Con el bZ4X, Toyota empieza a saldar su deuda con los eléctricos

Toyota es hoy en día el mayor fabricante de coches del mundo, pero aún iba con retraso frente a sus rivales directos en la adopción de esta nueva tecnología.

Si Volkswagen presentó el ID.3 en 2019 y desde entonces ha centrado sus esfuerzos en expandir su familia eléctrica –ID.4, ID.5, ID.6–, Toyota se había quedado anclada en los coches híbridos.

Pero sí parece evidente que los japoneses quieren jugar la carta de una transición más pausada y natural, coincidiendo su apuesta por los BEV con el momento de eclosión de esta tecnología, en lugar de por una adopción temprana.

En ese sentido, es diferente la posición de Toyota que la de Volkswagen. Toyota parte del liderazgo en el campo híbrido y ya posee una imagen ecosostenible, mientras que Volkswagen todavía está pagando las consecuencias de imagen derivadas del Dieselgate, que la han obligado a hacer grandes gestos para renovarse.

En este sentido, el nuevo bZ4X es tan sólo la punta de lanza de una familia eléctrica que se llamará BZ –Beyond Zero, más allá de cero emisiones– y que tendrá como mínimo nueve vehículos más además del que ya hemos conocido este mismo viernes.

Toyota ha registrado los nombres bZ1, bZ2, bZ3, bZ4 y bZ5 con sus equivalentes crossover, que añadirán una 'X' al nombre. De ahí que el modelo que la marca ha dado a conocer hoy se llame bZ4X. Aún no existe un calendario de lanzamiento para todos ellos.

La marca japonesa seguirá previsiblemente el ejemplo de Volkswagen y se dedicará a exportar al resto de eléctricos la plataforma que ha debutado en el bZ4X, conocida como e-TNGA, así como sus mismos motores y tecnología de celdas de batería.

Esto es lo que permitirá a priori que Toyota acelere rápidamente su implantación en este mercado, siguiendo el ejemplo de una VW que en los últimos tiempos también ha pisado el acelerador –en 2019 debutó el ID.3, en 2020 el ID.4, en 2021 el ID.4 GTX, previsiblemente el ID.5 e ID.5 GTX, ID.6–.

Toyota aún no ha anunciado el precio del nuevo bZ4X, pero sí ha dicho que su batería será un 30% más barata que en la actualidad y que su precio se reducirá otro 50% a finales de década, lo que debería permitir corregir el sobrecoste que los eléctricos tienen en la actualidad.

La marca invertirá unos 11.000 millones de euros en el desarrollo de esta tecnología hasta 2030 y ya está trabajando en una nueva celda de batería que debutará en la segunda mitad de la década, previsiblemente para conseguir una mayor autonomía y una reducción notable en el coste.

Durante este periodo también presentará al mundo su batería de estado sólido, que en la actualidad está siendo sometida a un programa de pruebas. Si se cumplen las previsiones, llegará al mercado a partir del año 2025.