CAMBIO CLIMÁTICO Y F1

2019, el año del despertar climático para la F1: reciclarse o morir

30/12/2019 10:03

2019 ha sido, en muchos sentidos, el 'despertar climático' para la Fórmula 1. El mundo se mueve hacia lo eléctrico y, de la misma manera, que la industria ha avanzado a pasos agigantados en ese sentido durante este ejercicio. Para el Gran Circo ha sido imposible aislarse de la realidad; ha llegado la hora de actuar.

'Electromovilidad' fue una de las candidatas a ganar el premio a la palabra del año de la Fundéu este 2019 y es que, desde enero, no hemos dejado de escucharla. Mientras los ciudadanos se acostumbraban al nuevo y polémico Madrid Central y en las calles aumentaba la oferta de alquiler de coches eléctricos y los patinetes eléctricos, la Fórmula 1 observaba con detalle para tomar nota de todo su entorno.

El Gran Circo ha visto cómo uno de sus equipos –Mercedes– ha debutado en Fórmula E –y cómo no le ha ido nada mal– y ha sido testigo del gran crecimiento de la categoría eléctrica, a la que sigue sin ver como rival.

También ha sido el año del nacimiento de campeonatos tan revolucionarios como la Extreme E, creada para la conciencia social sobre el cambio climático, y de anuncios de la hibridación de una de las categorías de primera línea, el WRC, para 2022; de la electrificación del rallycross y del inicio de conversaciones sobre una categoría de prototipos eléctricos en la IMSA

A todo esto se ha sumado la presión de uno de sus pilotos más influyentes, Lewis Hamilton, convertido a vegano hace un par de años y cada vez más activista contra el cambio climático. Uno de sus mensajes, el pasado octubre, llegó como una bomba. El piloto aseguró que sentía ganas de dejarlo todo ante la impasividad del mundo sobre la destrucción del Planeta. Sus palabras calaron hondo y claro, cumplieron su objetivo.

Hamilton rescató el tema del que hablaba todo el mundo a sólo dos semanas para la presentación de la normativa 2021 de la Fórmula 1. Liberty lo vio como el momento perfecto para enviar el mensaje de que harían un 'lavado de cara' a la F1, pero necesitaban tiempo. En octubre, cuando presentaron las reglas, no concretaron su para mejorar el equilibrio ecológico, pero sí que ya transmitieron sus intenciones de volverse más verdes.

A partir de ahí, Liberty trabajó a marchas forzadas para presentar un ambicioso programa para borrar su huella de carbono en 2030 y lo presentó en noviembre, justo cuando el tema estaba en boca de todos.

Algunos pilotos –como Sebastian Vettel– apoyaron el mensaje de Hamilton. Otros, como Fernando Alonso, aseguraron que no tenía mucho sentido pedir actuación contra el cambio climático viajando tanto como viaja un piloto de Fórmula 1.

También hubo quien se esforzó en explicar que la defensa del medioambiente y Fórmula 1 no son dos conceptos incompatibles, como aseguró Toto Wolff, que reveló el mes pasado, en declaraciones para el diario alemán Spiegel, que sus dos hijos están muy comprometidos con la causa y que suelen hacer huelga en los llamados 'Friday for future', iniciativa creada por la activista Greta Thunberg que ha lanzado a las calles a miles de niños cada viernes desde el pasado verano.

Que Wolff y Hamilton hablen del tema importa por la relevancia de ambos dentro del paddock y también el discurso de una personalidad como Sebastian Vettel, que incluso ha reconocido que no le importaría sentarse a comer con Thunberg. "Es genial que la juventud esté comprometida, también es necesario que alguien se levante y dé un paso adelante", asegura el tetracampeón, padre de tres hijos.

De este modo, esta claro que la F1 no puede mirar a otro lado ni lo hará, aunque, como defiende Carlos Sainz, tengan el motor híbrido más eficiente del mundo y se hable tan poco de él. Adaptarse o morir, de eso va esto y el Gran Circo ya es consciente de ello.