Alex Palou: debuto en Indianápolis y no necesitaréis despertador

Llegué a Indianápolis este mismo miércoles. El circuito estaba cerrado y sigue estando cerrado hasta este mismo viernes, pero quería pasar un día entero en el simulador de Honda para acabar de prepararme. En la IndyCar los equipos no tienen simulador propio, sino que son los motoristas quienes ponen uno a disposición de los pilotos. Así que aproveché para ir ahí con mis ingenieros para trabajar en los reglajes y adelantar trabajo.

Han sido casi cuatro semanas desde Texas, pero en mi apartamento de Austin no he estado más de una semana. La aproveché para acabar de amueblar mi apartamento, que estaba poco menos que vacío cuando entré, y luego para entrenar a tope físicamente para prepararme para la competición. Hice lo que pude durante el confinamiento, pero me quedé hecho un fideo y quería volver a ponerme a tono. Creo que lo hemos hecho bastante bien. También he estado en Chicago, que es donde mi equipo tiene la sede. Estuve en la fábrica para trabajar con ellos y afinar el tiro.

No es la primera vez que me paso largos periodos de tiempo en un país extraño entre carreras. Ya tengo la experiencia de Japón, que era mucho más extraño por la distancia cultural. Pero no penséis que puedo hacer turismo o nada por el estilo. Tenía que ser un año un poco diferente, quizá con mi familia y mi pareja aquí, visitando Estados Unidos en los días libres y viviendo la experiencia, pero de momento no está siendo posible. Es lo que hay y no tiene mucho sentido pensar demasiado en ello.

Lo bueno de la carrera de este fin de semana en Indianápolis es que el evento durará dos días, en vez de uno como en el caso de Texas. Yo no acabo de entender por qué lo hicieron así, pero os podéis imaginar el reto que fue para mí llegar a un oval sin oportunidad de probar en condiciones, haciendo entrenamientos, clasificación y carrera el mismo día, sin margen casi para procesarlo todo. Pronto iremos a Road America e Iowa, que son dos carreras en dos días diferentes, de modo que Indianápolis es la única oportunidad de hacer el evento con un poco de sosiego.

Me estoy adaptando bien al coche. No tiene dirección asistida ni nada que se le parezca. Es súper divertido de conducir, pero al mismo tiempo es todo un reto para un debutante. Es un coche de feeling. La experiencia es súper importante, y eso hace que mi año de debutante sea aún más difícil, porque en condiciones normales podría hacer test privados para ponerme al día y acelerar mi aprendizaje. Hemos de lidiar con esta desventaja y saber transformarla en una oportunidad. Todo lo que consigamos tendrá más valor si cabe por eso.

Yo ya he estado en Indianápolis, aunque no para competir de forma activa. Es una pasada, el lugar. Toda la ciudad tiene una energía singular y notas que estás en un sitio especial desde el momento que aterrizas en el aeropuerto. Y encima la carrera es el 4 de julio, de modo que no podría ser más americano todo. Me gusta mucho esta cultura, así que estoy súper contento.

¿Objetivo para este fin de semana? Sigue siendo el mismo: estar delante y sacar la cabeza a la mínima que se presente una oportunidad. Queremos demostrar que queremos estar aquí y que queremos ganar carreras. El accidente de Texas no cambia nada en absoluto. Sabemos que el contexto es adverso por las limitaciones de entrenamientos y los calendarios apresurados, pero es precisamente por eso que tenemos una oportunidad de destacar y reivindicarlos.

LA COLUMNA DE ALEX PALOU: TEMPORADA 2020 DE LA INDYCAR