Desmontando las remontadas

13/11/2017 08:22

Personalmente, sin embargo, no hubiera seleccionado ni a uno ni a otro. El carrerón fue el de Fernando Alonso. Sólo octavo, sí, pero segundo de los 'mortales' o mejor dicho, de los otros, de los que tienen un coche 'normal' o un 'motor anémico', ese que le impidió superar en los últimos giros a Felipe Massa para acabar séptimo. Los que me siguen saben que he sido bastante crítico con el asturiano y que no me gusta regalar nada. Su ritmo fue muy bueno en un circuito en el que la larga recta de subida, impresionante subida, pone en evidencia la potencia de los motores.

Me explicaré. En Interlagos quedó muy pero que muy clara, la jerarquía. Mercedes y Ferrari, Ferrari y Mercedes, claramente por delante; Red Bull un paso por detrás en cuanto la potencia del motor cuenta más que las bondades del chasis. Y luego, a años luz, los demás: Massa, Alonso y Sergio Pérez, casi doblados por el ganador…incluso diría que los cuatro primeros.

¿Por qué digo esto? Los incidentes de la primera vuelta lo explican todo. El safety car inicial y la lentitud de Sebastian Vettel en la relanzada de la carrera -frenó a todos para no verse sorprendido, hizo que Lewis Hamilton iniciara la cuarta vuelta a sólo 4''7 del líder. Y Daniel Ricciardo, pese a su trompo inicial y parada en box, a poco más de seis segundos.

En otro circuito quizás hubieran tenido algunas dificultades, pero en Interlagos adelantar a final de recta, sobre todo si cuentas con el motor más potente, es sencillo: la larga recta de ascenso y la recta trasera relativamente larga, ambas con su zona de DRS facilitan la maniobra.

Como muestra un botón: la velocidad punta de Vettel en el 'speed trap' fue de sólo 315 kilómetros/hora, seis menos que la de Kimi Räikkönen….. o diez menos que las puntas de ¡¡¡¡Alonso!!! Y Hamilton. En Brasil el DRS hace milagros y Alonso pudo usarlo muchas veces, aunque fuera insuficiente para superar a Massa, mientras que Vettel, casi nunca.

Lo dicho sirve también para Ricciardo. Sólo que la menor potencia del motor Renault, entre 40 y 50 caballos menos que el Mercedes, no le permitía llegar y adelantar como a Hamilton. Los diez segundos de retraso que Ricciardo tenía al relanzarse la carrera con respecto a Max Verstappen se convirtieron en 18 al final; el australiano perdió algo más de tiempo en los adelantamientos.

Está claro. En Interlagos Ferrari y Mercedes estaban en otra galaxia; Red Bull en 'tierra de nadie' y los demás lejos, muy lejos. Estaba claro que Hamilton  debía remontar; quizás sin el 'safety car' no hubiera llegado a cuarto y se hubiera tenido que conformar con ser quinto o sexto, porque habría tenido que neutralizar esos casi 20 segundos que se pierden al salir de boxes…y hubiera tenido que doblar a tres o cuatro coches más. 

Por todo esto valoro más la carrera de Fernando. Y comulgo con lo que digo en el pasado, y en varias ocasiones, el asturiano: hay días que un quinto puesto tiene más mérito que muchas victorias. En Brasil fue un octavo, pero fue de estos grandes premios. Y quizás lo mismo se podría haber aplicado a otros GP de la temporada.

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