Sebastian Vettel ha recibido los parabienes de Ferrari. El alemán cumplió ayer, 3 de julio, 32 años, a media temporada de Fórmula 1, su quinta temporada en Ferrari, de la que le queda más de media por completar.
Para algunos el Gran Premio de Austria fue mucho más que una gran carrera, incluso van más allá y lo toman como una puerta abierta a la esperanza de que llegarán carreras mejores. Piensan que Spielgerg fue un anticipo del futuro, la primera muestra clara de que el cambio generacional ha llegado.
Fernando Alonso fue, si no el primero, uno de los primeros en afirmar que el boceto de como serían los F1 a partir de 2021 los calificó de una “copia de Indycar”. Más adelante otros pilotos se han manifestado en este sentido.
Bernie Ecclestone ya ha dicho la suya, identificando los males de la F1 y proponiendo una solución por lo menos sorprendente, la de los tres campeonatos. Una idea-choc como muchas de las que ha lanzado Bernie a lo largo de su dilatada historia al frente de la F1, como la de alternar los pilotos entre todos los equipos, destinadas en unos casos a desviar la atención y en otros a que se habla de la F1; también como una forma de negociación o presión.
En apenas tres semanas Ferrari ha recibido dos auténticos varapalos por parte de los comisarios deportivos. La penalización de Vettel que les privó de la victoria en Canadá y la no sanción de Max Verstappen que les ha dejado sin el primer puesto en Austria.
Helmut Marko habrá recibido la victoria de Max Verstappen como agua de mayo. Ha llegado en el momento justo si debemos creer todas las informaciones que apuntan a que Max tiene una cláusula de liberación de su contrato con Red Bull: una victoria antes del verano o quedaría libre.
Carlos Sainz hizo una nueva carrera magistral. Remontar desde la 19ª posición de parrilla hasta la octava plaza ya es de por sí destacable. Acabar octavo a unos pocos segundos de su compañero, Lando Norris –sexto, pero salía desde la quintaposición de la parrilla de salida– sin que mediara un coche de seguridad real o virtual que apoyara su remontada hay que catalogarlo de excepcional.
¡¡¡Por fin un Gran Premio!!! O quizás debiéramos haber dicho 'El Gran Premio'. La carrera de Austria no sólo ha sido la mejor de lo que llevamos de temporada, sino que me atrevería a decir la mejor en mucho, mucho tiempo, haciéndonos olvidar el tedio de otros GP, en particular el del pasado fin de semana en Paul Ricard. Con un desenlace final que era casi impredecible... aunque nos mantuvo en vilo las últimas 15 vueltas porque estaba claro que Max Verstappen podía llegar a Charles Leclerc.
Hace apenas dos meses, el 1 de mayo, recordamos los 25 años del fallecimiento de Ayrton Senna y Roland Ratzenberger en Imola. Y hablando de este último publicamos un artículo sobre la maldición que parece pesar sobre los pilotos austríacos, perseguidos por una racha de fuertes accidentes que acabaron con la vida -Rindt, Gartner, Koinigg, Ratzenberger o Hottinger, que apuntaba a F1 pero falleció en un accidente de F2- o les dejaron secuelas, como en el caso del recién fallecido Niki Lauda, Helmuth Marko o Kardl Wendlinger.
Puede que Valtteri Bottas haya sorprendido a muchos al declarar que prefiero estos “circuitos penalizantes, aunque haya tenido un accidente de 25G”. Estoy totalmente de acuerdo.
