GP de Bélgica - Carrera

Hamilton reina en Spa con podio de Grosjean tras un reventón de Vettel

Víctor Serrano
23/08/2015 15:36

Cogió el cetro, se puso la capa, se sentó en su trono y no lo dejó escapar. Esta vez no. No iba a permitirse otro tropiezo como el que estuvo recordando durante todas las vacaciones. Ni tampoco un disgusto como el que vivió entre los mismos bosques de las Ardenas en 2014. Salía desde la Pole por décima vez esta temporada y todo tenía que marchar bien. Y tanto fue así que la película de Spa tuvo un guion que bien pudo escribir el propio Hamilton. El líder. El rey.

Antes de que llegara su mayor preocupación, la salida, los lamentos visitaron a otros equipos. Primero a Force India, cuando Hülkenberg se quejó de falta de potencia antes incluso de llegar a la parrilla. Tan grave fue que no pudo poner su coche en marcha y hubo que abortar la salida. Y antes de que se retomara, Sainz sufrió contratiempos parecidos e inició la carrera desde un pit lane en el que acabaría siete vueltas antes del final en otro golpe de mala suerte.

Una vez que los monoplazas volvieron a tomar posiciones en la parrilla y el semáforo se apagó, los problemas llegaron a Mercedes, pero no a Lewis, sino a Rosberg. Un patinazo sin fin de sus ruedas le llevó a tomar La Source en la quinta posición. Ahí, se desvanecieron las esperanzas de Nico y comenzó el paraíso para el británico. Sin más oposición que un inesperado intento de adelantamiento de Pérez la primera vez que pasaron por Kemmel, Hamilton hizo camino.

El líder del Mundial llegó a contar con más de ocho segundos de ventaja sobre su compañero que llegaron a reducirse a casi dos después de que se acabara el periodo de Safety Car virtual al que obligó el abandono de Ricciardo, que vio como RB11 se apagaba en plena chicane. Pero luego, ante la amenaza de Nico y de las nubes que iban encapotando el cielo belga, Lewis metió la directa para cruzar la meta en su lugar preferido. Resultado: 28 puntos de renta.

El de Lotus, que partió con una penalización de cinco posiciones, mostró un ritmo que por momentos estuvo a la altura del de Mercedes y parecía no tener rival por el podio al dejar atrás a Daniel y Sergio. Pero se encontró un rival con el que no contaba: el SF15-T de Seb.

Ante la falta de rendimiento, en Ferrari sabían que tenían que jugársela para repetir podio, y eso hicieron. Pararon en la vuelta 17 al alemán por primera y última vez. Sus tiempos y sus neumáticos medios lucían bastante bien para todo el tiempo que llevaba con ellos, pero, en el penúltimo giro, cuando veía cumplido su objetivo, el trasero izquierdo dijo basta. Un reventón en el Raidillon, que recordó al de Rosberg el viernes, le quitó el podio para dárselo a Romain.

21 meses y 30 Grandes Premios después, el francés volvió a recordar lo fantástico que es lucir sonrisa al recoger un trofeo. Fantástica noticia para Lotus que compensó con creces el séptimo abandono de Maldonado. La emoción no acabó con el tercer puesto del francés. Por detrás, llegó un Kvyat que parecía envuelto en llamas para finalizar cuarto. Bottas, Räikkönen, Massa y Pérez vieron pasar su estela y nada pudieron hacer para evitar otro gran resultado del ruso.

A Daniil le salió un imitador. Verstappen llegó al final igual de encendido, sin embargo, no pudo controlar ni su ímpetu ni su coche en la frenada de Kemmel y se quedó octavo tras Kimi. Nada mal teniendo en cuenta que salía antepenúltimo. Valtteri, que provocó la imagen del día al rodar con una rueda media infiltrada en un juego de blandos, por lo que recibió un Drive Trough, fue noveno, y Ericsson se llevó el último punto al igual que hiciera en Hungría.

Con los Sauber llegó a pelear a Alonso, que completó una salida marca de la casa ganando seis posiciones. Pero, por más que se empeñara en intentar acabar por delante de algún coche de Hinwill, su McLaren siempre le ponía en su sitio. Y ese, en Bélgica, está por delante de los Manor. Ahí, cerrando la carrera, Merhi acabó diez segundos antes que Stevens. El Mundial ya ha vuelto a ponerse en marcha, y Hamilton, a sacar brillo a su ya reluciente trono.