Los retornos de un campeón nunca son fáciles

Lo han intentado varios campeones antes de Fernando Alonso: Juan Manuel Fangio, Phil Hill, Alan Jones, Mario Andretti, Niki Lauda, Nigel Mansell, Alain Prost, Jacques Villeneuve. Sólo en dos casos lo hicieron con éxito, volvieron a ser campeones: Niki Lauda y Alain Prost.

Otros consiguieron al menos una carrera aceptable, Jenson Button y Michael Schumacher, aunque en el caso de 'Schumi', haya quien piense que con su prestigio, mejor no hubiera vuelto... Para los restantes, este retorno, en muchas ocasiones puntual, fue un fiasco absoluto.

Y un detalle. En cierta forma, Fernando también tuvo su año sabático… pero muy distinto. Todavía no era campeón, sino una promesa en ciernes. Debutó en 2001 con Minardi, pero ya con contrato con Flavio Briatore y Renault. Flavio decidió que en 2002 Fernando no correría, que hacerlo con Minardi era perder el tiempo… y lo colocó en Renault como probador, cuando los test eran constantes, de forma que el asturiano pudo acumular 40.000 kilómetros de experiencia, quizá la clave para que conquistara sus dos títulos. En realidad su año sabático no fue de F1, sino de competir en Grandes Premios, quizás un poco distinto.

Bueno, el caso de Juan Manuel Fangio fue un tanto atípico porque en realidad su retorno fue para despedirse de amigos y aficionados… y estuvo fuera del circo apenas unos meses. De hecho, tras ser campeón en 1957, quiso correr el Gran Premio de Argentina, ante los suyos, primera carrera del 58, para 'homenajear' a los 'tuercas' y seis meses después vino a correr a Europa, al GP de Francia, para despedirse de la F1 y sus amigos europeos en el mismo lugar donde comenzó su aventura en la F1. Los resultados en ambas carreras, con un Maserati privado, fueron decepcionantes para un campeón. En Argentina abandonó y en Francia no acabó doblado porque Mike Hatworth no quiso hacerlo, le pareció innoble en la carrera de despedida del 'Chueco'.

Lauda, Barnard y Ecclestone en Imola en 1982 - © LAT Images 

Sin duda, el retorno más espectacular ha sido el de Niki Lauda. No me refiero no al de 1976 tras su accidente de Nürburgring, sino al de 1982. Dos años después de su retirada, decidida casi sobre la marcha. En Canadá, dos Grandes Premios antes del final de temporada, tras los entrenamientos del viernes, le dijo a Bernie Ecclestone, entonces patrón de su equipo, Brabham, que no deseaba seguir y que se retiraría a final de año. Bernie le dijo que si lo deseaba, podía retirarse allí mismo: el sábado, Ricardo Zunino tomó el asiento del gran campeón.

Lauda estaba por entonces muy metido en su papel de fundador y director de Lauda Air, aunque los vuelos como tal comenzaron más tarde. Volvió en 1982, muchos dicen que por necesitar más financiación para su compañía y otros porque simplemente se aburría. Lo cierto es que volvió con McLaren y en su tercera carrera ya volvió a ganar… Aunque tardaría dos años más en conseguir su tercera corona, en una lucha fratricida con su compañero Alain Prost, al que superó por medio punto. Pero al año siguiente Prost le superó y desmotivado, colgó definitivamente el caso, para dedicarse a su compañía aérea, que acabó por vender para volver a la F1 primero como jefe de Jaguar y más adelante, como comentarista hasta que fue presidente no ejecutivo y accionista del equipo Mercedes de F1.

Curioso que Alain Prost protagonizara una historia similar, aunque por motivos distintos. A Alain lo fichó Ferrari como el arma para que los rojos volvieran a conquistar los títulos que llevaban más de una década escapándose, pero en 1991 los rojos erraron en el coche, Prost lo critíco –lo tacho de 'camión'– y le despidieron poco antes de acabar la temporada. Tras un año sabático –aunque en el paddock, como comentarista–, volvió con Williams en 1993 para proclamarse campeón… y colgar el casco de forma definitiva: Frank había fichado a Ayrton Senna para el 1994 y Alain no quería, bajo ningún concepto, revivir el calvario de McLaren junto al brasileño, por más que le ganara un título, no sin cierta complicidad de Jean Marie Balestre.

