Otra Pole más de Hamilton, la 11ª, y Kimi y Vettel amargan a Rosberg
Pues no, no lo era tanto. Despedimos el viernes cargados de pesimismo al ver reflejado en los tiempos la insultante superioridad de Mercedes. A siete décimas el rival más cercano. Ahora bien, llegó el sábado y con él, otra realidad más cambiada. Una película protagonizada por el mismo actor principal, aunque con un papel más destacado de los secundarios. El rey sigue sentado en su trono, pero los números son diferentes. El anfitrión quiere brillar en casa.
Menos de tres décimas, ese es el margen al que Ferrari logró reducir una distancia que parecía insalvable con el equipo de la estrella. Suelen ser los alemanes los que pulsan el 'botón mágico' en cada clasificación para marcar las diferencias, pero en Monza podríamos decir que se les ha escacharrado. Sobre todo a Rosberg. Si ya de por sí tenía un complejo reto por delante en su lucha con Hamilton, tuvo que afrontar el hándicap de cambiar de motor por el de Spa.
Unos problemas, todavía sin determinar, hicieron que Nico partiera con la desventaja de tener que salir a batirse con el crono con la unidad de potencia anterior a la evolución final. Difícil cuantificar las pérdidas de su W06, pero señalaremos las tres décimas que le separaron de Lewis. No son muchas si las miramos desde la perspectiva positiva, pero si giramos el cuadro, se traduce en partir cuarto con los chicos de Maranello de por medio. Un infierno.
Rosberg no será el único que tenga que luchar contra sus demonios. Hamilton partirá donde acostumbra, pero estará lejos de relajarse cuando el semáforo se vaya iluminando de rojo. Y es que tanto Räikkönen a su lado, al que le valieron 54 milésimas para ser el SF15-T más rápido, como Vettel a su espalda, supondrán una amenaza en la salida que en Italia es aún más seria. Sus dudas iniciales y los fantasmas de Silverstone y Hungría, perseguirán al bicampeón.
El Top 10 del sábado habría acabado con pleno de motores Mercedes de no ser por el buen hacer de Ericsson. El sueco tiende a pasar desapercibido por el simple de hecho de llevar un Sauber, pero ya va siendo hora de reconocerle sus méritos. Viene superando a Nasr desde Gran Bretaña y esta vez apartó a Maldonado de la Q3. Una notable actuación que puede irse a pique si los comisarios deciden sancionarle por molestar a Hülkenberg en la Q1.
Con Marcus se acaban las posiciones que dan acceso a los puntos y empiezan las de los quebraderos de cabeza provocados por una ineficaz e incoherente normativa. Tres equipos y seis pilotos se verán afectados este GP de Italia por sus cambios de motor. Son, de más a menos puestos de sanción y si no cambia nada hasta la salida de mañana: Ricciardo con 50, Kvyat con 45, Sainz con 35, Verstappen con 20, Alonso con 10 y Button con 5. Resultado: un sinsentido.
La FIA reparte penalizaciones por la parrilla con la facilidad de un croupier de blackjack de Las Vegas y dificulta su entendimiento a prensa y aficionados de una forma incomprensible. Así, Carlos es el primero de los damnificados que encontramos en los tiempos, en el decimotercer lugar. Después, les siguen todos con la excepción de Verstappen, quien solo pudo salir en la Q1 a rodar un vuelta sin opción de marcar tiempo tras cambiar a toda prisa su caja de cambios.
La imagen que dio Max, o más bien sus mecánicos, fue nefasta porque perdió la cubierta del motor dejando a la vista las vergüenzas del STR10. Todos ellos coparán las tres últimas filas, hecho que beneficia a Manor al menos en su imagen en la parrilla. Merhi y Stevens se jugaban salir en una de las mejores posiciones de la historia de la formación anglo-rusa, la 13ª, y Will se la llevó por menos de dos décimas. Mañana, duodécima carrera del año. Juegan las sanciones y ¿los fantasmas?
