Verstappen, a por su segundo título 'a lo Schumacher'

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Casualidad o no, lo que hemos visto hoy es una ‘repetición’ de lo que ocurrió en el año 1995: Verstappen ha remontado este domingo desde la decimocuarta posición hasta la victoria en Spa-Francorchamps y va a por su segundo título consecutivo; Michael Schumacher hizo algo similar en el GP de Bélgica 1995 –clasificó decimosexto y ganó la carrera– y también logró a posteriori su segundo título seguido.

Lo que ha hecho hoy Verstappen es una clara demostración de su superioridad en cuanto a ritmo y gestión de una carrera. Es cierto que el Red Bull estaba hoy en otra liga, pero lo que no parece posible para cualquier otro ‘mortal’ es pasar de la decimocuarta plaza a la novena en la primera vuelta… ¡y a la tercera –justo detrás de Pérez y Sainz– en sólo nueve vueltas!

No contento con ello, en la duodécima vuelta ha pasado a Sergio Pérez para liderar la carrera y, pese a llevar unos neumáticos blandos que tenían hoy mucha degradación, ha abierto un sorprendente hueco de aproximadamente cuatro segundos sobre su compañero de equipo antes de pasar por el Pit-Lane para cambiar sus gomas.

Poco después del pit-stop, el ‘infernal’ ritmo de Verstappen ha quedado demostrado cuando, en sólo un par de vueltas, ha conseguido recortar los más de cuatro segundos de diferencia que tenía respecto a un Sainz que había parado antes. En la vuelta 17, con DRS en la recta de Kemmel, el vigente campeón del mundo se ha deshecho del piloto madrileño con relativa facilidad para volver a liderar la carrera.

Es decir, Max Verstappen ha tardado sólo 17 vueltas en pasar de la decimocuarta posición a la primera ‘real’ –en la vuelta 12 estaba virtualmente detrás de Sainz, ya que tenía que hacer su parada–. Una actuación antológica que, obviamente, habla bien del rendimiento del Red Bull RB18, pero sobre todo del neerlandés.

Si el dominio de Max hubiese sido únicamente por coche, Sergio Pérez podría haber pasado fácilmente a Carlos Sainz en el primer ‘stint’, pero no ha podido hacerlo hasta la vuelta 21, casi en el ecuador de la carrera y ya muy por detrás de su compañero de equipo.

Pero, si algo hay que destacar hoy de la actuación de Verstappen, es su gestión de los neumáticos y de la carrera en general. Cualquiera diría que es imposible meter cuatro segundos a todo un carrerista y gestor de gomas como Pérez con unos blandos que empezaban a sufrir mucho ante los medios, pero lo ha hecho. Y lo que ha venido después ha sido un ‘martillo pilón’, vuelta a vuelta en otro mundo respecto a todos.

Como ya hizo Schumacher en el año 1995, hoy Verstappen ha dado un golpe moral a sus rivales en su camino hacia el segundo título. Quedan ocho carreras, pero todo parece prácticamente decidido ya a favor de Max.