Historia de los logotipos VII: resto de Europa

Es el caso de Corea del Sur y marcas como Hyundai o KIA, que a base de sumar calidad a sus productos y gracias a un excelente ejercicio de notoriedad, han conseguido penetrar en lo más profundo de los continentes y no sólo de Asia. España, si bien no cuenta con firmas importantes más allá de SEAT –de propiedad alemana–, se ha convertido en el octavo país del mundo que más vehículos produce. Pero sin duda, es China la región que más destaca en este sentido, llegando a consolidarse en el año 2012 como el primer fabricante global y con la mirada cada vez más centrada en Europa y América. Tarde o temprano, los veremos por nuestras calles.

Una vez ya hemos conocido la historia de las marcas de Alemania, Italia, Reino Unido, Francia, Japón y Estados Unidos, hemos llegado a los últimos dos artículos sobre el significado de los logotipos, cerrando así una saga que esperamos os haya gustado y de la que hayáis aprendido muchas curiosidades. De este modo, sólo nos queda hablar del origen de los principales fabricantes de otras zonas del planeta y de sus emblemas, mas se reducen precisamente a lugares como Europa y Asia. Primero veamos los más conocidos del Viejo Continente:

DACIA: LA REVOLUCIÓN DEL BAJO COSTE

Aunque se suele asociar con Francia por su pertenencia a Renault, esta es una marca de raíces rumanas y relativamente joven, ya que apenas cuenta con 50 años de trayectoria pese a que ha pasado los últimos 20 bajo la dirección de la multinacional gala. De hecho, Dacia –que toma su nombre de la forma en como los romanos llamaban a la región de los Cárpatos– inició su actividad construyendo turismos para su mercado nacional y otros minoritarios de Europa del Este a partir del chasis del Renault 12, proceso que le valió su compra por el susodicho gigante francófono y que sigue implementado hoy en día a una escala mayor y considerablemente más tecnológica, eso sí, manteniendo su esencia low-cost. Precisamente de aquel modelo, el Renault 12, surgió el distintivo de Dacia, ya que se trataba de una berlina en cuya calandra frontal se exhibía una moldura cromada en forma de cesto donde se incorporaba el escudo romboidal del fabricante parisino.

KOENIGSEGG: UN SUEÑO HECHO LEYENDA

A Christian von Koenigsegg, un sueco natural de Ängelholm, no le convencía ningún superdeportivo de todos cuantos podría comprar cuando fuese un chico grande y millonario, así que comenzó a crear el suyo propio con tan solo 22 años. Anteriormente, ya había construido un kart y modificado varias motocicletas durante sus tiempos libres, obras por las que llegó a ser conocido en su tierra. En 1994 terminó su proyecto maestro, motivo por el cual fundó una firma automovilista con su apellido. Hasta la fecha, Koenigsegg ha lanzado casi una decena de bólidos, alguno de los cuales cuenta con el récord de aceleración y parada para vehículos de producción –si bien está limitada a dos unidades al mes–. Mientras varias empresas escandinavas –y sólo escandinavas– fabrican piezas especiales para sus coches, en la fábrica-laboratorio de esta marca no hay más de 50 personas trabajando y sus ingresos corporativos radican principalmente en las patentes. Como no podía ser de otra forma en un fabricante tan asociado a su creador, el emblema de Koenigsegg representa el escudo heráldico de su familia.

LADA: LA AUSTERIDAD LLEGA EN BARCO

Es imposible hablar de la industria soviética sin hablar de Lada, una marca de vehículos rusa que anteriormente se conoció como AvtoVAZ y que actualmente pertenece a Groupe Renault. Desde su fundación en 1966 –plena guerra fría–, esta firma se caracteriza por crear automóviles muy económicos y con diseños perennes a lo largo de las décadas, algunos de ellos empleados por las autoridades moscovitas. Aunque su mercado se reduce fundamentalmente al doméstico, esta compañía ha llevado varios de sus modelos más conocidos –como el Niva 4x4– a Latinoamérica y contados países del arco mediterráneo entre los que se encontraba España. En ruso medieval, "lada" quiere decir "barco", que es precisamente la figura que aparece en su logotipo, pues este era el medio de transporte habitual en las zonas aledañas al río Volga, a orillas del cual se encuentra la sede de este fabricante casi autárquico.

SAAB: MITOLOGÍA ESCANDINAVA

Svenska Aeroplan Aktiebolag empezó en 1937, como su propio nombre indica, construyendo aviones que formarían parte de las líneas de defensa aéreas del ejército sueco. No obstante, con el paso de los años y con la diversificación de sus actividades industriales, esta compañía entró en el sector del automóvil y se empezó a conocer como SAAB debido al acrónimo que se deriva de su denominación. Con todo y pese a ser una marca que despuntó especialmente entre los años 80 y 90, a partir de 2008 y en propiedad de General Motors, sufrió una de las quiebras más célebres de la historia del automóvil, siendo comprada por Spyker, un pequeño pero pudiente fabricante de deportivos neerlandés que poco después se asociaría con la empresa china NEVS para relanzar la marca en clave eléctrica aunque conservando gran parte de su esencia nórdica. En cuanto a su emblema, comenzó representado un bombardero debido al origen "bélico" de la corporación, mas desde 1985 se trata de un grifo, animal mitológico con poderes sobrenaturales –muy popular en Suecia– que comparte con los camiones de Scania.

