Alex Palou: los baches de Detroit no me alejan del podio

Detroit era particularmente difícil por una serie de motivos, pero principalmente porque el año pasado no estaba en el calendario y sólo teníamos una sesión de entrenamientos libres antes de la clasificación. Súmale a esto que quizá es el circuito más bacheado del calendario y te acabas viendo con un coche que se te mueve mucho entre las manos en un momento en el que lo que necesitas es hacer kilómetros y descubrir dónde está el agarre.

El sábado estuvimos un poco perdidos con el balance del coche, pero el domingo por suerte encontramos el camino correcto. Con la experiencia de las 70 vueltas de la primera carrera, cambiamos bastante los reglajes y el coche mejoró mucho. Yo también mejoré algunas cosas por mi parte porque ya tenía más confianza en la pista, de modo que entre todos conseguimos dar un paso adelante que me sorprendió incluso a mí, porque no es nada usual que las cosas cambien tanto en tan poco tiempo.

Algo que nos comprometió bastante fue una sanción de seis puestos por un cambio de motor que tuvimos que hacer en Indianápolis. Ese cambio de motor nos perseguirá el resto de la temporada, de modo que tendremos que gestionar la situación con cabeza para que nos afecte el mínimo posible.

Os explico: en las 500 Millas todos recibimos dos motores nuevos. Uno lo usamos para los entrenamientos libres y la clasificación, mientras que el otro es para el Carb Day y la carrera. Y este último lo arrastras luego a las siguientes rondas del calendario.

Mi motor de la clasificación fue perfecto, pero el de la carrera se nos rompió en el Carb Day. De modo que tuvimos que cambiarlo y montar el de la clasificación para las 500 Millas. No podíamos instalar uno que fuera nuevo porque Honda no tenía más, de modo que volvimos al motor viejo.

Hay un artículo un poco tonto en la normativa que dice que si tienes que cambiar el motor de la carrera de las 500 Millas recibes una sanción en la siguiente carrera, de modo que básicamente corrimos en Indianápolis con un propulsor viejo y además nos llevamos una sanción para Detroit.

Esto no se queda aquí, sino que significa que ahora tengo un motor menos para toda la temporada. Tendré que usar uno nuevo en algún momento del calendario y cuando lo haga recibiré otra penalización, de modo que esto será un dolor de muelas.

Hay quien se pregunta si hubiéramos ganado las 500 Millas de haber tenido el motor nuevo que nos tocaba. Yo creo que quizá no hubiese cambiado nada, pero sí es verdad que cada propulsor tiene unos mapas motor de clasificación que podemos usar durante un determinado número de vueltas en carrera. Yo no los tuve durante la mitad de las 500 Millas y en Detroit fue lo mismo, de modo que en ese sentido sí estamos en inferioridad. No hay nada que podamos hacer al respecto. Es simplemente mala suerte.

En la carrera del domingo hicimos un cambio muy grande. Mejoramos mucho y el poder salir desde delante hizo que la carrera fuera más fácil. Teníamos bastante ritmo e íbamos rápidos, e incluso podíamos atrapar a los coches de delante. En algunos momentos no teníamos el ritmo de Newgarden y Herta, pero éramos el tercer coche más rápido de la pista.

En la primera resalida parecía que teníamos una oportunidad de pelear por la victoria, pero entonces hubo otra bandera amarilla y en la segunda resalida perdimos mucha temperatura en los neumáticos. Las últimas vueltas fueron divertidas y al final conseguimos un podio, que siempre está muy bien y tiene especial mérito cuando el fin de semana ha empezado con tantos problemas.

Aún no sabemos por qué Pato O’Ward fue tan rápido en la segunda resalida, pero sí sabemos que es un tema relacionado con la temperatura de los neumáticos. Ya hemos visto en otros circuitos con Pato y McLaren pueden atacar más que el resto cuando salimos de una bandera amarilla, y eso es porque mientras nosotros vamos con gomas frías y tenemos que ir con cuidado ellos pueden atacar con mucha más confianza. Sabemos lo que es, pero todavía no cómo replicarlo. Seguiremos investigándolo, porque si lo conseguimos podremos estar a la altura.

Este mismo fin de semana hay Road America, que es un lugar que me trae buenos recuerdos porque es donde conseguí mi primer podio en IndyCar. Tengo muchas ganas de ir ahí. Es un sitio que me conozco bien, un circuito permanente, y encima tendremos dos sesiones de entrenamientos libres y un warm-up, de modo que podremos prepararlo todo bien. Eso no quiere decir que vaya a ser fácil, pero al menos sé qué me puedo esperar e intentaremos ir a por la victoria.

Ahora O’Ward y yo sólo estamos separados por un punto en el campeonato, de modo que la pelea está servida. Creo que podremos estar en la brecha hasta el final de la temporada. Necesitamos hacer más carreras como la del domingo, porque si estamos como el sábado no lo conseguiremos. Él hizo un podio en la primera prueba y una victoria en la segunda, de modo que ante esto lo único que podemos hacer nosotros es contraatacar.

Circuitos como Road America o Mid-Ohio son nuestros puntos fuertes en lo que resta de temporada. Son lugares donde ya he competido y donde sé que puedo ser competitivo. Por el contrario, lugares como Long Beach o Portland serán todo un reto porque todavía no he corrido ahí. Pero no pasa nada: si sabemos que ahí sufriremos, lo que tenemos que hacer es cumplir en los sitios donde sabemos que seremos competitivos y donde tenemos más opciones de ganar.

MI INVITADO ESPECIAL EN DETROIT

De todos los periodistas que siguen la IndyCar, quizá el más especial es Asher. Es un niño de ocho años que está empezando en el karting y que no se pierde detalle de lo que ocurre en la categoría. Desde el año pasado ha estado en todas las ruedas de prensa telemáticas y siempre es divertido que me entreviste con el micrófono cuando viene a los circuitos.

Antes de Detroit le pregunté si tenía previsto ir a esa carrera, pero me dijo que no porque ya habían gastado el cupo que tenían para esta temporada y que tendría que seguirla desde casa. De modo que le propuse que le preguntara a su madre si le daba permiso para venir, porque a mí me dan unos pases para invitados en cada carrera y podía traerlos al circuito.

Asher entrevista a todo el mundo. Es muy pequeño, pero no le da vergüenza pararnos por el paddock y hacernos cuatro preguntas. A veces es muy directo, porque si has sido lento te lo dice sin tapujos, pero siempre es divertido hablar con él. Cuando yo era pequeño me hubiera gustado que un piloto me regalase entradas como su invitado, así que todos contentos.

 

 

 

 

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