España está a la cola de Europa en electromovilidad

Algunas asociaciones como ANFAC –Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones– apuntan que, aunque el desarrollo de los vehículos impulsados por nuevas tecnologías ha experimentado notables avances en España en los últimos diez años, estamos todavía lejos de otros países de nuestro entorno y de un avance que impulse el desarrollo real del vehículo eléctrico. Esta tardanza de reconversión se cimenta, entre otras causas, en la lentitud de Europa en general y de España en particular, en crear una red de recarga pública que cumpla con las exigencias de los consumidores.

Según la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles –ACEA–, en Países Bajos existen actualmente más de 66.665 puntos de carga eléctricos, un 29,7% de los que existen en la UE, seguido de Francia con 45.751 –20,4%– y Alemania, con 44.538 unidades –19,9%–. Estos datos indica que estos tres países concentran el 70% de todas las estaciones de carga para vehículos eléctricos de Europa, algo muy relevante ya que suponen sólo 23% de la superficie del continente. En la otra cara de la moneda aparece Rumanía, seis veces más grande que Países Bajos, y que solo cuenta con 493 puntos de carga. 

En declaraciones de hace apenas unos días, el presidente de ACEA y consejero delegado de BMW Group, Oliver Zipse avisó de que "las ventas de coches eléctricos se multiplicaron por más de diez entre 2017 y 2021, mientras que el número de cargadores públicos en la Unión Europea creció menos de 2,5 veces en el mismo período. Si esta situación no se aborda urgentemente, nos encontraremos con un obstáculo enorme muy pronto". El incremento en adquisiciones de este tipo de vehículos es tal que el coche más vendido en diciembre de 2021 en Europa era un eléctrico, concretamente el Tesla Model 3.

Por su parte, el director de ACEA, Eric-Mark Huitema comentó que "ha llegado el momento de que los gobiernos de toda Europa aceleren la carrera hacia una movilidad más ecológica" al tiempo que avisó de la dificultad de cumplir con los objetivos de CO2 para 2030.

Para comenzar a hacer frente a la compleja situación que vive la movilidad eléctrica en Europa, Tesla empieza a abrir sus Superchargers al resto de coches eléctricos, como parte de una prueba piloto que, de confirmarse su viabilidad, aportaría una mayor capacidad de servicio.

LA SITUACIÓN EN ESPAÑA

El último estudio, publicado por ANFAC, pone de manifiesto que España contaba a finales de 2021 con unos 13.400 puntos de recarga públicos –cuando tenían que ser más de 28.000– y con el objetivo marcado por el Gobierno para 2023 de 100.000. Durante el pasado año se instalaron 4.866 nuevos puntos de recarga. 

De igual manera, el 88% de la red actual de recarga pública está asociada a potencias iguales o inferiores a –22 kilovatios–, es decir de carga lenta. A cierre de 2021 existen sólo 109 puntos de recarga rápida – con potencias superiores a 150 kilovatios– en las carreteras y ciudades de España. Este tipo de puntos son fundamentales para impulsar el crecimiento del coche electrificado y otorgar unos servicios de recarga en tiempos reducidos lo más cercanos posibles al repostaje de un vehículo de combustión.

Según el barómetro de electromovilidad de ANFAC, en 2021 se logró un crecimiento de 8,9 puntos en puntos de recarga, alcanzando un total de 27,5 puntos sobre 100; una cifra que queda muy lejos del experimentado en el conjunto de los países europeos, que crecen 21,9 puntos de media y cierran el año con una valoración en 61,2 puntos. 

En comparación con otros países europeos, España dispone de 0,4 puntos de recarga por cada 1.000 habitantes de población motorizable mientras que países como Alemania o Francia disponen de un 0,9 y 0,7 respectivamente.

Por su parte el sector de la automoción, en España, indica que la necesidad de cargadores de acceso público para final de la década superará los 340.000, un cifra que implicaría instalar más de 36.000 cada año, sin contar los de acceso privado.

Actualmente, en España hay cerca de 150.000 vehículos eléctricos, menos del 0,5% del conjunto del total, y aún lejos de los 250.000 a los que aspira el Gobierno de cara a 2023.

De igual manera, este lento avance de la electromovilidad sitúa a España lejos del objetivo planteado por el plan nacional integrado de energía y clima –PNIEC– para alcanzar un parque de 5 millones de vehículos electrificados en 2030 de los que 3,3 millones corresponden a turismos y vehículos comerciales. 

Como señala ANFAC, durante 2021, España ha alcanzado una valoración de 45,9 puntos sobre 100 en el indicador de penetración de vehículo electrificado, que representa un crecimiento de 14,3 puntos respecto al año anterior. A la cabeza del ranking de adquisición de vehículos nuevos se mantienen Madrid, Cataluña e Islas Baleares.

Aún así, y a pesar de que el mercado electrificado español ha logrado aumentar su cuota hasta casi el 8% del total de las ventas, todavía se sitúa muy lejos de otros competidores del entorno europeo, como Alemania –26%–, Francia –18,3%– o Portugal –19,7%– con mayor penetración de este tipo de vehículos.

En un encuentro que tuvo lugar el pasado mes de octubre María Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo, defendió que "queremos un país moderno y líder en grandes transformaciones y sin duda es un reto difícil, pero tenemos una gran oportunidad y si trabajamos juntos en esa colaboración reforzada público privado estoy segura que lo vamos a lograr. A propósito de estas declaraciones el director de ACEA, Eric-Mark Huitema "nuestros sectores están comprometidos con la electrificación. España puede hacerlo. El dinero nunca ha sido un problema porque la electrificación es el futuro y todos quieren invertir".