Pintura e imprimaciones, claves para el futuro eléctrico y autónomo

Es posible que el nombre de Industrias PPG no sea del todo conocido, pero se trata del mayor fabricante mundial de pinturas y recubrimientos, no únicamente en el sector de la automoción, sino de toda la industria en general. Como empresa química de gran importancia en el sector, sabe que el avance del automóvil se lleva a cabo en todas las áreas, incluida la suya, y por ello lleva a cabo tres proyectos de investigación de gran relevancia de cara al futuro que se nos presenta, eléctrico y autónomo.

Los dos primeros se refieren a las baterías. Las actuales fuentes de energía de vehículos propulsados por electricidad más extendidas son las baterías de iones de litio. Éstas están formadas por varias celdas donde en cada una de ellas toman parte dos electrodos de grafito, uno negativo y otro positivo, sumergidos en un electrolito ionizado y conductor. No obstante, una batería está constituida por muchos más elementos que ayudan a su correcto funcionamiento, tales como aditivos y aglutinantes.

Esquema simplificado de una celda de batería

Éstos últimos tienen una función importante ya que, sin estos aglutinantes, cada vez que se llevasen a cabo los ciclos de carga y descarga, las partículas que constituyen los electrodos se separarían cada vez más, con su consiguiente reducción en capacidad. Para dar mayor visibilidad a su importancia, decir que el área recubierta por estos aglutinantes en un vehículo convencional es diez veces el área pintada de la propia carrocería.

Por desgracia, en las baterías actuales el material usado a este propósito es altamente tóxico, y es en lo que ha trabajado PPG, quien ha desarrollado un sustituto sostenible y no tóxico para implementarse en un futuro a medio plazo. Éste, además de ser capaz de aumentar la capacidad de la batería, también ayudará a reducir el tiempo de fabricación de los electrodos hasta en un 90%.

La segunda innovación está orientada al propio recubrimiento de las baterías de cara a evitar el peligro de incendio. A día de hoy, las baterías están recubiertas a tal efecto por una carcasa física que, aunque se pueden fabricar en alumino, irremediablemente aumenta su volumen, peso y precio. Por ello se ha ideado un recubrimiento 'inteligente', como si de una capa de pintura se tratase, es una gran idea.

El material desarrollado protege a los ocupantes tanto de un plausible fuego interno como el debido al calor externo. En caso de superarse cierto rango de temperaturas, el recubrimiento eleva su volumen hasta 50 veces y aísla las baterías del resto del vehículo. Según las pruebas experimentales, este invento ha mostrado gran efectividad al aguantar llamas directas durante tres minutos, tiempo suficiente para que los pasajeros puedan abandonar el vehículo con seguridad.

Su otro proyecto tiene que ver con el futuro autónomo que nos espera. En el desarrollo e investigación en este área tiene gran peso la tecnología denominada LIDAR –acrónimo en inglés de 'Laser Imaging Detection and Ranging'– cuyo funcionamiento se basa en la emisión de un haz de luz mediante láser que rebota en un objetivo y se refleja en un escáner, lo que permite, mediante una sencilla ecuación, calcular la distancia que separa ambos elementos. Se trata pues de una técnica apropiada para su uso en conducción autónoma, pero que actualmente presenta ciertos problemas a la hora de recibir la señal en conducción nocturna frente a objetos o vehículos oscuros.

En ello es en lo que se trabaja, una imprimación para las pinturas más oscuras que será capaz de reflejar las longitudes de onda infrarrojas del láser y hacer a estos objetos visibles al sistema LIDAR, sin modificar, claro está, la apariencia exterior del vehículo.

Está claro que el futuro eléctrico y autónomo, en el que la contaminación y los accidentes de tráfico por error humano se reduzcan drásticamente, está cada día más cerca y, por ello, las empresas más importantes dedicadas al sector de la automoción no dejan de recordarlo y dedicarles millones de euros en inversiones en I+D.