Alex Palou: un poco de contexto sobre el GP de Indianápolis

El GP de Indianápolis empezó con problemas desde los entrenamientos. Tuve un fallo en un sensor que controlaba la temperatura del escape, de modo que mi coche cortaba la potencia antes de lo normal y no corría tanto. No fue un problema demasiado grave, pero sí lo suficiente como para que tuviéramos que cambiar nuestro plan de rodaje, sacrificando tiempo en pista para poder arreglarlo. Nos costaba unas tres décimas, así que no había opción. Lo solucionamos para la clasificación, pero ya íbamos con prisas.

Ya os he dicho en algún momento que este año el calendario de la IndyCar es frenético. Normalmente podría hacer test privados, pero por la pandemia no podemos. Y la organización ha reducido el número de entrenamientos libres, en algunos casos concentrando eventos enteros en un solo día. De modo que tú llegas ahí como debutante sin rodaje y con tan sólo 90 minutos de entrenamientos, que bastan para aprenderte el circuito y poco más. No puedes ahondar demasiado en los reglajes del monoplaza, que es donde está el quid de la cuestión.

Esa falta de rodaje la noté luego en la sesión de clasificación, donde hice mi primera vuelta rápida con los neumáticos de color rojo. La primera vuelta rápida, porque en pretemporada no los había probado. Toda mi experiencia con ese compuesto se reducía a una vuelta en los entrenamientos que había hecho 90 minutos antes. Así que, si con el compuesto negro hice el tercer mejor tiempo, con el rojo sólo pude encontrar dos décimas mientras el resto bajó un segundo entero. No fue la vuelta perfecta, pero es evidente que no puedes conocer un neumático si no has corrido con él.

Así que llegamos a la carrera sabiendo que salíamos vigésimos. Nos la jugamos con una estrategia alternativa empezando con rojos y terminando con negros, pero no dio resultado. Son cosas que pasan cuando empiezas desde detrás, teníamos que intentarlo. Y para más inri, salió una bandera amarilla justo después de un pit-stop y perdí una vuelta. Con más rodaje, con entrenamientos privados, con los entrenamientos libres que uno esperaría en condiciones normales, esto no habría pasado.

Empecé y recuperé cuatro o cinco posiciones, incluido un adelantamiento a Simon Pagenaud, que luego terminó tercero. Pero él pudo seguir la estrategia convencional, que era empezar con neumáticos negros para terminar con rojos. Así que pudo dar muchas más vueltas con el compuesto más rápido y todo eso fue tiempo que nos iba sacando. Aun así, lo bueno es que el ritmo de carrera fue mucho mejor que el de clasificación. Lástima que tuvimos que jugárnosla.

Todo se acabó de ir al traste cuando salió un coche de seguridad justo después de que yo parara, antes de que entrara el líder. Ahí perdí una vuelta. Ellos entraron y nos dejaron pasar el coche de seguridad, pero cuando dieron la bandera verde nos encontramos a medio minuto de diferencia del siguiente coche. Y ahí la carrera ya había terminado. Aun así, esas 80 vueltas que he podido dar a Indianápolis me sirven un montón. Hasta ahora no había dado más de cinco o seis vueltas seguidas con un IndyCar en circuito rutero, de modo que he aprendido mucho y voy entendiendo qué necesito para la siguiente carrera.

El calendario está muy al límite para los pilotos debutantes. La Fórmula 1 ha regresado con sus tres entrenamientos libres, su estructura de Gran Premio en tres días, pero en IndyCar tenemos unos Libres de apenas 90 minutos y de ahí saltamos directos a la clasificación, sin tiempo para ver la telemetría ni ajustar los reglajes. Nos lo están poniendo difícil.

En un año normal no se notaría tanto mi condición de debutante, porque tendríamos eventos de dos o tres días, tendríamos test y tres sesiones de entrenamientos, pero aquí con 90 minutos de rodaje apenas puedes aprenderte el circuito. Este año los reglajes han cambiado por el aeroscreen, de modo que cuando luego sales a la clasificación el coche no está tan perfecto como te gustaría porque no has tenido tiempo material para ponerte al día. Eso beneficia a los más veteranos, que con un par de vueltas ya cogen velocidad y pueden trabajar en el set-up.

No sé si podré hacer test privados si la situación sanitaria mejora, pero si sé que en Road América empezarán a dejar entrar a unos cuantos aficionados. Si pueden entrar los fans, ¿por qué no podemos quedarnos un día más en el circuito y hacer el evento con un día extra, como se ha hecho siempre? Como equipo intentaremos hacer presión para que eso cambie, pero será complicado. Pero la Fórmula 1 ha vuelto al 100%, no al 20%. Y con el calendario actual, en la IndyCar no tienes tiempo para cambiar casi nada del coche ni aprender como harías en una temporada normal. Cuando terminas los entrenamientos, te ves preparando la clasificación con tus ingenieros, que son sólo dos vueltas por cada compuesto. Es frenético.

Como os he dicho, hemos entrado en una temporada en la que los monoplazas han cambiado por el aeroscreen. Eso significa que los reglajes son diferentes y que tienes que trabajar en ellos, de modo que has de sacrificar minutos que normalmente aprovecharías para conocerte bien la pista. Por eso da rabia la situación. En clasificación, con el compuesto negro, fui el tercer piloto más rápido. Luego la precipitación del momento entró en juego.

Ah, por cierto: el aeroscreen da muchísimo calor. La visibilidad es perfecta, pero eso es un horno. En Indianápolis estábamos a unos 39ºC, de modo que en el cockpit estaríamos mínimo a 50ºC. Hubo un par de pilotos que necesitaron ayuda para salir del monoplaza. Cuando empieza a hacer calor, es imposible respirar. Pero es lo mismo para todos, de modo que no hay nada que decir.

Este fin de semana iremos a Road América, donde haremos un evento el sábado y otro el domingo. El sábado haremos entrenamientos, clasificación y carrera; el domingo, clasificación y carrera. Por lo que os he dicho antes, mi sensación es que el evento del sábado será de aprendizaje y que en el del domingo podremos atacar. No estamos mal, pero se nos ha juntado todo. Pienso que este fin de semana iremos mucho mejor. Venimos en caliente y rodados, y creo que es una pista más clásica que la rutera de Indianápolis. Creo que irá mejor.

LA COLUMNA DE ALEX PALOU: TEMPORADA 2020 DE LA INDYCAR