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Prueba Mercedes-AMG C 63 Coupé: el sibarita 'embrutecido'

Probamos la última máquina de Mercedes-AMG con motor derivado del GT
El nuevo propulsor sigue siendo un V8 pero ahora en configuración biturbo
Rinde 476 caballos y 650 Newton-metro de par y alcanza los 290 kilómetros/hora
AMG ha realizado un intensivo trabajo de puesta a punto del chasis
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22 Feb 2017 - 10:51

La completa renovación de la gama Mercedes a la que hemos asistido durante los últimos años también ha llegado a AMG. Además de estrenar relación comercial entre ambas –Mercedes-AMG es ahora una marca en sí misma dentro del grupo-, los nuevos deportivos de Affalterbach suponen un nuevo producto que quiere llegar a todos los segmentos: desde el pequeño AMG A 45 hasta el descomunal G63 6x6.

En esta exuberante familia, el Mercedes-AMG C 63 Coupé siempre ha jugado un papel capital. No obstante, es el modelo más vendido de su historia y más de 40.000 unidades rugen a diario por las carreteras de todo el mundo.

Sin acceso al prestigioso olimpo de los superdeportivos, en el que habitan modelos como Mercedes-AMG GT, este cupé hereda su ardiente corazón junto a una carrocería hipermusculada y mucha tecnología que trata de poner orden cuando el V8 biturbo trata de parar la rotación de la Tierra.

 

Mercedes-AMG C 63 Coupé

GALERÍA DE IMÁGENES DEL MERCEDES-AMG C 63 COUPÉ

 

Se trata del primer AMG que probamos en SoyMotor.com y tenemos grandes expectativas, ¿logrará acercarse a la perfección? Al recogerlo todavía no sé la respuesta, pero después de escuchar por primera vez su impresionante rugido ya tengo claro que esta va a ser una de las semanas más épicas de mi vida.

 

MERCEDES-AMG C 63 COUPÉ: PRIMERAS SENSACIONES

De épica y batallas a base de acelerador y volante hablaré más adelante, pero ahora, escondido en la última fila del garaje del cuartel general de Mercedes en Madrid me aguarda un C 63 Coupé con muchas batallas a sus espaldas. Es la hora de vivir la nuestra. La bestia en cuestión nos recibe con su uniforme de gala: color plata característico de la firma, llantas forjadas de 19 pulgadas y un paquete exterior en fibra de carbono que realza sus líneas y contrasta de maravilla con el tono elegido.

Y esa inscripción, V8 Biturbo, me llama poderosamente la atención. Ha sido colocada estratégicamente situada sobre las aletas ensanchadas, que de forma un tanto exagerada aumentan el ancho de vías nada menos que 64 milímetros en el eje delantero y 66 en el trasero. Mientras lo rodeo, el Mercedes-AMG C 63 Coupé se muestra tenso, como un animal a punto de saltar sobre su presa, fruto de las cientos de modificaciones que lo diferencian a simple vista de un C Coupé cualquiera. De hecho, de este conserva poco más que las puertas, el capó y el techo.

Todo un sibarita del lujo y del refinamiento que AMG se ha encargado de enfurecer hasta romper las reglas y ser políticamente incorrecto… siempre que le provoques.

 

MERCEDES-AMG C 63 COUPÉ: MOTOR

Y en todo ello, gran parte del mérito lo tiene una joya construída en aluminio y ubicada bajo el capó. Condiciona todo y ha dado muchos quebraderos de cabeza a los ingenieros, que han tenido que modificar medio coche para contener la brutalidad del 4.0 V8 biturbo. Por suerte para mí, los ingenieros decidieron no desaprovechar su obra maestra, creada para el Mercedes-AMG GT, y decidieron contar con ella para impulsar -y sembrar el pánico si así lo quiere el pie derecho- al Mercedes-AMG C 63 Coupé.

