Dos carreras han bastado para que Marques esté en el centro de la diana

La FIA anunció hace dos semanas que Rui Marques iba a sustituir a Niels Wittich como director de carrera. Una decisión que se hizo pública por sorpresa por el momento y el contexto. Este es el mundial más competido de los últimos años, desde 2021 para ser exactos, no en cuanto a pilotos, ya decidido, sino en lo que a Constructores se refiere. La estabilidad, por lo tanto, iba a ser importante para no generar mayor confusión en una temporada donde los límites del reglamento ya habían sido puestos en enteradicho. Sin embargo, Marques directamente tomó el relevo en Las Vegas y, por lo tanto, también mantuvo su puesto para Catar. Una cita especialmente complicada para los comisarios, con muchos trabajo, y que le ha dejado directamente en el centro de la diana. 

Ya no sólo por lo ocurrido en carrera, sino también por la sanción a Max Verstappen en clasificación. El neerlandés, que había hecho la Pole, perdió la primera posición por ir "innecesariamente lento en una vuelta de enfriamiento". A pesar de que George Russell, piloto involucrado, no venía en vuelta rápida, la decisión final fue castigar al campeón del mundo con un puesto en la parrilla para la carrera del domingo. Aunque, finalmente, Verstappen acabó imponiéndose de nuevo en una cita donde ha reinado el caos. 

La aparición de un retrovisor en pista, en la única zona de adelantamiento de la curva 1, puso el foco sobre la FIA. La decisión fue sacar una doble bandera amarilla, a pesar de que la pieza se encontraba en una zona peligrosa. Apenas un par de vueltas después –35–, tanto Lewis Hamilton como a Carlos Sainz sufrieron sendos pinchazos... y el Safety Car entonces sí salió a pista. Una decisión que influyó en el resultado final de la carrera para muchos pilotos. Entre ellos, la posición final del madrileño, que acabó séptimo detrás de Pierre Gasly –tras una mala parada de Ferrari, que rozó los diez segundos–. Y justo en un momento en el que la Scuderia se está jugando el título de Constructores. 

Más allá de eso, las múltiples y duras sanciones que se han visto a lo largo de la carrera también han llamado la atención. Lando Norris fue sancionado a diez vueltas del final: recibió un stop and go de 10 segundos que le hizo pasar del segundo puesto al 15º. El británico vivió en sus propias carnes una de las sanciones más duras que se han visto durante la temporada, porque no frenó el ritmo cuando había una doble bandera amarilla en pista –precisamente propiciada por ese retrovisor–. 

La mano dura aplicada al todavía segundo clasificado en el campeonato, también se impuso para Lewis Hamilton. El heptacampeón, que ha firmado un fin de semana para olvidar en Losail, fue penalizado con un drive-through que le obligó a pasar por la calle de boxes sin deternerse. Eso le hizo perder mucho tiempo e incluso insinuar al equipo que quería retirar el coche, ante el sufrimiento que estaba viviendo en carrera. 

¿HAY ESTABILIDAD EN LA FIA?

En resumen, en Catar reinó el caos y coincide con un momento en el que la FIA pasa por momentos complicados. El foco de atención está puesto irremediablemente en la Federación Internacional después de las decisiones tomadas, que también afectan al personal que se encuentra trabajando. ¿Aportan esos cambios más estabilidad... o es justo lo contrario?

El éxodo de figuras importantes que está viviendo la FIA en los últimos tiempos es digno de estudio. No es sólo la marcha de Niels Wittich, o el de Paolo Basarri o Tim Mayer, sino que este nombre sólo se une a una larga lista de despidos desde que está Mohammed Ben Sulayem al mando: Steve Nielsen, Deborah Mayer, Tim Goss, Jacob Bangsgaard, Luke Skipper, Edward Floydd, Pierre Ketterer...