Prost volvió a los paddocks como propietario de equipo, lo que fue un fiasco, y después se mantuvo vinculado a la F1, sobre todo a Renault, primero en la Fórmula E y después, en la actualidad, con la F1.

Otra curiosa coincidencia entre Niki y Prost es que cada uno tiene un hijo piloto: Mathias en el caso de Niki, Nico en el caso de Prost; no han llegado a la F1 porque sus padres priorizaron estudios a carreras, pero han tenido una larga trayectoria profesional; Mathias es piloto de Aston Martin en GT.

Los demás retornos no se han visto coronados por los éxitos de estos dos. Ni siquiera Michael Schumacher lo logró. Michael se retiró en Ferrari con siete títulos a sus espaldas, tras perder las dos últimas temporadas, 2005 y 2006, con Fernando Alonso. Dijo que estaba cansado y que no quería seguir para dar una oportunidad a Rubens Barrichello. Su trabajo en Ferrari dio todavía frutos porque en 2007 Kimi Räikkönen logró la corona y en 2008 ésta se le escapó a Felipe Massa en el último kilómetro del GP de Brasil.

Michael no podía vivir sin adrenalina y se dedicó a las motos. Oficialmente era un hobby, pero se lo tomó como si fuera casi un profesional y llegó a disputar el campeonato alemán de Superbikes. ¿Porqué volvió? Le faltaba la F1, pero tras tres años sin pilotar un coche aceptó por sorpresa el ofrecimiento de Mercedes, equipo con ambiciones pero aún en fase de construcción.

En tres años sólo logró un podio, precisamente en Valencia, antes de retirarse de forma definitiva… y sufrir el desagraciado accidente de sky del que todavía está convaleciente sin que nadie, salvo los suyos, sepan exactamente cuál es su estado.

Estos son los casos más espectaculares. Pero hay otros que por diversas razones fueron un fiasco e incluso no pudieron llegar a materialzarse.

Phil Hill también tuvo un pequeño retorno a la F1, aunque casi fue un cameo fracasado. Hill se había retirado de la F1 en 1964, tras una temporada decepcionante con Cooper, aunque siguió corriendo en Estados Unidos y en Sports. Su amigo Dan Gurney le pidió en 1966 que le ayudara a poner a punto su Eagle y le dio el Eagle-Climax para Monza mientras él se ocupaba del nuevo Eagle-Weslake V12. El coche fue decepcionante, no estaba a la altura y el equipo se volcaba en el coche de Dan, de forma que Phil no se clasificó.

Emerson Fittipaldi y Mika Häkkinen fueron dos retornos que no llegaron a materializarse. El brasileño dejó la competición tras el fiasco del equipo familiar a finales de 1980. Dos años después decidió que la competición era algo que le hacía falta e intentó volver con Spirit, pero este era equipo de fondo –fondísimo– de parrilla y un test le convenció de que ese no era el camino. Decidió ir a Estados Unidos, a la Indycar, aunque también corrió con un GTP en Imsa. Y allí obtuvo éxito, no en vano ganó las 500 Millas de Indianápolis.

 Häkkinen en su test con McLaren en 2006 - © Sutton Images 

Para Häkkinen las cosas fueron distintas. Se retiró a finales de 2001 con la intención de tomarse un año sabático y volver en 2003, pero David Coulthad y Kimi Räikkönen sacaron buen partido del McLaren en 2002 y antes de que concluyera la temporada anunció que no volvería. En 2005 volvió pero en DTM y logró algunos resutados, de forma que a final de 2006 hizo un test en Barcelona con vistas a un retorno a la F1, pero se bajó del coche convencido de que su época en la F1 era cosa del pasado y no volvió

Alan Jones y Nigel Mansell protagonizaron dos retornos fallidos. Mansell abandonó la F1 a finales de 1992: no quería volver a tener por compañero a Alain Prost, con quien había coincidido en Ferrari, ni sentirse número dos pese a ser el campeón del mundo de la temporada anterior –lo que además no se veía reflejado en la nómina propuesta por Sir Frank–.

Se fue a la CART donde tuvo una entrada triunfal, debut con Pole y victoria, amén del título a final de año, pero al año siguiente el coche no era competitivo y a final de año aceptó el ofrecimiento de Williams para correr los cuatro últimos Grandes Premios de 1994, en los que dejó constancia de su rapidez. Cerró el año con Pole y victoria en Australia.

