Alonso pone el punto de mira en el GP de Francia

El piloto de Alpine está inmerso en su retorno a la categoría reina tras ausentarse en las temporadas de 2019 y 2020, y ya ha admitido en varias ocasiones que todavía no siente plena confianza en su monoplaza.

En este proceso de readaptación a la Fórmula 1 ha lidiado con el reto añadido de que apenas ha habido pretemporada, tan sólo un día y medio de rodaje por piloto, por lo que su aclimatación al deporte está ocurriendo en los Grandes Premios.

El bicampeón del mundo no oculta que aspira a resultados mejores que los que ha obtenido hasta ahora, pero confía en que la situación cambiará a partir de este verano.

"He hecho Imola y Portimao, dos circuitos donde no corría desde hace años o donde no había estado nunca, como es en el caso de Portugal. Los chicos –el resto de la parrilla– estuvieron en ambos hace tan sólo unos meses".

"Luego dos circuitos urbanos, Bakú y Mónaco, de modo que cuatro de las seis primeras carreras del calendario son de muy difícil adaptación. Espero que a partir de Francia comience un nuevo campeonato para mí".

El próximo Gran Premio en el horizonte es el de Azerbaiyán, pero Fernando cree que será complicado.

"Bakú llega en un momento un poco desafortunado. De algún modo, el calendario de este comienzo de temporada no es el mejor posible para un piloto nuevo o uno que vuelve".

De hecho, después de Mónaco reconoció abiertamente que su proceso de adaptación sería más largo de lo que había previsto en un primer momento.

"Creí que estaría al 100% en tres o cuatro carreras, pero ahora pienso que me va a llevar ocho o nueve", señalaba.

"Sobre el pilotaje y los resultados, quizá los he encontrado un poco más difíciles de lo que había previsto. Sabía que necesitaba preparación, horas en el simulador y los test de Baréin y Abu Dabi, pero todavía sufro para aprovechar el máximo potencial del coche".