La IndyCar no encuentra solución para proteger su cockpit

La IndyCar y Dallara, la empresa que fabrica los chasis, han acordado no utilizar dichas protecciones. La última víctima en accidente en la IndyCar fue Justin Wilson hará en agosto dos años. La muerte del británico fue provocada por el frontal del monoplaza de Sage Karam, que salió despedido y, al caer a pista, golpeó a Wilson en la cabeza. La cúpula y el halo quieren impedir este tipo de accidentes.

El pasado mes de mayo SoyMotor pudo hablar con Mark Miles, CEO de la IndyCar, sobre la evolución de la seguridad –entre otras cosas– en la categoría más importante de monoplazas en Estados Unidos. En ese momento no tenían claro si usar o no cúpula, pues estaba en pleno proceso de estudio. Finalmente, han descartado esa vía.

"Al principio trabajamos con una empresa que pensábamos que podía producir el material adecuado para una especie de cúpula. Ahora trabajamos con Dallara, que fabrica nuestro chasis. No sé si será posible que esté listo a principios de 2018", nos explicó Miles en mayo.

"No se puede saber porque no sabes si va a resolver todos los problemas. Debe ser seguro, permitir la extracción de los pilotos… Estamos en ello. Podría debutar en 2018, pero también es posible que no esté preparado", añadió.

Lo más destacable a nivel visual es la reducción del impacto aerodinámico en la superficie visible de los monoplazas, a la vez que se aumenta la seguridad al minimizar las piezas de fibra de carbono que pueden salir despedidas. Además, la seguridad alrededor de la cintura ha variado, pues el habitáculo es ahora cinco centímetros más ancho, por lo que el impacto lateral debería absorberse de forma más neutra para el cuerpo del piloto.

Todas las novedades del nuevo chasis las podéis leer a fondo en la siguiente nota. Estos chasis los probarán Juan Pablo Montoya y Oriol Servià en Indianápolis y Sebring a lo largo de los próximos meses.