SEAT: CÓMO MOVILIZAR TODO UN PAÍS

El fabricante con mayor volumen de ventas de nuestro país fue fundado por el ya extinto Instituto Nacional de Industria en 1950 bajo el autoritarismo franquista, en Barcelona y con el nombre jurídico de Sociedad Española de Automóviles de Turismo que, entre otros hitos, puso a toda una nación sobre ruedas gracias al modelo 600, un utilitario económico construido sobre la plataforma del FIAT 500, fruto de una alianza industrial entre España e Italia. Desde 1986 y tras varias décadas sin progresos o innovación, el grupo alemán Volkswagen adquirió una participación mayoritaria de la compañía que, hasta entonces, sólo vendía sus productos en la Península Ibérica, Baleares y Canarias. A lo largo de sus 68 años de historia, la insignia de SEAT ha cambiado en diversas ocasiones, desde un símbolo casi idéntico al de FIAT hasta la ese simétrica y de estilo modernista –guiño a la arquitectura de la Ciudad Condal– que conocemos desde 1980 tras la ruptura con la casa turinesa, si bien ha ganado brillo y corpulencia últimamente.

SKODA: SIMPLICIDAD A MODO DE PRESENTACIÓN

Para algunos podría ser un pájaro volando, para otros la cabeza de un gallo, pero son pocos los que aciertan con el significado de la insignia de esta firma checa, una de las más antiguas del sector, que nada tiene que ver con un animal. En realidad, este distintivo tan abstracto como original simboliza una fecha alada cuyo origen se remonta a 1926, cuando esta empresa comenzó a fabricar automóviles sustancialmente rápidos y aerodinámicos, pues desde su creación en 1895 su negocio se focalizó en las bicicletas debido a un "ataque de orgullo" de Václav Klement, fundador de la compañía, por una marca alemana de este tipo de vehículos sin motor que le vendió un producto en mal estado –inicio, por tanto, parecido al de Lamborghini–. Para tal hazaña, este empresario se asoció con un experto en la materia, Václav Laurin, y más tarde, con el reputado ingeniero Robert Bosch, etapa a partir de la cual se propulsaron sus proyectos y, tiempo después, consiguió un inmenso renombre en el ámbito de la fiabilidad pese a quedar bajo el régimen comunista tras la Segunda Guerra Mundial. Con el paso de las décadas, los coches de Skoda evolucionaron hacia un concepto sencillo y orientado al grueso de la población centroeuropea hasta que, tras la caída del muro de Berlín, se uniese a Volkswagen como el fabricante "low-cost" de la matriz germana.

SPANIA GTA: SUPERCOCHES DE PATA NEGRA

Spania GTA Tecnomotive se caracteriza por ser una firma automovilística de nueva generación, además de por ser española –fabrican sus coches en el pueblo valenciano de Ribarroja del Turia– y por crear hiperdeportivos de ensueño con prestaciones cercanas a las de un coche de carreras y de manera 100% exclusiva y artesanal –sólo hay programadas 99 unidades a 900.000 euros cada una–. Siguiendo el ejemplo de otras compañías del sector, su logotipo presenta un animal desde su nacimiento corporativo en 2005: el lobo, símbolo del valor y la ferocidad. Con todo, el haber elegido este mamífero para su emblema no es casual, ya que se trata de una figura también presente en el escudo de armas del apellido de su fundador y propietario, Domingo Ochoa –"Otsoa", en el aquitano del que procede, se traduce precisamente como "lobo"–. Bajo, aparece una bandera a cuadros, estandarte de la competición del motor, en color rojo, asociado a la pasión.

VOLVO: HIERRO, QUE NO MACHISMO

Quizás llame la atención que el símbolo del sexo masculino sea la imagen de marca de un fabricante de automóviles sueco, pero este no es precisamente el significado o al menos la intención con la que se implantó tal emblema en el frontal de los productos de Volvo, una firma con más de 90 años y sede en Gotemburgo. En realidad, Gustav Larson y Assar Gabrielsson, subsidiarios de una empresa de rodamientos por aquel entonces –Volvo significa "yo ruedo" en latín–, querían que su compañía estuviese representada por el símbolo del hierro –del que luego se copiaría el icono varón–. Esto fue así porque ambos sabían que el acero sueco era valorado como pocos en el ámbito internacional y ello procuraría una fuerte percepción de solidez a sus vehículos de cara al cliente, lo cual se ha mantenido hasta nuestros días: Volvo es sinónimo de seguridad y este es el área en el que más invierte. A pesar de que ha pasado por las manos de Ford y ahora depende de la china Geely –sin presencia directa en Europa por ahora–, esta marca mantiene unos estándares de altísimo nivel en todos los aspectos y será la primera europea en retirar los Diesel de su gama.

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