Aston Martin tiene esperanzas en Las Vegas: "El AMR24 se adaptará un poco mejor"

El equipo de Silverstone necesita un cambio en las últimas tres carreras del año. De momento, continúa en la quinta posición del campeonato de Constructores, con Alpine a 37 puntos tras el doble podio que consiguieron en Brasil. La idea es que el equipo pueda sumar en este triplete y conseguir que sus rivales se mantengan detrás para terminar como el primero del 'resto' y seguir liderando esa zona media. 

No es un secreto que Aston Martin, Williams, Alpine y Haas compiten por las dos últimas plazas que dan derecho a puntos. El noveno y el décimo puesto son la lucha más factible, teniendo en cuenta la superioridad de McLaren, Ferrari, Red Bull y Mercedes. Pero esa zona, la media, está especialmente apretada. Algo que en la estructura de Silverstone saben. 

"Está muy reñido en esa zona media, así que tenemos que hacerlo todo bien para luchar por los puntos. Conocemos bien la pista y sabemos lo que hace falta para ser competitivos aquí. Los muros están muy cerca y hay un alto potencial de Safety Cars; debemos estar preparados para aprovechar lo que ocurra durante el fin de semana", ha analizado McCullough. 

Y lo cierto es que parece que tienen algo más de esperanza en Las Vegas: "Creo que las características del AMR24 se adaptarán mejor a este circuito que a otros en los que hemos estado recientemente". 

El jefe de rendimiento ha analizado los entresijos de un trazado que conocen poco. A fin de cuentas, el año pasado fue la primera carrera en el circuito urbano que se ha dispuesto en el desierto de Nevada. Así que saben que todavía tendrán que enfrentarse a varias incógnitas. 

"El circuito más parecido a éste es Bakú. Hay muchas curvas de baja velocidad, muy pocas de alta velocidad, y es un circuito que requiere una eficiencia aerodinámica muy alta", ha relacionado. "Hay muchas zonas de potencia limitada en las rectas de las que sale el tiempo por vuelta. El coche tiene que ser rápido en las rectas, no sólo por el tiempo de vuelta, sino también por la competitividad", ha añadido. 

Así que ha dado una de las claves: "Hay que encontrar el equilibrio. Tienes que ser rápido en las rectas, así que intentas reducir la resistencia aerodinámica pero, al hacerlo, reduces la carga aerodinámica, lo que hace que las curvas de baja velocidad sean más difíciles", ha dejado claro. 

Ya han estudiado a conciencia los datos del año pasado. Y han intentado sacar también sus propias conclusiones al respecto. 

"Cuando se frena a más de 300 kilómetros/hora, el piloto necesita confianza para pisar el freno y ralentizar el coche, girarlo y volver a acelerar, y para eso se necesita carga aerodinámica", ha puntualizado. 

"Otro reto del año pasado fue que el asfalto era muy nuevo, por lo que había muy poco agarre, y cuando los neumáticos se desgastaron, el reto fue aún mayor. Ahora el asfalto habrá envejecido, lo que mejora el agarre, y también se habrán utilizado algunos elementos porque es una carretera pública, así que volvemos con el conocimiento del año pasado y el hecho de que el asfalto ha estado allí durante más de 12 meses. Esperemos que ofrezca unos niveles de agarre más parecidos a los que solemos encontrar y que sea más fácil trabajar con él", ha añadido. 

Uno de los grandes retos a los que tendrán que hacer frente los equipos estará en las bajas temperaturas. La carrera es nocturna, en otoño... y eso hará que se enfrenten a uno de los circuitos más fríos del calendario. 

"El año pasado, la temperatura de la superficie de la pista fue de 18°C, la más baja de la temporada, lo que dificulta el calentamiento y el funcionamiento de los neumáticos. Sin embargo, sabemos que podemos evitarlo, y la baja temperatura ambiente también tiene algunas ventajas. Por ejemplo, podemos cerrar algunas de las rejillas de refrigeración del coche y eso proporciona más carga aerodinámica", ha redondeado en su explicación. 

¿SORPRESA EN LAS VEGAS?

Otra de las cuestiones que ha puesto McCullough sobre la mesa es la posibilidad de que haya un coche de seguridad. De acuerdo con su versión, el tercer trazado americano del circuito de la Fórmula 1 tiene bastante riesgo. 

"Me gustan las pistas que son diferentes a los circuitos estándar, como lo es Las Vegas, porque puedes marcar la diferencia desde el punto de vista operativo. Hay mucho riesgo en Las Vegas: no es fácil hacer funcionar los neumáticos, el tráfico en la calificación es un reto, puede haber un Safety Car en cualquier vuelta, y el circuito es técnicamente exigente porque casi todo son curvas de baja velocidad, pero hay que correr con poca carga aerodinámica por todas las rectas. Todo ello lo convierte en un evento emocionante y desafiante", ha sopesado. 

Lo cierto es que el año pasado, las cosas fueron relativamente bien para Aston Martin. Lance Stroll firmó un buen quinto puesto, por delante de Carlos Sainz y de los dos Mercedes. Fernando Alonso, por su parte, fue noveno, por lo que ambos coches puntuaron para dejar aún más tranquilo –si cabía por aquel entonces– ese quinto puesto de la estructura de Silverstone en Constructores. 

"Me gusta ir a circuitos nuevos y creo que nos familiarizamos rápidamente con el Strip Circuit de Las Vegas. Simulamos bien de antemano, lo entendimos bien y tuvimos un buen evento como equipo. Disfruté mucho y estoy deseando volver", ha revelado.