Cinco desconocidos británicos con rugientes V8 americanos

Es cierto que hay una ingente cantidad de musculosos y tremendamente sedientos V8 que encontraron su sitio en refinados deportivos británicos. Tal vez la colaboración más fructífera sea la de Rover, pilar fundamental de la industria automotriz inglesa, que se benefició durante décadas de mecánicas Buick, unas mecánicas que en su momento fueron descartadas por la marca estadounidense.

No obstante, hoy veremos algunos ejemplos en modelos más desconocidos, la mayoría o totalidad de ellos considerados fracasos comerciales fabridados en cortísimas cantidades.

MARCOS MANTIS — 1997

El primer Mantis fue lanzado al mercado nada menos que en 1968 con una mecánica de origen Triumph, aunque se dejó de comercializar en 1971 tras vender solo 32 unidades. En 1997 la firma retoma el nombre para un descapotable deportivo con un V8 Cobra de 4.6 litros bajo el capó, el mismo que el Ford Mustang de por aquel entonces, pero con sobrealimentador. Con 513 caballos, 613 Newton metro y un peso contenido gracias a su carrocería de fibra de carbono, era un juguete peligroso que tan solo se reprodujo en 16 copias.

MG X-POWER SV — 2003

A comienzos de siglo, MG decidió liarse la manta a la cabeza y lanzar un auténtico purasangre para rivalizar con lo más granado de los superdeportivos de la época. El X-Power se basaba en la plataforma del Qvale Mangusta, vehículo de un fabricante italiano que habían adquirido recientemente. El motor también era un V8 Ford de 4.6 litros que desarrollaba de base 324 caballos, aunque hubo versiones posteriores con algo más de potencia. El coche necesitaba de más de 300 días en ser fabricado y visitaba no menos de seis compañías antes de ser terminado. Se fabricaron 82 ejemplares.

Pero ya que aprovechaban la compra de estos motores, MG decidió ofrecer también una variante picante del ZT, su berlina familiar, con esta misma mecánica. Para llevarla a cabo contaron con la ayuda de Prodrive, quien lo convirtió en un modelo casi de carreras con tracción trasera o diferencial de deslizamiento limitado entre otros elementos. Ofrecía 260 caballos, de ahí su nombre, ZT 260.

TVR GRIFFITH — 2018

El modelo original de mediados de los 90 hacía uso del V8 Rover de origen Buick. Sin embargo, esta nueva iteración partirá del motor Ford Coyote de 5.0 litros puesto a punto nada menos que por Cosworth para ofrecer 500 caballos. El proyecto lleva parado unos cuantos años en busca de financiación, aunque parece ser que finalmente saldrá adelante. Se construirá en una nueva fábrica y podría adoptar una variante híbrida e incluso eléctrica 100%.

BRISTOL FIGHTER — 2004

Realizamos esta mención de honor, puesto que en este caso no nos referimos a un V8... si no a todo un V10 del Dodge Viper. Éste, al igual que el GTA Spano, escogía el motor del americano que daba, en su versión básica de origen, 532 caballos, aunque más adelante salieron la variante S, con 660, y la T. Esta última incorporaba un turbocompresor para erogar la friolera de 1.026 caballos, superando al Veyron de la época. Al cese de su producción en 2011, apenas superaron la decena de unidades vendidas, no obstante, algunas fuentes indican que la firma planea volver a la palestra con una versión renovada del modelo.