Descomunal. Infinito. Brutal. Se acaban los adjetivos al hablar del M177, la variante de cárter húmedo que hereda del superdeportivo biplaza. No es su potencia, “sólo” 476 caballos en un panorama los 600 están a la orden del día. Es el PAR. Es la pegada de sus 650 Newton-metro desde poco más de 1.500 revoluciones lo que da vértigo cada vez que piso a fondo. Nunca he sido eyectado en un asiento de un caza ni embestido por una locomotora, pero debe ser algo parecido a la sensación que proporciona este automóvil cuando sus dos turbocompresores soplan a pleno rendimiento. Por cierto que estos están situados en el interior de la V, una solución única que reduce el retraso de respuesta y mejora la eficiencia de ambas bancadas. El límite de giro es de 186.000 revoluciones por minuto.Da vértigo sólo pensarlo.

Puede que a nosotros, los amantes del motor, nos parezca una delicia sentirnos aplastados por los 0.6G de la aceleración, sin embargo varias personas han bajado mareadas y con nauseas de este AMG. La forma de empujar es sencillamente terrorífica. De ciencia ficción. Y ni siquiera la detallada ficha técnica de la nota de prensa o un 0 a 100 kilómetros/hora en 4,2 segundos puede medir la magnitud de la avalancha. Da igual la marcha, da igual donde esté la aguja, el poderío es tan escandaloso, que el estómago se encoge de igual forma acelerando desde parado que desde 120 kilómetros/hora. Casi provoca un reset en nuestro medidor de prestaciones.

El mero hecho de tener a disposición este magnífico 4.0 V8 biturbo ya justifica su compra. Y también decanta la balanza respecto a su hermano menor, el recién presentado C43. Tampoco puedo olvidar que, si bien sus rivales en la anterior generación también contaban con esta disposición mecánica y mismo número de cilindros, a día de hoy, el Mercedes-AMG C 63 Coupé es también único en su especie, y no hay duda que enarbola la bandera del V8 con orgullo.

Luego está el sonido. Una pequeña orquesta sinfónica de tubos, válvulas y soldaduras creada a conciencia liberan las notas del propulsor. Es lo que culmina la experiencia. Protagonista en cualquier situación, incluso en un estrecho garaje modulando al máximo el gas, reverbera y parece que el propio automóvil nos hablara enfadado y triste, porque en breve dejará de quemar gasolina. Al ralentí y a bajas vueltas parece un muscle car para luego transformarse en un rugido acompañado del soplido de los turbos. Como veremos más adelante, la configuración pueda cambiar el comportamiento del C 63 Coupé, sin embargo, la melodía V8 está siempre presente para añadir dramatismo a la escena.

Descomunal. Infinito. Brutal. La forma de empujar es sencillamente terrorífica, de ciencia ficción

En modo Sport+ directamente se desmelena, con petardeos y chasquidos fuera de toda razón. Con este modo, activado los sustos en ciudad están a la orden del día y tus vecinos te oirán llegar desde cientos de metros. Aquí es donde le encuentro el verdadero sentido a reducir marchas, ya que dado el vigor del V8, podría funcionar como monomarcha en casi cualquier situación. De hecho, estoy seguro que en circuito, donde no he tenido la oportunidad de probarlo, las curvas admiten hasta 3 relaciones diferentes.

Desde luego tengo mucho que agradecerle a Paul Beutel. Un tipo aparentemente normal, alemán de pura cepa, que disfruta de sus días libres como cualquier otro. Sin embargo, su trabajo no es tan común, él se dedica a montar motores en la fábrica de Affalterbach con el mismo cuidado que un orfebre. El día que ensambló sesudamente nuestra unidad debió estar especialmente centrado, ¡cualquiera diría que este motor rinde más de los 476 caballos declarados!

Y no sólo vale para robar décimas al crono, sino que conserva la finura y el buen hacer que se espera de un Mercedes. Permite una conducción tranquila mientras aguante tu cordura. El único lunar lo encuentro en un acelerador excesivamente duro, comprensible por otro lado para poder modular un motor en el que la diferencia de apenas unos grados de recorrido del gas supone la diferencia entre un sobreviraje memorable o una larga sesión de chapa y pintura. No hay duda que las capacidades del propulsor sobrepasan su uso en carretera abierta y además exige al conductor elevadas dosis de autocontrol para no acabar entre rejas.

