Hamilton admite que le "gustaría" pilotar el Red Bull, pero no quiere ganar con "el coche más dominante de la historia"

En Abu Dabi 2021, el piloto de Mercedes perdió su última oportunidad, hasta el momento, de superar al alemán. Lo tuvo en su mano, pero la fortuna terminó cayendo del lado de Max Verstappen y, en consecuencia, de los de Milton Keynes. Desde entonces, no ha vuelto a ganar una carrera. Ha sido Red Bull el que ha llevado la batuta de los Grandes Premios, algo que ocurrió con los de Brackley entre 2014 y 2021, cuando se llevaron ocho campeonatos de Constructores consecutivos. 

Y Hamilton se aprovechó de esa superioridad en pista de su equipo para agrandar su legado: seis de sus siete mundiales los ganó en aquellos maravillosos años de la escudería. Pero eso es agua pasada. Hace dos años desde que el heptacampeón se subiese al primer escalón del podio. Fue en Arabia Saudí 2021, en plena batalla con Verstappen. 

Así que ahora, desde otra perspectiva, el británico ha reconocido que su sueño es ganar el octavo y superar a Schumacher, pero no con el coche más dominante de la parrilla. Atrás parecen quedar la posibilidad que dibujó Christian Horner en el horizonte cuando confesó que Anthony Hamilton, el padre del heptacampeón, se había interesado por el asiento de Sergio Pérez de cara a los próximos años. Algo que tanto el británico como su jefe, Toto Wolff, negaron al instante. 

El de Mercedes quiere el octavo, pero no con Red Bull. "Creo que el fichaje demostró mi compromiso con el equipo", ha confesado en declaraciones que recoge Formula Passion. 

"Todos los pilotos aquí miran a Red Bull y les gustaría conducirlo, y no estoy diciendo que no me gustaría, porque a todos los pilotos les gustaría. Hemos tenido dos años difíciles, pero si trabajamos para ser ese coche será una sensación mucho mejor que subirse al mejor coche. Para mí no sería gran cosa subirme al coche más dominante de todos los tiempos", ha añadido una vez terminada la temporada y con 2024 en el horizonte. 

Para Hamilton, poder batir a la escudería de Milton Keynes sería el broche de oro a su historia en la competición. Sobre todo, por el carácter dominante que han demostrado en los últimos dos años:  "Trabajar con mi equipo para construir y poder vencerles sería mejor para mi legado".

No oculta que entiende por qué todos los pilotos de la parrilla sueñan con ir a Red Bull. Él sabe bien lo que es conducir el mejor coche de los diez equipos que conforman la Fórmula 1. Sin embargo, ahora parece que tiene otras motivaciones.

"Seamos realistas, todo el que corre en Fórmula 1 sueña con estar en un coche ganador, y creo que en mis tiempos de juventud, cuando quizá no tenía mucho éxito en mi época de McLaren, era mucho más atractivo", ha explicado. 

Hamilton fichó por Mercedes hace ya once años. En septiembre de 2012 tomó la decisión de irse de la que fue su casa desde los 13 años. Fue un movimiento completamente inesperado, pero que le llevó a convertirse en leyenda. Los de Ron Dennis tenían problemas de fiabilidad y en Singapur 2012 llegó el punto de inflexión.

Así que terminó fichando por la escudería de Brackley. En 2013, todavía no brillaron, pero la era híbrida les abrió las puertas del éxito. El equipo alemán, después de eso, sumó un campeonato tras otro hasta que apareció Red Bull para arrebatarles el éxito. 

"Cuando pienso en ello desde el punto de vista de las carreras, cuando me trasladé a este equipo, me gustó pasar de un equipo con más éxito a otro que no lo había tenido, con la visión de crecer y construir como equipo, porque cuando lo hicimos fue una sensación mejor", ha reconocido.