Alex Palou: los retos de Texas y un nuevo comienzo en Long Beach

Que teníamos margen de mejora es algo que vimos desde los mismos entrenamientos libres, pero siempre es difícil remontar el vuelo cuando el formato del fin de semana es tan compactado. No tienes tiempo de reaccionar ni de revolucionar el coche, de modo que no puedes volverte loco y tienes que tratar de salvarlo. En la clasificación nos metimos undécimos, cerca de ese objetivo de estar siempre entre los diez primeros, y luego aún tuvimos una última sesión de entrenamientos para aprender más y probar cositas de cara a la carrera. Nos vino bien, pero hubiera sido mejor tenerla antes de la Quali.

También estábamos en desventaja porque había algunos pilotos que habían podido rodar en Texas en un test privado. Nosotros queríamos hacerlo, pero el día que teníamos que rodar hizo demasiado frío y no pudimos entrenar. De hecho, este jueves teníamos que hacer un test en el circuito rutero de Indianápolis, pero se volvió a cancelar por culpa de las bajas temperaturas, de modo que tenemos algo de mala suerte. El lunes iremos a Barber para hacer esos kilómetros extra, que seguro que nos ayudarán.

De modo que sí: hemos empezado la temporada bien, pero nos está costando un poquito. Pienso que las cosas empezarán a cambiar a partir de ahora, porque ahora iremos a unos circuitos donde fuimos competitivos el año pasado. Y el test de Barber seguro que nos es de ayuda a todos, no sólo a mí para mi pilotaje, sino también a los mecánicos y los ingenieros para afinar aún mejor los reglajes y comprender el coche.

Volviendo a la carrera de Texas, éramos undécimos en la parrilla y obviamente queríamos remontar, pero acabó siendo un domingo más difícil de lo previsto. Algunos días tienes ritmo y no puedes adelantar porque la pista no te lo permite, pero ese domingo simplemente no teníamos ritmo para estar entre los más rápidos. De modo que, considerándolo todo, ese séptimo puesto está bastante bien por más que todavía tengamos bastante margen de mejora.

Texas tenía la particularidad de que sólo tenía una trazada y media. Adelantar era prácticamente imposible, pero para hacerlo tenías que tener la confianza para subirte a la línea superior y acariciar el muro en el momento de las relanzadas, porque ésa era la única forma de ganar posiciones. Te la jugabas, pasabas a cinco coches de golpe y luego las cosas se estabilizaban durante 45 vueltas, hasta la siguiente amarilla. Eso es muy fácil de decir, pero no tanto de hacer.

El ir o no ir por arriba era más una cuestión de pilotos que de coches, y la verdad es que a nosotros nos costó. La línea superior tenía menos adherencia porque hace un par de años pusieron una resina, así que si la pisabas asumías un plus de peligrosidad. Tenías que jugártela, porque no podías cocinarte los adelantamientos a fuego lento. Nosotros hicimos un par de movimientos, pero no lo acabamos de aprovechar como algunos de nuestros rivales.

Queda claro que en estos momentos nos cuesta más ser competitivos a una vuelta que en condiciones de carrera. Hay algunas cosas que todavía tenemos que entender, pero estoy seguro de que lo haremos. No sé si será en la próxima carrera o en la siguiente, pero lo acabaremos haciendo. Los domingos solemos dar un paso adelante y en Texas de hecho terminamos con los cuatro coches entre los siete primeros. Cuando buscas la Pole lo tienes que forzar todo al 100%, pero cuando das 200 vueltas a un oval o 60 a un rutero estás gestionando y entonces es un poco más fácil encontrar un ritmo que te permita ir hacia adelante y remontar.

El próximo oval es Indianápolis, pero sería un error pensar que las conclusiones de Texas pueden ser válidas en las 500 Millas. La carrera no tiene nada que ver ni por trazado ni por formato, y al final la Indy500 es completamente distinta al resto. Lo bueno es que ahí tendremos una semana de entrenamientos y ahí contar con un equipo tan fuerte y grande como Chip Ganassi puede marcar la diferencia, porque seremos cinco coches en pista y podremos dar pasos adelante en cada sesión. Tengo bastantes ganas de que llegue mayo y también de correr en los siguientes ovales del calendario, porque son un poco más ruteros: en Iowa frenas y reduces marcha, en Gateway también tocas el freno… Es un estilo un poco 'mixto' que me va mejor.

De Texas sí que me gustaría quedarme con el espectacular debut en ovales de Jimmie Johnson, que terminó sexto. Hizo una remontada espectacular. Me adelantó a mí y yo no pude con él, y luego también pasó a Scott Dixon, aunque él luego se la devolvió. Estoy muy contento por él y ojalá esto le sirva para tener más confianza y ganas de cara a las 500 Millas. Tengo la sensación de que ahora nos ha surgido un nuevo problema. Al final, él es una leyenda de la NASCAR y los ovales son su hábitat natural, son lo que ha hecho toda su vida.

Dentro del equipo ya sabíamos que el Jimmie de los ovales sería distinto al de los ruteros, porque veíamos cómo hablaba y sabíamos el trabajo que había hecho en su test de Indianápolis y Texas. Pero hacerlo solo es una cosa y la otra es pelear en carrera y terminar sexto. En las reuniones de ingenieros lo tenía todo clarísimo; sabía qué tenía que preguntar y qué quería, interpretaba lo que había pasado y anticipaba lo que podía ocurrir.

La próxima carrera es Long Beach, el 10 de abril. No me gusta nada cómo está hecho el calendario, porque había mucha expectación entre los aficionados después de St Petersburg y ahora tenemos que esperar tres semanas entre carrera y carrera. Más adelante sí que se normalizarán las cosas y empezaremos a tener fines de semana más consecutivos.

Long Beach tiene muy poco que ver con St Petersburg. Creo que seremos competitivos, porque en 2021 se nos dio muy bien. Tengo muchas ganas de ir ahí, no sólo porque creo que podemos ir rápidos, sino porque es donde gané el campeonato el año pasado. Tengo ganas de poder jugar una carta un poco más agresiva, porque la temporada pasada tuve que ser conservador y velar por el título. Ahora podremos atacar un poco más y jugar con las estrategias. Estoy seguro de que tenemos un coche más rápido y fácil de gestionar que el que teníamos en St Petersburg, y si ahí conseguimos un segundo puesto el objetivo tiene que ser tratar de mejorarlo.

Hasta entonces, paso los días trabajando con el equipo. Voy a la fábrica tres o cuatro días por semana para estar con los mecánicos y los ingenieros, y hago mucho simulador. Repasamos el plan de trabajo y telemetría que tenemos, y ahora estamos centrados principalmente en el test del lunes en Barber y la carrera de Long Beach de la semana que viene. También aprovechamos para pensar a largo plazo y avanzar trabajo para otras rondas del calendario, porque en cuanto se acelere el campeonato no tendremos tiempo de planificar con calma. No es lo mismo estar en la fábrica casi a diario que ver a tu gente tan sólo en los circuitos. A mí me gusta ir a la sede para que vean que estoy implicado y para hacer equipo, para que vean que me preocupo aunque no esté pilotando. Estamos trabajando duro para obtener la primera victoria del año y ojalá llegue en Long Beach la semana que viene.

LA COLUMNA DE ALEX PALOU: TEMPORADA 2022