Así ha convertido Audi un molino de viento mallorquín en un generador de electricidad

Audi quiere que los motores eléctricos de sus coches tengan una segunda vida. Así lo ha demostrado la marca de los cuatro aros con su último proyecto, que ha logrado convertir un molino de viento situado en Mallorca y en desuso en un generador de electricidad capaz de suministrar una potencia de hasta 15 kilovatios.

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Se trata éste de un claro ejemplo de economía circular que permite ahorrar recursos de diferentes formas, como en materias primeras, en energía, en la producción de materiales o en emisiones. Los motores eléctricos pasan a ser generadores después de que el molino reciba y adapte los componentes necesarios –transmisión, cojinetes, unidad de control electrónico, etc.– para que, a través del movimiento de sus aspas, se cree una energía mecánica que estos conviertan en eléctrica. Ésta se utiliza para el autoconsumo, mientras que el remanente se vuelca a la red.

El molino cuenta con diferentes sistemas de seguridad como el llamado 'cierre de cola', que permite modificar automáticamente el ángulo de incidencia de las palas para evitar riesgos en caso de fuertes vientos.

Audi va a estudiar el comportamiento de este invento y su rendimiento en diferentes condiciones de uso para definir futuros modelos de cooperación y de ampliación. Se prevé que también se puedan acoplar baterías de segunda vida y crear sistemas de generación y almacenamiento de energía estacionaria, algo que serviría para amortiguar los picos de demanda de electricidad.

Esta obra se enmarca dentro del proyecto (M)icrogrid, con el que se trata de llegar a una movilidad sostenible a través de la tecnología y la innovación. La dirección técnica de la misma corresponde al ingeniero español Franciso Trigueros.