Sébastien Ogier, o cómo tener un accidente de tráfico y ganar un rally el mismo día

Los vigentes campeones del mundo llegaban a la última jornada del rally en lo más alto de la clasificación general, aunque con sólo 6,9 segundos de ventaja sobre Elfyn Evans y 10,4 segundos sobre Thierry Neuville. Habían librado una ajustada batalla a tres bandas y sólo tenían esos pequeños márgenes con cuatro especiales por delante.

Tratándose de Sébastien Ogier, que se mueve como pez en el agua en este tipo de situaciones de presión, cualquiera podía imaginar que tenía el rally bien encaminado. Lo que no sabía el heptacampeón es que, en el enlace de camino a la primera especial del día, tendría un accidente de tráfico que dejó su bólido seriamente dañado en la zona de la puerta del copiloto. Afortunadamente no hubo daños personales.

Ahí no acaba la historia. Después de tener semejante accidente, apareció la policía croata para llevar a cabo el pertinente atestado… y a Ogier, que se le echaba el tiempo encima, se le ocurrió la idea de desobedecer las órdenes de uno de los agentes y poner rumbo hacia el tramo. Sí, se dio a la fuga… y por el camino, para colmo, se saltó un semáforo en rojo.

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Tras el episodio extradeportivo, el francés, con un coche que estaba seriamente dañado –incluso entraba polvo en el habitáculo y Julien Ingrassia tuvo que utilizar unas gafas especiales–, perdió el liderato de la prueba en favor de un Elfyn Evans que logró abrir un hueco de 3,9 segundos respecto a 'Séb' a falta únicamente del 'Power Stage'.

Pero, como decíamos antes, el piloto de Gap es un especialista en este tipo de situaciones. Poco le importó el lastre que llevaba su bólido en forma de daños. Sin titubeos, se lanzó con el cuchillo entre los dientes en la segunda pasada por Zagorska Sela - Kumrovec, de sólo 14,09 kilómetros, y puso toda la presión sobre su compañero de equipo.

Entonces, a Elfyn Evans se le aparecieron los 'fantasmas' de Argentina 2017 o Córcega 2019 y cometió un error. El piloto galés venía perdiendo tiempo a lo largo de todo el recorrido, pero la gota que colmó el vaso fue ese fallo en la sección final de la especial. Al final se dejaría 4,5 segundos respecto a Ogier, lo que significaba que el francés era el ganador del rally ¡por sólo seis décimas de segundo!

Recapitulemos: Ogier empezó la jornada con un accidente de tráfico, dándose a la fuga de la policía croata, saltándose un semáforo en rojo… y acabó en lo más alto del podio en un rally que parecía tener perdido a falta de la última especial. Recuerdo que en un artículo de esta cabecera dijimos que "Ogier siempre vuelve". No mentíamos.

Por supuesto, el tema del accidente de tráfico y el surrealista episodio con la policía croata acarrearía consecuencias a posteriori. El piloto francés fue multado primero con 5.000 euros y después con otros 2.000 euros por hacer caso omiso del semáforo en rojo. Además, también recibió una sanción de un evento sin competir que sólo se aplicaría en caso de reincidir.

Por otro lado, el equipo recibió una reprimenda por meter a Jarmo Lehtinen –uno de los miembros del equipo, que en su día fue copiloto de Mikko Hirvonen y hasta el año pasado estuvo con Teemu Suninen– en la escena del accidente, a la que acudió porque la policía exigió que un miembro del equipo estuviese ahí para abordar el ‘papeleo’.

Estaba claro que el heptacampeón no se iría ‘de rositas’ después de haber ‘toreado’ a la policía croata y haber violado diferentes normas del reglamento. No obstante, al final del día era el ganador del rally y volvía a liderar el Mundial en la que, supuestamente, será su última temporada. Pero tocaba pedir perdón por lo ocurrido… y lo hizo.

"Me gustaría disculparme y aclarar el incidente de esta mañana. A diferencia de lo que algunas imágenes sugerían, estuvimos parados con la policía después del incidente de tráfico. Primero nos aseguramos de que el otro conductor no estaba herido, así como explicamos todo a la policía y aportamos todos nuestros documentos. Desafortunadamente, hubo un gran malentendido debido a la barrera del idioma. Ahora todo está claro, estamos todos juntos y una vez más estamos realmente contentos de que nadie resultase herido", comentó Ogier.

A modo de curiosidad, es una historia que, salvando las distancias, me recordó a lo que le ocurrió a Manfred Stohl en el Rally Acrópolis de 1998. El austriaco perdió una victoria de su categoría por un despiste en un enlace –accidente incluido– cuando lideraba la prueba con casi un minuto de ventaja sobre el segundo clasificado a falta de seis tramos. ¡La importancia de los enlaces en los rallies!