 

PRESTACIONES*

MERCEDES-AMG C 63 COUPÉ
0-50 km/h 1,8 segundos
0-100 km/h 4,2 segundos
0-402 metros (1/4 milla) 12,4 segundos
Fuerzas G máxima en curva 0,91 G

*Obtenidas con el acelerómetro Beltronics Vector FX2 

 

MERCEDES-AMG C 63 COUPÉ: INTERIORES Y EQUIPAMIENTO

El intimidante C 63 Coupé se convierte en un turismo de lujo cuando accedemos a su interior. Al exquisito refinamiento y materiales del Clase C Coupé se añaden propuestas exclusivas de esta versión como revestimientos en maderas especiales o fibra de carbono, tapizados en cuero y Alcantara, un volante de aro más grueso y de forma achatada o un lujoso reloj analógico firmado por IWC Schaffhausen. El equipo de sonido opcional Burmester acabado en aluminio es precioso, pero sus 900W poco tienen que hacer frente a la sinfonía maestra V8.

Elegante y discreto, si no fuera por los logotipos AMG o los asientos de circuito opcionales de estilo baquet con reposacabezas integrado -mejoran la posición de conducción y reducen la altura-, nadie pensaría que estamos ante un Mercedes con un V8 biturbo de casi 500 caballos bajo el capó.

El equipo de sonido Burmester es magnífico, pero poco tiene que hacer frente a la sinfonía maestra del V8.

Lo que no varía e incluso se magnifica gracias a estos materiales, es el exquisito tacto y ajuste de cada uno de los mandos. Mercedes ha conseguido crear un habitáculo bello y funcional, que recibe a los pasajeros con un ambiente que se siente exclusivo y de calidad. Sin embargo, al igual que en el resto de Mercedes, la pantalla central no escamoteable no acaba de encontrar su sitio. Resta enteros en el apartado visual, ya que parece como a los diseñadores se les hubiese olvidado al diseñar el salpicadero y la hubiesen añadido a posteriori. Con lo sencillo que hubiese sido optar por una pantalla ocultable como la de otros rivales alemanes…

Las caprichosas formas de una carrocería cupé no son las mejores en términos de habitabilidad, pero dadas las dimensiones del C 63 Coupé -4,7 metros de longitud-, esperaba que las plazas traseras fueran algo más que para una urgencia. Si bien Mercedes optó correctamente por una configuración para dos ocupantes, la caída de la zaga propia de su diseño y el techo panorámico reducen la altura para la cabeza detrás hasta hacer el trayecto insoportable a personas de más de 1,8 metros. El acceso a la parte trasera tampoco es sencillo, a pesar de que los baquets se adelantan eléctricamente al plegar el respaldo. A cambio de este peaje, el maletero es profundo y de formas bastante aprovechables, y aparenta cubicar más de los 355 litros declarados por la marca.

La comodidad es otra de esas sorpresas que no esperas de un automóvil con una apariencia y configuración tan radical sobre el papel como este Mercedes-AMG C 63 Coupé. En modo Confort, el cambio y la suspensión pilotada hilan fino para lograr una calidad de rodadura envidiable, incluso con los neumáticos de perfil ultrabajo que monta en ambos ejes. Los badenes y socavones se hacen notar, pero el resto de obstáculos pasan inadvertidos para los pasajeros. Toda una bendición gracias a la electrónica, que nos muestra, una vez más, la capacidad de transformar al vehículo.

 

MERCEDES-AMG C 63 COUPÉ: CONDUCCIÓN

Llega el momento que he estado esperando, probar un verdadero AMG en su entorno: los virajes y carreteras que ponen a prueba la puesta a punto de este misil balístico de 476 caballos y 650 Newton metro. Antes de comenzar, durante los trayectos previos el C 63 ya se ha encargado de demostrar que, si le buscamos, tiene tan malas pulgas como tu jefe un lunes por la mañana. Además, te obliga a resetear tu cerebro porque cuando aprovechamos toda la potencia y par disponibles, la velocidad a la que llegamos a las curvas es un terreno desconocido para el 99% restante de los automóviles.

