El domingo de la doble victoria del Cavallino

Los ‘rojos’ estuvieron que se salían en la fecha que algunos consideran el inicio del otoño. Dos victorias en sendos campeonatos del mundo el mismo día, F1 y WEC. ¡Algo que no había sucedido nunca! Una gesta para los tiempos de los tiempos. 

Es cierto, Toyota ha ganado WRC WEC -resistencia y rallies- el mismo fin de semana, pero los rallies no tienen el mismo nivel.

No sólo eso. En F1, Ferrari ha ganado este año Mónaco y Monza, dos carreras opuestas. La más lenta y en el circuito más ratonero, y la del circuito más rápido de la categoría, la catedral de la velocidad.

En el WEC, en Le Mans, la única carrera que vale la pena ganar, y este fin de semana en Austin. Pendiente de ver que sucede con Spa, aunque es difícil que la FIA desautorice a sus comisarios.

En Austin, además, una victoria que va en línea con la historia de Ferrari en Resistencia. No fue el equipo oficial, sino el coche privado de AF Corse quien se impuso. 

Es cierto, un poco de trampa, porque AF Corse se encarga de gestionar, asimismo, los dos Ferrari. Pero me trajo a la memoria cuando los Ferrari oficiales estaba flanqueados por los de la NART de Luigi Chinetti; de Maranello Limitada del Coronel Hoare; de la Escuderia Filipinetti del suizo Georges Filipinetti; de Ecurie Francorchapms o del Equipe Nationale Belge; de David Piper…. Incluso la Escuderia Montjuich o Gelo Racing de Georges Loos.

Recuerdos de antaño, claro. Pero que retroalimentar la leyenda de Ferrari. Esto es lo que hace del Cavallino un fenómeno diferente y absolutamente único. Y ya sólo le queda una cuenta pendiente: Indianápolis. Quizás no logre saldarla nunca, porque ahora Indy es sólo cuestión de motoristas.