Michael Schumacher, diez años y la lucha sigue

Michael Schumacher ha sido uno de los grandes de la F1. Aunque algunos de sus récords hayan sido ya batidos, sus siete títulos mundiales no ha sido superados todavía, sólo igualados. Todavía es segundo por número de victorias —91 por 103 de Lewis—. Fue el hombre que hizo que Ferrari girara en torno a él y proporcionó seis años de títulos de Constructores y cinco de Pilotos. Tal era su dominio que Fernando Alonso llegó a decir que necesitaba “ser campeón con Schumacher en pista. Sin él, los títulos valdrían menos”.

Pero ahora hace diez años ya de aquel accidente. Algunas veces parece que fue ayer. Otras, que es algo lejano. Y pese al tiempo transcurrido, ni una filtración. Su estado real sigue siendo un misterio. Aunque tradicionalmente se dice que ‘la ausencia de noticias es una buena noticia’, esta es una de esas excepciones, en las que la ausencia de noticias hace temer lo peor.

SU VERDADERO ESTADO DE SALUD, UNA INCÓGNITA

Lo más reciente que sabemos lo dijo hace tres días su hermano Ralf: “Afortunadamente, gracias a las modernas instalaciones médicas, se puede hacer mucho, pero aun así nada es como antes”, dijo, haciendo hincapié lo mucho que echaban de menos “al Michael de entonces. Ya nada volverá a ser igual”.

A priori, las primeras noticias no hacían pensar en lo que seguiría después. Pero conforme pasaba el tiempo, las cosas parecían ir a peor. Jean Todt, uno de sus grandes amigos, no dudó en llamar a su amigo, el profesor Gilles Saillant, uno de los mejores neurocirujanos del mundo, fundador de una fundación para tratamiento de las lesiones de la médula espinal. Saillant ya había operado a Michael cuando sufrió el accidente en el GP de Gran Bretaña en Silverstone en 1999, en el que se fracturó ambas piernas y el alemán era uno de los donantes de la fundación.

Michael era un consumado esquiador. La prensa de la F1 había podido comprobarlo en Madonna di Campiglio cuando Marlboro y Ferrari organizaban unas jornadas con la prensa, ‘stage pre temporada’. “Por desgracia, la vida no siempre es justa y hubo mucha mala suerte”, señaló Ralf.

                                                                 Michael Schumacher esquiando en Madonna Di Campiglio en 1998 © LAT

Michael sufrió una caída y se golpeó la cabeza contra una roca, ‘fuera de pista’. “El accidente se ha producido alrededor de las 11 de la mañana en un sector sin balizar”, dijo la estación de Meribel, donde sucedió el accidente.

El primer comunicado, emitido por la familia, no llegó hasta casi las 4 de la tarde. “Michael cayó sobre su cabeza cuando se encontraba esquiando en los Alpes Franceses en un viaje privado. Ha sido llevado al hospital, donde está recibiendo atención médica profesional. Pedimos comprensión, pues no podemos dar información continua sobre su salud. Llevaba un casco y no se encontraba solo. Nadie más se vio involucrado en la caída".

La Gendarmería precisó que la caída fue entre las pistas de Biche y Chamois y el choque fue bastante violento, y además confirmó que el caso de gran campeón se había partido. Mientras, el director de la estación señaló que ‘el Káiser’ “estaba consciente, aunque muy nervioso”, cuando recibió los primeros auxilios.

UNA CONSTANTE DE RUMORES A SU ALREDEDOR

Los rumores se dispararon poco después. El Hospital de Albertville estabilizó al paciente, que inmediatamente fue trasladado al Hospital de Grenoble, que contaba con mayores medios, pero al que llegó ya en coma. ¿Hizo perder un tiempo precioso el ir a Albertville? ¿Hubo un error de evaluación en los primeros auxilios? ¿Estaba Schumacher viajando fuera pista o había acudido allí para ayudar a uno de sus compañeros de descenso y al incorporarse para reanudar la marcha cayó? ¿Chocó con otro esquiador? ¿Tuvo que ver las posibles secuelas de una fuerte caída en moto en el Circuito de Cartagena cuando entrenaba para correr el alemán de Superbikes cuatro años antes? Una lesión que le impidió volver a Ferrari para sustituir a Felipe Massa cuando el brasileño tuvo su accidente en Hungría.

La policía, que llegó a interrogar a Mick, entonces con 14 años, que le acompañaba en el descenso, revelaría después que “Schumacher iba a velocidad normal”, tropezó con una roca y cayó. El fiscal que llevaba el caso dijo de Michael estaba esquiando entre tres y seis metros fuera de pista cuando sufrió el accidente. 

El comisario de policía negó intervención de terceros —negando la versión de la familia de que se había detenido para ayudar a la hija de un amigo— y señaló que los esquís estaban en perfecto estado, además de visionar la cámara GoPro que Michael llevaba en el casco. 

Y el fiscal también puntualizó que la pista de Meribel cumplía todas las normas de seguridad. Cabía recordar que en 2009 fue multada por no señalar algunas piedras en la pista.

Los aficionados montaron guardia a las puertas del hospital. Un fotógrafo que intentó colarse disfrazado de cura para obtener una instantánea, fue inmediatamente expulsado. El estado de Michael se mantuvo crítico unos días, las mejoras fueron lentas.

LA VIDA DESPUÉS DEL ACCIDENTE

La familia decidió trasladarlo, cuando su vida ya no corría peligro, a una clínica en Zúrich, de la que un desaprensivo filtró el historial clínico y fue detenido… ahorcándose después en su celda.

Mientras, Corinna, adaptó la imponente mansión familiar con todo lo necesario para que estuviera cuidado en casa como si estuviera en una clínica, con los aparatos necesarios y un equipo de médicos y enfermeros —según Bild el equipo lo componen en la actualidad 15 personas— que se turnan las 24 horas del día. 

Sólo el 9 de septiembre, nueve meses y medio después de su accidente, Michael regresó a casa bajo un  gran secretismo. Desde entonces, las comunicaciones de la familia son mínimas. De tanto en tanto surgen rumores, como los de su traslado a la casa que la familia compró en Mallorca y que había sido de Florentino Pérez. También sobre si está en estado más o menos vegetativo o si está cuadripléjico y no quiere que le vean así.

El muro de silencio es infranqueable y sigue sin saberse nada. Salvo que las consecuencias de todo ello han sido graves, como reveló hace un par de años Jean Todt, posiblemente el personaje más próximo a la familia y que no hace mucho reveló que había visto algunos Grandes Premios con Michael.
“Corinna quiso que Michael viviera y lo ha conseguido, pero con consecuencias”, señaló Todt. Y aunque parece que ha habido algunas mejoras, estás han llevado mucho tiempo para pequeños avances.

Títulos, victorias, retorno… sanciones. Pero yo prefirieron recordar al Schumacher más humano, el que viví, por una noche, el 22 de enero de 2010, un día antes de ser presentado como piloto Mercedes. En los circuitos podía parecer arrogante, distante… pero aquella noche se despojó de la coraza y, por unas horas fue alguien muy cercano .

Diez años ya y la lucha sigue. Los aficionados seguramente ven la lucha del campeón. Yo —y seguro que los suyos— veo la lucha de un hombre… que además es campeón.