A pesar de que el lugar idóneo para explorar todo su potencial sería el cercano y técnico circuito del Jarama, lo dejaremos para otra ocasión, ahora es momento de poner rumbo un retorcido puerto de montaña.

Si le provocas, el Mercedes-AMG C 63 Coupe tiene tan malas pulgas como tu jefe un lunes por la mañana

Es ahora cuando los asientos baquet toman sentido, recogiéndonos como un guante mientras seleccionamos el modo Sport+, el más deportivo disponible –existe un modo Race exclusivo del C 63 S de 510 caballos– que endurece la amortiguación y asistencia de la suspensión, como un atleta cuando tensa sus músculos antes de dar lo mejor de sí. El menú AMG nos muestra en la instrumentación datos como el soplado del turbo o las fuerzas G, aunque mejor no apartar mucho la vista de la carretera. Gracias al Head Up Display, que proyecta datos en el parabrisas, podremos dedicarnos a disfrutar conduciendo.

Mientras el escape petardea en reducciones y el cambio de 7 velocidades apura las marchas más allá de lo necesario, el C 63 Coupé se muestra algo torpe debido a sus casi 1,9 metros de anchura, por lo que debemos ir con cierto cuidado en vías estrechas. El enorme morro marca el camino, mientras el sonido reverbera por toda la sierra madrileña en un alarde de capacidades en el que el C 63 Coupé parece poder plantar cara a cualquier superdeportivo de más de 200.000 euros y chasis de carbono.

Incluso con el ESP conectado muestra su virilidad en cualquier circunstancia, ya que los neumáticos traseros de 285 milímetros de sección no dan abasto mientras el diferencial autoblocante mecánico trata de repartir el elevadísimo par a la salida de las curvas. Brutal en cualquier situación, el Mercedes-AMG C 63 Coupé se muestra excesivo en ciertas ocasiones, en las que exige mano de hierro e ideas claras, mientras la electrónica hace horas extra para mantener todo bajo control.

El nuevo V8 biturbo merece replantearse muchas cosas, entre ellas el estilo de conducción en carretera abierta

Estoy volando bajo pero con una sensación agridulce, me recuerda a las actuales MotoGP en las que el piloto puede abrir gas a fondo y es la centralita quien gestiona como hacer avanzar el vehículo de la forma más rápida posible. Pese a sus esfuerzos, el tren trasero no puede sino claudicar ante los 650 Newton-metro, con pequeñas sacudidas que indican como busca tracción constantemente.

Tras este primer torrente de adrenalina, me detengo en un lateral de la carretera, que luce ya desierta. Sin duda el nuevo V8 merece replantearse muchas cosas, entre ellas el estilo de conducción en carretera abierta. Frente a la progresividad del anterior, el nuevo ofrece un empuje a cualquier relación y velocidad, por lo que no es necesario apurar las marchas, sino que debemos ser especialmente finos con el gas y la dirección para minimizar la intervención de la electrónica.

De esta manera y de forma cautelosa y pausada, exploro el modo deportivo del ESP, que permite mayores libertades a la vez que otorga mayores responsabilidades. En este punto, el estado los neumáticos también ocupa un papel principal, especialmente los traseros, encargados de transmitir cada caballo al suelo. Por suerte en nuestra unidad, pese a sus 17.000 kilómetros, todavía cuenta con goma, con una dura y efímera vida por delante. Con los kilómetros me doy cuenta que él modo Sport+ configura la suspensión demasiado dura, perfecto para circuito pero no para estas condiciones, por lo que opto por seleccionar el modo Individual con el motor y cambio en Sport+ y la suspensión en Confort. Ahora el comportamiento no es tan directo, pero se muestra menos rebotón y crítico cerca del límite de adherencia.

