¿Segunda o Segunda B?

Hay mayor diferencia entre la primera división y la segunda B que entre los mejores de ésta y el colista. Tanta, que si algún coche de segunda B se cuela entre los de cabeza es porque alguno de estos ha tenido problemas o ha fallado.

Es cierto. Son dos de los circuitos más cortos del Mundial, a excepción de Mónaco. Pero también en otros ha quedado patente la brecha, camuflada por algún coche de seguridad hacia media carrera o más adelante, que pone el contador de las diferencias a cero o poco más.

Muchos podrán argumentar que el Gran Premio de China fue emocionante. Pero ello fue por una circunstancia clara, un coche de seguridad, que hizo que el tedio se convirtiera en emoción trepidante.

En circunstancias normales, todo habría sido diferente y posiblemente nos hubiéramos enfrentado a una carrera como la de este fin de semana, con las posiciones prácticamente definidas de antemano, con un acordeón de las diferencias paupérrimo, debido más a los doblajes o quizás, en algún momento, a la necesidad de conservar las gomas.

Una diferencia que me temo que no va a decrecer con el paso de los Grandes Premios, sino todo lo contrario. Mientras los tres equipos de cabeza están sumidos en la batalla por el título y seguirán la carrera del desarrollo gracias a sus generosos presupuestos, los otros deberán ralentizar este y concentrarse en 2019. 

Los teóricamente pequeños cambios aerodinámicos de 2019 absorberán todos sus recursos y en lo que resta de temporada se ceñirán a actualizaciones y retoques obligados por la configuración de éste o aquel circuito. Todo lo más, concluirán la validación de las piezas que en estos momentos están en avanzado estado de desarrollo.

Al menos la pugna por el título parece este año incierta. Está claro que la renuncia de Mercedes a actualizar el motor aquí, por un problema de fiabilidad ligado a las mínimas tolerancias del bloque, dio un poco de ventaja a Ferrari. Y también que quizás los rojos saquen un partido algo mejor de las gomas, pero no me atrevería a decir qué equipo está por delante; esto es algo que puede variar en cualquier circuito. Red Bull está un pasito atrás… pero lo suficientemente cerca como para incordiar y aprovechar el mejor error de la cabeza.

Y que no digan que la culpa es de Pirelli, que las gomas duran demasiado. La culpa hay que buscarla en otro lugar, en las reglas, en los coches, en el exceso de tecnología. Ni en los trazados, aunque algunos podrían actulizarse.

El problema es el que tantas veces lleva mencionando Fernando Alonso. Esta F1 tiene un resultado previsible. Y ya no emociona como antaño. No se ven luchas cuerpo a cuerpo, comisarios y tecnología se encargan de ello, salvo quizás en la primera vuelta y en la segunda. Y tampoco los coches parece que van al filo del desastre: se gestiona la carrera por temas de neumáticos y de consumo y encima los coches parecen ir sobre raíles. Los coches parecen ir sobre raíles, como si de Scalextric se tratara.

Un finde solido en Canadá. Buenos puntos y buen ritmo en una carrera que no se pudo atacar mucho. A por Francia!// Solid weekend in Canada. Good points and good pace throughout a race where we were just managing the pace. pic.twitter.com/euDhGh0CMA

— Carlos Sainz (@Carlossainz55) 11 de junio de 2018

Cierto. En la historia de la F1 siempre hubo uno o dos equipos que han dominado, pero nunca el espacio entre estos y los que le siguen había sido tan profunda. Ha desaparecido la segunda división, todos sus componentes han descendido a Segunda B.. o casi a Tercera.

Es cierto, seguirá gustándome la F1. Seguiré descubriendo detalles y destellos mágicos y seguire viendo los Grandes Premios… aunque sólo sea por ver si se presenta un nuevo GP de China.

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