Los coches de Marchionne

Por supuesto, tenemos que pensar en Ferrari en primer lugar, que bajo su mandato ha visto el nacimiento del Ferrari GTC4Lusso, el Portofino, del 488 y en especial del 488 Pista que probamos hace no demasiado en Fiorano. Pero también del 812 Superfast, que mantuvo la tradición del V12 italiano en la compañía. Y quizás, la joya de la corona, el Ferrari LaFerrari Aperta. Cierto que ninguno de estos modelos ha nacido de la nada, sino que se son evoluciones de modelos existentes, pero han sabido mejorar lo ofrecido por la casa de Maranello. En su haber queda también el proyecto del SUV de Ferrari, que habrá que ver cuándo y si llega.

En un plano más americano –no olvidemos que Chrysler es la C de FCA- debemos destacar el  Dodge Challenger Hellcat, que apareció con unos inmensos 707 caballos y se colocó a la cabeza de la moderna guerra de los muscle car. En un plano más mundano, habría que citar el Ram 1500 Rebel, una camioneta con dos opciones de motor, un Pentastar V6 de 3.6 litros o el motor Hemi V8 5.7 litros.

Si nos movemos en el plano de los todoterreno, hemos de citar sin duda el Jeep Wrangler 2018. FCA también tuvo que empujar al Wrangler hacia el futuro sin dejar de ser fiel al espíritu del modelo, que se había actualizado una vez cada década. El Wrangler 2018 demostró ser un éxito y uno que fue obvio desde el principio, ya que Jeep logró mejoras significativas en todo, desde el peso y la versatilidad hasta las cadenas de transmisión, con un híbrido enchufable en camino.

En ese plano de los todoterreno, aunque es más preciso hablar de los SUV, hay dos piezas que destacan en el legado de Marchionne. La primera es el Alfa Romeo Stelvio, un coche que la marca pensaba introducir desde 2003, pero no fue así. Esperado y deseado, llegó a finales de 2016, y en su versión Quadrifoglio es el SUV más rápido en el Nürburgring. Más modelos de ese estilo están en camino para la marca.

Junto a él, y aprovechando mutuamente las experiencias, está el Maserati Levante, que ha supuesto una gama muy novedosa también para una Maserati en horas bajas en los últimos tiempos. Junto al Levante, un sedán mediano como el Ghibli ha sido una novedad en la firma del Tridente, acostumbrada al Quattroporte y el Coupé.

También tenemos un modelo a destacar en Fiat, como es el 124 Spyder, que compartía muchas mecánicas con el Mazda MX-5, así que no parecía una gran idea al principio. Pero el coche resultante resultó ser algo más que un lujoso Miata, añadiendo su propio sabor a un roadster que había estado ausente de la alineación de Fiat durante años, y que en el mercado estadounidense ha llamado cierta atención.

Y sin embargo, quizás el modelo que deberá ser recordado como el más puramente Marchionne es el Alfa Romeo Giulia. Alfa Romeo, a la que el propio Marchionne puso contra las cuerdas. Pero rectificó, y vio el potencial de la marca como motor del grupo FCA. Y ahí estaba llamado a deslumbrar el Giulia, la vuelta de Alfa Romeo a las grandes berlinas. El resultado no puede valorarse sino magnífico. Pese a ello, los planes de la marca se han ido retrasando, aunque parece gozar ahora de buena salud.

Claro, que también podríamos nombrar los coches que no han sido. O mejor dicho, la marca sacrificada por Sergio Marchionne: Lancia, a la que ha reducido al Ypsilon sólo para el mercado italiano, y veremos hasta cuándo. No, no todas las decisiones del malogrado directivo fueron correctas, pero una Fiat en crisis se transformó en un grupo industrial de primer orden mundial. Ese es el gran legado de Sergio Marchionne.

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