe comenzar a fabricar el nuevo Juke en Sunderland en octubre, o Mini para lanzar su versión eléctrica y Aston Martin para comenzar a fabricar su primer SUV en una nueva fábrica. El temor de que haya problemas de componentes también está presente.

"Salir sin un acuerdo sería el peor escenario. Si se necesitan un par de meses más para llegar a ese acuerdo, creo que la industria podría soportarlo", ha dicho Mike Hawes, CEO de la asociación de la industria automotriz SMMT, quien también ha apuntado que "las nuevas inversiones se han detenido porque se teme que no se llegue a ningún acuerdo. Y si eso es así, será muy complicado que los inversores vuelvan a confiar en nosotros".

No obstante, también habrá problemas para muchas marcas europeas, sobre todo las alemanas, que venden algunos cientos de miles de vehículos a Gran Bretaña y podrían ver muy mermada esa cifra.

El tema también afecta a la Fórmula 1. La mayor parte de equipos están radicados en Gran Bretaña. Se estima que casi 5.000 personas viven directamente de la F1, ya sea trabajando para los equipos o para proveedores, y buena parte no son británicos, lo que puede causar un auténtico 'terremoto' en la categoría; sin embargo, a priori para la F1, los problemas serían más de orden administrativo y burocrático, de facilidad de circular por Europa, de la obtención de visas de trabajo para sus empleados no británicos.