Volkswagen presenta la celda unificada, su batería del futuro

De este modo, los coches del Grupo cambiarán el concepto fundamental de su batería pasando de una batería modular a una que permita integrar directamente las celdas de batería en la arquitectura del vehículo. Una idea que Tesla también había adelantado en su particular Battery Day. En ambos casos, esto permite incrementar el número de celdas en el vehículo, ergo ampliar el rango y el rendimiento a la vez que se suprimen elementos estructurales que no contribuyen directamente al rendimiento del vehículo.

VW ha bautizado su celda del futuro como 'celda unificada' o 'concepto de celda unificada'. La intención es que el 80% de sus vehículos se valgan de la misma tecnología para así escalar la producción y reducir los costes. Pese a esta estandarización, la marca asegura que será posible aplicar variaciones en el interior de las celdas en función del tipo de vehículos que busquen. El 20% restante, pues, recibirá tecnología específica.

El concepto de celda unificada se comenzará a producir en 2023, aunque no alcanzará el 80% del portafolio hasta 2030. La celda unificada estará disponible con diversos cátodos en función de su aplicación –litio-ferrofosfato para los coches de acceso, manganeso para coches de volumen, óxido de cobalto de litio y níquel-manganeso para soluciones específicas– y VW espera llegar a la batería de estado sólido, de la que esperan un incremento de autonomía del 30%, un precio más competitivo y una carga rápida hasta el 80% en tan sólo 12 minutos.

"Queremos reducir el coste y la complejidad de la batería, y al mismo tiempo incrementar la autonomía y el rendimiento", ha dicho Thomas Schmall, miembro de la junta de VW y responsable de Tecnología. "Haremos que el coste del kilovatio baje de los 100 euros por bastante y esto hará que la electromovilidad sea asequible al fin y la tecnología dominante".

El primer coche de producción en recurrir a la celda unificada y el nuevo concepto de integración en el vehículo –Cell2Car– nacerá del Proyecto Artemis, que llegará a finales del año 2024.

Volkswagen también ha anunciado que quiere cubrir todos los ciclos de vida del coche eléctrico, que comienza con el diseño y producción de la celda de batería, su posterior integración en una batería y un modelo de producción, y su posterior reutilización, primero para darle una segunda vida útil y finalmente para reciclar sus componentes y así producir más baterías. Estima que el 95% de los componentes de la batería son susceptibles de reciclarse.

Otro aspecto que ha abordado es la creación de una red de puntos de recarga rápida en Europa, América y China. Para conseguirlo, se asociará con proveedores del mercado. En España, su socio será Iberdrola. El objetivo en última instancia es que en 2025 existan 18.000 puntos públicos en todo el continente, cubriendo así un tercio de la demanda que los analistas prevén para entonces. Esta expansión engloba tanto la red Ionity como puntos propios de VW de 150 kilovatios.

A partir de 2022, además, los coches eléctricos se integrarán en la red eléctrica. Esto significa que los propietarios podrán cargar su vehículo con la energía de los paneles solares de su domicilio, pero que también podrán destinar energía de su vehículo a su domicilio para así reducir su dependencia de la red pública.