Alex Palou: mi objetivo es ganar, pero tengo los pies en el suelo

Mi objetivo no es otro que ganar y ser campeón en IndyCar, pero sé que comparto esa misma meta con una docena larga de pilotos que este domingo también estarán en la parrilla de salida. De modo que tenemos que mantener los pies en el suelo e ir paso a paso para construir los fundamentos de algo grande. Y eso pasa por comenzar bien este fin de semana.

Es importante que todos tengamos presente que la competitividad de la IndyCar no tiene parangón en ninguna otra competición de monoplazas. Un ejemplo: mi compañero Scott Dixon se proclamó campeón la temporada pasada, pero sólo ganó cuatro carreras. Esto no es como en la Fórmula 1, que si tienes un Mercedes entre manos y no terminas entre los dos primeros es que estás haciendo algo mal. En IndyCar todo es más volátil.

Pasemos lista: estamos los cuatro coches de Chip Ganassi, que pelearemos por todo en cada fin de semana. Luego están los cuatro Penske y los cinco Andretti, de modo que ya somos trece coches con opciones a todo. Y aún no he contado a los McLaren. Eso nos deja una quincena de pilotos, muchos de ellos con décadas de experiencia en esta competición. Y todos los coches son muy competitivos, con diferencias mínimas de rendimiento.

Con tantos sospechosos habituales, es fácil imaginar que habrá fines de semana en los que seremos muy fuertes y tendremos que exigirnos la victoria, y otros en los que tendremos que minimizar daños y pelear por un podio o un sitio entre los cinco primeros, por ejemplo. Es por esto que ser campeón de IndyCar es tan difícil, porque ser hegemónico es prácticamente imposible.

De modo que el objetivo es ganar, pero soy consciente de que habrá ocasiones en las que tendremos que saber apreciar un tercer puesto. La regularidad es lo que marcará la diferencia al cabo de la temporada. Viajo a Barber con esa mentalidad, con la victoria entre ceja y ceja, pero queriendo terminar el fin de semana con la sensación de que no me he dejado nada en el tintero.

Me siento muy integrado en el equipo. Sé que soy el más joven del grupo, pero me han acogido como a uno más. Con los pilotos tengo una relación muy fluida e intento ser una esponja para aprender de su veteranía, y con los mecánicos e ingenieros ya he podido entablar relación.

Creo que acerté de pleno al mudarme a Indianápolis. A nivel personal me gustaba mucho Texas y quería vivir ahí un tiempo, pero ahora se me presentaba la oportunidad de estar en la fábrica y de trabajar a diario con el equipo. Es un cambio a mejor, porque cada vez que voy a la sede puedo coincidir con alguien y trabajar en mi rendimiento. Eso no pasaba hasta ahora. Y no es lo mismo ver a tu gente cuando hay una carrera que hacerlo de lunes a viernes. Acabas desarrollando una cercanía y una confianza especiales que se pueden acabar notando en el circuito.

Creo que estoy en el mejor escenario posible. Tengo por compañeros a Scott Dixon y sus seis títulos de IndyCar, a Jimmie Johnson y sus siete campeonatos de NASCAR, a Marcus Ericsson y su experiencia en la Fórmula 1 y a Tony Kanaan, que es tanto campeón de IndyCar como vencedor de las 500 Millas de Indianápolis.

Es importante que averigüe por qué mis compañeros son campeones. Una cosa es ganar un título, pero cuando has ganado seis o siete es que tú como piloto y trabajador haces tu oficio muy bien. Y yo naturalmente soy joven, pero estoy rodeado de gente de la que puedo aprender cosas.

No me refiero a aprender a usar el freno y el acelerador, sino a lidiar con aspectos personales de la vida de un piloto, a saber prepararte bien para ser competitivo, a saber gestionar situaciones difíciles que nadie te enseña pero que te acabas encontrando en el circuito. Mis compañeros saben mucho de eso y si yo también me empapo de su experiencia seré un piloto más completo.

Antes de llegar a este equipo, tenía el prejuicio de que los campeones quizá se relajaban cuando llegaban a la cima. Pensaba que un piloto que ha ganado seis veces la IndyCar se podía permitir el lujo de ir a otro ritmo, porque ya domina todos los aspectos de la competición y ya lo sabe todo. No podía estar más equivocado. En estos meses de pretemporada he visto que son campeones porque no dejan de trabajar y porque siempre están pensando en cómo pueden mejorar. Scott Dixon y Jimmie Johnson, campeones donde los haya, trabajan con la misma intensidad que un debutante. Todos están siempre por la fábrica codo con codo con el equipo.

Me han acogido de maravilla. Me motivan para mejorar y estar con ellos es una gran enseñanza.

De modo que así llegamos a Barber. Es un circuito que ya me conozco, porque en diciembre hice un primer test con el equipo después de que se anunciara mi fichaje. Ahí pude adaptarme al entorno y al coche, y ver cómo afectan al estilo de conducción los reglajes del equipo. En los test que hemos hecho ya en 2021, por ejemplo, en Laguna Seca y la semana pasada en Indianápolis, hemos trabajado de pleno en la nueva temporada.

Estoy muy contento. Es importante que no nos obsesionemos con los tiempos de los test. Sé que suena a tópico, pero es importante. Sobre todo, en el caso de los entrenamientos de Indianápolis. Lo importante es que estoy contento con todo lo que hemos probado y que me siento a gusto con el coche. Los resultados no importan en pretemporada, pero las sensaciones sí.

Novedades importantes también: este año tendremos dos sesiones de entrenamientos libres. Una pequeña victoria, porque en 2020 por culpa de la pandemia teníamos una única sesión de 60 minutos y luego ya saltábamos a la clasificación. Ahora serán dos sesiones de 45 minutos, pero tendremos mucho tiempo para trabajar en el coche entre ambas. Eso te permite salir a la primera, hacer tu trabajo y probar dos o tres cosas y luego repasar los datos si hay cualquier problema para solucionar las cosas en la segunda sesión. El formato sigue sin gustarme del todo porque creo que no costaría nada estar también en el circuito el viernes y hacer tres sesiones como se había hecho siempre, pero así son las cosas.

A nivel pandémico, creo que viviremos una temporada un poco más normal que la de 2020. Obviamente seguimos condicionados de pleno por el COVID-19, pero en Estados Unidos se está vacunando a un montón de gente. Estamos hablando de millones de personas por día. A los del paddock de IndyCar ya nos han vacunado a todos con la primera dosis y en un par de semanas recibiremos la segunda. La vacunación no es obligatoria, pero si no lo haces te tienes que hacer una PCR cada día y tienes que esperarte un par de horas antes de entrar el circuito para obtener los resultados. Creo que es la decisión correcta, porque viajamos por todo Estados Unidos y estamos en contacto con muchísimas personas. Siempre vamos con precaución, pero cuando haces tu trabajo estás un poco expuesto.

Este domingo, Barber. Esto ya empieza.

LA COLUMNA DE ALEX PALOU: TEMPORADA 2021 DE INDYCAR