La nueva era seduce a Adrian Newey

La pregunta se la deben de estar haciendo mucho después de los declarado por Adrian Newey en Spa. El 'domador del viento' criticó duramente las normas de 2002 porque coartaban la libertad y la imaginación y parecía que obligaban a un coche estándar.

Pero en Bélgica ha asegurado que ha cambiado de opinión. "Francamente no me veía en Fórmula 1 en 2020. Si hace diez años me hubieran preguntado si seguiría aún aquí, hubiera contestado 'no' sin dudarlo. Cuando vi las reglas nuevas, me entró una especie de frustración. Pero luego, al examinar los detalles, se volvieron cada vez más interesantes", ha señalado Newey en declaraciones a la publicación alemana Auto Motor und Sport

Newey no sólo tiene que lidiar con el desafío técnico de las reglas nuevas, sino con las limitaciones que impone el techo presupuestario. Para alguien que ha podido trabajar con libertad, que tenía el derecho a equivocarse porque había dinero para corregir el error –recordemos que en Red Bull llegaron a ponerle a Geoff Willis, un ingeniero pragmático para que frenara su desbordante imaginación– este cambio puede ser tanto o más importante que el de las reglas técnicas del próximo año.

"Como ingeniero me gusta ser creativo con los recursos que me ofrecen. Si hay menos recursos, no es un problema, puedo vivir con el límite presupuestario… siempre que sea el mismo para todos. Si este techo puede controlarse de forma segura e igual para todos, no hay problema alguno… pero veo algunas zonas grises y eso me inquieta", ha comenado Newey.

Desde el punto de vista técnico, Newey cree que "estas reglas de 2022 representan el cambio más drástico que he visto nunca. El efecto suelo se borró de la Fórmula 1 en 1983, cuando se introdujo el fondo plano. Al reintroducirlo debemos cambiar todos las soluciones y detalles de los coches, a excepción del motor. El efecto suelo y los canales Venturi serán la nueva marca de identidad de los coches. No se planteará todo desde la zona trasera, veremos coche seguramente más bajos de atrás, lo más cerca posible del asfalto".

Newey no cree que las reglas nuevas faciliten una mayor competitividad general de las parrillas "porque tras años de convergencia –porque las reglas básicas se mantenían–, nos podemos encontrar con diferencias mayores. Para el ingeniero las reglas nuevas aumentan el riesgo, al menos inicialmente, de errores en el túnel de viento, de divergencias entre los datos teóricos y los que se dan en la pista.

"El túnel de viento no es más que una simulación y como tal, sujeta a limitaciones en varios aspectos y puede contener errores. No sería de extrañar que con coches completamente diferentes, vuelva a producirse problemas de correlación de datos", ha indicado.

Tampoco está seguro que de las reglas nuevas vayan a facilitar los adelantamientos, cosa que otros equipos también temen y por eso aplauden que, de momento, se mantenga el DRS.

"Los coches nuevos no generarán tanta carga aerodinámica porque se ha buscado una normativa que haga que el flujo trasero sea lo más limpio posible para no molestar a los que persiguen. Sin embargo, no estoy seguro de que estas reglas cumplan el objetivo fijado", ha indicado.

Newey explicó que nunca se ha sentido tentado por ser jefe de equipo, por la burocracia que ello implica, porque lo suyo es crear y por eso la Fórmula 1 aún le motiva y no se ve jubilado.

"Intento combinarla mejor con la vida familar y otros proyectos estimulantes, como lo ha sido el Valkyrie u otros en los que trabajo y de los que no puedo hablar. Adoro concebir cosas, trabajar sobre un coche con mis compañeros y con los pilotos. He tenido la suerte de poder diseñar una gran variedad de coches en diferentes épocas y sigo siendo fiel a mi pasión", ha indicado Newey para cerrar.