Exige mano de hierro e ideas claras, mientras la electrónica hace horas extra para mantener todo bajo control

Los frenos se muestran infatigables, algo comprensible ya que el pedal, de tacto duro y directo, acciona sendas pinzas de seis pistones que muerden discos ventilados y perforados de 390 milímetros delante y discos de 360 detrás. El nucleo de los discos es de aluminio para reducir el peso y en opción podemos elegirlos carbocerámicos, sólo recomedanbles para un uso intensivo en pista. A pesar de una configuración un tanto radical, el mordiente en frío es más que correcto y en ninguna condición escuchamos chirridos propios de las pastillas de alto rendimiento. AMG no ha descuidado este importante apartado, no olvidemos que son casi 1.800 kilos a detener desde alta velocidad.

Y es que durante los más de 1.200 kilómetros que he podido disfrutar de este hiperprestacional cupé alemán la premisa de “un gran poder conlleva una gran responsabilidad” ha quedado patente. Además de requerir una cierta pericia al volante, el Mercedes-AMG C 63 Coupé también pide a su conductor ciertas dosis de razón que aplaque la fiera que llevamos entre manos.

Esto es especialmente necesario en autopista, ya que el excelente aislamiento y un propulsor sin fin, lo convierten en un verdadero misil balístico en estas condiciones. Imperturbable incluso bajo las peores condiciones –apenas 4º grados y lluvia intensa- este AMG se convierte en un jet privado con ruedas. Entre sus servicios también incluye numerosos automatismos como el control de velocidad y carril activos, reconocimientos de señales, frenada automática precolisión o avisador de fatiga.

La ciudad no está hecha para él. Sus dimensiones, el radio de giro, la gran potencia disponible o un consumo mareante dan al conductor una cierta dosis de tensión y sufrimiento. Nada que no pueda mitigar, una vez más, la sonoridad y poderío de su propulsor. De un primer vistazo, sólo los entendidos saben que están ante un coche especial, pero basta con un leve roce al pedal derecho para que todos sin excepción tengan la misma impresión.

 

MERCEDES-AMG C 63 COUPÉ: ECONOMÍA DE USO

A buen seguro que para quien compra este tipo de coches con tantos caballos para uso y disfrute el consumo será algo anecdótico, si es cierto que el 4.0 V8 biturbo muestra su sed de gasolina 98 especialmente en ciudad, con medias que superan los 20 litros. Su anchura y dura suspensión también son pegas en este entorno que evidencian que nadie en su sano juicio usaría un Mercedes-AMG C 63 Coupé en la urbe, salvo para dejar marcas negras a la salida de los semáforos de vez en cuando…

En ciudad el consumo es desmesurado, pero en carretera podrás bajar de los 10 litros... ¡nada mal para casi 500 caballos!

A unos 130 kilómetros/hora, el propulsor gira a apenas 2.100 revoluciones y gracias al funcionamiento del cambio que desengrana la marcha en algunas circunstancias, el consumo ronda los 10-11 litros cada 100 kilómetros, incluyendo algún achuchón en incorporaciones. Es en estas circunstancias donde se notan las mayores diferencias en cuanto a consumo respecto a su antecesor. Desde luego para contar con ocho cilindros a los que alimentar y medio millar de caballos es una cifra muy contenida.

En carretera convencional y sin apenas tráfico, podremos bajar la media por debajo de los 10 litros, cosa no fácil de conseguir ya que el propulsor pide guerra a cada instante. A ello contribuye la función de "navegación a vela" de la caja de cambios en modo Confort. El consumo medio en nuestro recorrido de pruebas fue de 13,1 litros.

La completa puesta a punto y la complejidad y especificaciones técnicas de algunos de sus componentes –especialmente motor, frenos y neumáticos- hacen, como ya imaginabas, que el Mercedes-AMG C 63 Coupé sea sólo un coche para privilegiados. Más allá de los costes del seguro o la gasolina, los entre 600 y 1.000 euros que cuesta un juego de neumáticos traseros dan una idea de su mantenimiento. Incluso dentro de una década, cuando su valor usado sea mucho menor que los 97.600 euros que vale nuevo, su mantenimiento seguirá siendo el de un coche de cien mil euros.

