El 'vía crucis' de Ferrari
La desesperación se palpa en las acciones. No hacen falta acalorados debates sobre si tu piloto ha pronunciado "geni" o "scemi" en una comunicación de radio; los nervios y las reacciones posteriores acaban delatando las urgencias históricas. Hace unos meses llegó el técnico James Allison; ayer, Kimi Räikkönen. El último campeón mundial con la Rossa aterriza con la meta de acelerar la consecución de un título que, en 2013, salvo cataclismo, volverá a celebrarse con latas de bebida energizante.