El dilema de Red Bull: aceptar la sanción o batallar por la inocencia

El presidente de la FIA, Mohammed ben Sulayem, quiere una sanción si no ejemplar sí importante. Se juega en ello la credibilidad del techo presupuestario –y por tanto de la FIA–, así como verse en la necesidad de modificarlo al alza o abolirlo, dos soluciones que nadie desea ni quiere.

Una fuerte multa, incluso en forma de reducción del techo presupuestario, está en juego. Pero también una reducción de un 25% de las horas de túnel de viento, 500 horas de las 2.000 previstas por temporada, al menos en 2023 pero sin descartar que se prolongue a 2024.

La idea es que la sanción debe ser doble, financiera y técnica, si bien la primera ya lleva implícita, la segunda si recorta el dinero disponible, el techo del techo presupuestario.

Por supuesto, a Christian Horner le parece desmesurada esta pretensión y pretender rebajarla de forma sustancial antes de aceptarla. Christian y Adrian Newey se han reunido con Ben Sulayem para tratar del tema. Lo hicieron el viernes, han vuelto a hacerlo el sábado.

Todo tiene los visos de un pacto 'a la Ferrari' –por el tema de motores de 2019–, aunque Horner ha prometido que una vez concluya el proceso será transparente, "pero en estos momentos estamos hablando y todo es confidencial".

Lo que no quieren en Red Bull es que el tema siga arrastrándose semanas, aunque no lo descartan.

"Pienso que el interés de todo el mundo y de la F1 es el de resolver esta situación lo antes posible. Pero queremos defender nuestros puntos de vista y estamos dispuestos a llegar hasta el final si es necesario. Pero preferimos un arreglo rápido porque si no, todo puede alargarse meses", ha señalado Horner.

Está claro que la situación pesa en el equipo. Horner lleva ya diez días negociando, "yendo y viniendo la FIA. Querría que todo quedara solucionado este fin de semana. Si esto no sucede, podemos ir al Panel de la Administración del techo presupuestario primero y después al Tribunal de Apelación, dilatándolo todo seis o nueve meses, pero queremos que esto se solucione dentro de este año".

Aceptar pena es aceptar culpa. Intentar defender la inocencia apurando todas las instancias implica correr el riesgo de que la sanción sea todavía mayor.

¿Quién tomará la decisión final? Tras el fallecimiento de Dietrich Mateschitz no está claro. Antes del 'no' a Porsche, Christian Horner voló a Tailandia para hablar con Chalerm Yoovidhya, el hijo mayor del creador de la base de la bebida energética, para tener su aprobación. La familia Yoovidhya supone la mitad de Red Bull. Por entonces Mateschitz ya estaba seriamente enfermo.