 

MERCEDES-AMG C 63 COUPÉ: RIVALES

BMW M4: su gran rival por antonomasia. El M4 y el C 63 llevan años de dura lucha por hacerse con el título de mejor cupé deportivo alemán derivado de una berlina. En esta ocasión el M4 pierde el anterior V8 atmosférico en favor de un 6 en línea biturbo, con un empuje tan desconcertante como el del C 63. El menor peso y un gran trabajo de chasis son sus principales bazas, a cambio el sonido no es menos seductor que el del AMG y dispone de sólo 431 caballos. Si queremos más siempre se puede equipar el paquete Competition o la versión GTS con 500 caballos y menor peso.

Mercedes-AMG C 43 Coupé: ¿un rival de la misma casa? Así lo creemos. Mercedes ha lanzado recientemente un AMG con un nivel de potencia inferior, que lo hace menos brutal pero también más asequible de conducir y con un precio casi 30.000 euros menor. Por el camino pierde el genuino V8, una de las joyas del C 63, y 100 caballos –emplea un 3.0 V6 biturbo de 367 caballos– pero sus prestaciones siguen siendo muy buenas: un 0 a 100 kilómetros/hora en 4,7 segundos y un velocidad máxima de 250 km/h.

Audi RS5 2017: a punto de ser presentado en el Salón de Ginebra 2017, esta nueva generación RS pierde el seductor V8 atmosférico de alto giro por un menos refinado y más potente 2.9 V6 biturbo que rondará los 460 caballos y un par de 600 Nm. La gran diferencia respecto al resto de rivales la encontramos en su tracción Quattro, que mejora las aceleraciones y el agarre en condiciones complicada.

 

CONCLUSIÓN

En un mundo en el que cada vez se venden más híbridos y eléctricos, todavía hay espacio para la pasión y el Mercedes-AMG C 63 es una excelente prueba de ello. Es el único representante de la categoría de cupés de altas prestaciones que mantiene un V8 bajo el capó y la adición de dos turbos le ha sentado de maravilla. Ahora corre más, gasta menos y brinda a los ocupantes un sonido inigualable, mágico, simplemente épico.

Pero el Mercedes-AMG C 63 Coupé es mucho más que un excelente motor tomado prestado del Mercedes-AMG GT. Durante esta prueba se ha mostrado como un excelente coche para casi todo. No rehúye un viaje por autopista rodeado de todo tipo de lujos y comodidades ni tampoco liberar tu adrenalina en carretera y circuito, todo ello acompañado de unas prestaciones insultantes y un comportamiento sorprendente para sus dimensiones y peso. No hay duda que AMG ha creado un chasis muy equilibrado. Pero no todo podía ser perfecto, su consumo en uso real es elevado, el espacio en las plazas traseras escaso y su tracción en condiciones difíciles es delicada. La sintonía entre cocche y conductor no es fácil de alcanzar, requiere de un apasionante periodo de aprendizaje.

Mientras disfruto del último atardecer juntos no tengo dudas de que el Mercedes-AMG C63 Coupé es uno de los deportivos más polivalentes que recuerdo haber conducido jamás. Tan elegante como para asistir a una fiesta de gala como capacitado para infundir respeto en la pista.

Agradecer la colaboración en el reportaje fotográfico al Club de Tiro Madrid, gestionado actualmente por Life Gourmet.

 

FICHA TÉCNICA

  Mercedes-AMG C63 Coupé
Motor (tipo): Gasolina biturbo V8 32V, intercooler e inyección directa
Cilindrada (cc): 3.982
Potencia (CV/rpm): 476 / 5500-6250
Transmisión: Automática 7 velocidades. Diferencial autoblocante mecánico
Velocidad máxima (km/h): 250. 290 con el paquete opcional AMG Driver's package
Aceleración 0-100 km/h (s): 4
Consumo medio homologado (L/100 km): 8,6
Largo/ancho/alto (m): 4,75/1,87/1,40
Peso (kg): 1.785
Emisiones CO2 : 200
Precio en euros: 97.600
Lanzamiento: 2016
1 comentarios
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22 Feb 2017 - 17:17
Buena prueba... al final tendre que creerme que los Mercedes nuevos van de pm. Sobre todo los amg claro. Me gusta mucho lo de los G laterales jajaja
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