Para 1995 ficho por McLaren, pero el tema fue un absoluto fiasco. Nigel, ya de por sí corpulento, había engordado y no cabía en el coche; debió esperar al GP de San Marino, con un cockpit ampliado a su talla, para debutar. Pero tanto en Imola como en España, sus resultados fueron decepcionantes y Ron le despidió ipso facto y le sustituyó por Mark Blundell. A finales de 1996 hizo un test con Jordan, pero pareció más un acto publicitario de Benson & Hedges que una prueba con vistas a un posible retorno.

Curioso, en 2001, participó en una carrera/exhibición de F1 biplazas con los Minardi adaptados a tal fin. El otro coche lo pilotaba Fernando Alonso… y lo que era un divertimento acabó en toque entre ambos coches.

Jones se despidió de la F1 por vez primera a finales de 1981 con una victoria en Las Vegas y el título de 1980 en el bolsillo. Jackie Oliver, su antiguo patrón en Shadow y propietario del equipo Arrows, quiso tentarle para el retorno en 1993, pero tras probar en la 'Carrera de Campeones' en Brands Hatch y pese a acabar tercero, declinó la oferta.

Jones, con el Lola THL2, DNF en Adelaida en 1986 - © Sutton Images

Pero a mediados de 1985 aceptó la oferta de su exjefe en la CAN-AM, Carl Haas, para pilotar el Lola de F1. Debutó en Italia y los abandonos se sucedieron hasta que, tras los dos primeros Grandes Premios de 1986, sustituyeron el motor Hart por el Cosworth, no mucho mas fiable y potente pero que le permitió acabar cuatro carreras al menos y ser cuarto en Austria.

Mario Andretti hizo varias idas y venidas en la F1, algo que no debe extrañarnos en un piloto que ha tocado todos los palos, de una época donde saltar de un coche a otro, de una categoría a otra, era habitual. Comenzó de forma parcial algo normal en la época, hasta que fichó por Ferrari, una colaboración que comenzó con victoria pero que resultó infructuosa por los continuos abandonos.

En 1973 y 1974 se dedicó a correr en Estados Unidos, pero a finales de ese mismo año llegó a un acuerdo con Parnelli Jones, uno de los mitos del automovilismo americano, para debutar con su coche en Estados Unidos y Canadá y correr en 1975 con ellos. En el 76 corrió con Lotus –aunque al inicio de año hizo dos Grandes Premios con Parnelli–, con lo que empezó una larga colaboración que le llevó a ser campeón del mundo.

Mario Andretti, con el Ferrari 126C2 en Monza en 1982 - © LAT Images

Tras la temporada 1981, se retiró de la F1, pero aún hizo tres apariciones más, tres retornos. En realidad no eran vueltas a la categoría, sino suplencias: una con Williams y dos con Ferrari en 1982 y un 'revival' con Renault en 1984, muy probablemente porque se trataba de una carrera en Estados Unidos y en aquel momento Renault tenía intereses en aquel mercado.

Algunos colocan en la lista a Jenson Button, retirado de la F1 en 2016, pero al que le llamó McLaren-Honda para sustituir en Mónaco a Alonso, dado que el español corría las 500 Millas de Indianápolis. Una sustitución, que no un retorno.

Y no podemos olvidar a Kimi Räikkönen, uno de los retornos más sorprendentes, porque además volvió a Ferrari, la marca con la que fue campeón en 2007… Y que lo despidió para la temporada 2010, con objeto de hacer un hueco a Fernando Alonso. Entre Kimi y Felipe Massa, en Maranello se decidieron por el también rápido pero quizá más acomodado brasileño… quizás como muestra de apoyo tras el accidente que sufrió en Hungría 2009 al ser golpeado por una pieza de suspensión de otro coche, lo que pudo costarle la vida.

Kimi cobró su ficha con los rojos pese a no correr y se dedicó durante dos años a los rallies, su otra pasión, sin importarle estar lejos del paddock de la F1, cuyo ambiente no le gusta y sólo soporta porque la adrenalina de la F1 merece ese sacrificio. Tras un retorno espectacular con Lotus –el equipo de Gerard López, equipo exRenault y que en la actualidad vuelve a ser Renault– volvió a llamarle Ferrari y aunque el bólido rojo no es el que era, todavía fue capaz de ganar en 2018 en Estados Unidos.

Cuando Ferrari decidió el año pasado dar su asiento a Leclerc y 'ceder' a Kimi a Alfa Romeo, el finés no puso pegas. Seguiría corriendo en F1 y se veía libre de la presión que supone ser piloto Ferrari.