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100 vueltas ¿Un número redondo para una actuación redonda? Podría haber sido, pero no es el caso. Carlos Sainz ha completado un gratificante día de trabajo, su primero en Barcelona, pero no ha terminado del todo satisfecho. Algunos problemas, sobre todo la bandera roja que ha provocado tras salirse de pista por un trompo, han frenado su actividad.

El fichaje por parte de Toro Rosso de un joven de 17 años como es Max Verstappen, creó una vorágine de opiniones y críticas de tal magnitud en verano de 2014 que aún siguen resonando sus ecos.

Sufriendo una desventaja cercana a los 60CV con respecto al potencial de Mercedes, y lastrados por la falta de fiabilidad de los componentes internos en su unidad de potencia, Renault despidió 2014 con la frustración de no haber sido capaces de recortar la distancia que les separaba respecto a la cabeza de carrera, una situación motivada, en parte, por las limitaciones que ofrecía la congelación existente en aquel momento, privándoles de aplicar las modificaciones necesarias para el progreso sus equipos cliente en términos de rendimiento.

Renault ha desvelado que es muy probable que se centre en desarrollar los motores en 2016 para buscar más ganancias. La introducción de la regla de los "tokens" para desarrollar las partes mecánicas hace que los equipos implementen la mayoría de evoluciones en pretemporada o al comienzo de la misma.

Atento y tranquilo al mismo tiempo llega al paddock de la Fórmula 1. Con el título de las World Series by Renault ha alejado de una vez por todas el fantasma que amenazaba con dejarlo fuera de la categoría reina, el sueño de su vida. La crisis de Caterham hizo presagiar un debut temprano en julio de 2014, pero la oportunidad no cuajó y la posterior incorporación de Max Verstappen le arrebató el volante para el que era favorito en Toro Rosso. Pero hubo un cambio de guión de última hora. La huida de Sebastian Vettel a la Scuderia Ferrari y el consiguiente ascenso de Daniil Kvyat a Red Bull le abrieron de nuevo las puertas de Faenza. El Gran Circo es la meta de una carrera de obstáculos para un Carlos Sainz (Madrid 1994) obligado a sobreponerse al peso de un apellido bicampeón y a las expectativas de una empresa donde la excelencia es la única fórmula para sobrevivir. Ahora, con toda la atención mediática centrada en él, se enfrenta a un nuevo reto: demostrar su potencial como campeón del mundo. Melbourne marcará el inicio de una nueva prueba de obstáculos. En la meta, un volante en Red Bull Racing.

La decisión de la FIA para evitar que menores de edad compitan en la Fórmula 1, se ha ganado un adepto inesperado, Max Verstappen. Resulta un tanto irónico que el joven piloto de 17 años, debutante esta temporada con Toro Rosso, de su apoyo a la decisión de la Federación Internacional en temas de requisitos para la Superlicencia.

Frente a los tiempos competitivos que han marcado los coches propulsados por Ferrari, y la envidiable fiabilidad demostrada por Mercedes AMG, los monoplazas con la unidad de potencia de Renault se marchan de Jerez con la sensación de no haber exprimido al máximo su plan de trabajo durante los cuatro días de entrenamientos, especialmente Red Bull, resguardados en su garaje durante varias horas tanto en el día de ayer como hoy.

Dos años después, Alonso tendrá que acostumbrarse a ceder un poco de protagonismo patrio a otro español, al recién llegado. Un Carlos Sainz que ha completado su última jornada de acción en Jerez a los mandos del Toro Rosso de una forma inmaculada. Nada menos que 137 vueltas ha dado el madrileño, y esa no es la única buena noticia, puesto que también hay que contar con que ha tenido cero problemas.

El objetivo último de todo piloto de Toro Rosso es abrirse paso hasta un volante titular en Red Bull, demostrar a Dietrich Mateschitch que es más rápido que su compañero de equipo y que es merecedor de su confianza. Aunque son razones de sobra para justificar una rivalidad interna más que intensa, la relación entre sus pilotos actuales dista de ser tensa.

Max Verstappen, de tan solo 17 años de edad, ha estrenado hoy su nuevo rol como piloto oficial de Toro Rosso. Lejos de mostrarse nervioso, el holandés exhibe una calma sorprendente tanto dentro como fuera del monoplaza con una madurez sorprendente que rompe prejuicios.

Carlos Sainz ya se siente piloto titular de Toro Rosso. Hoy, en su primer día al volante del STR10, el madrileño ha completado 46 sólidas vueltas de preparación para el año que se avecina. Una bandera roja, sí, pero buenas sensaciones y la seguridad de que su actuación ha estado a la altura de las expectativas.

Toro Rosso siempre ha sido un equipo humilde, siempre aferrado a la segunda mitad de la tabla. Escuderos de Red Bull, escuela de jóvenes promesas. Pero en 2015 los de Faenza encaran la temporada con mentalidad competitiva, con la pareja de pilotos más joven de la parrilla, pero con la ambición de dar el mayor salto cualitativo de su historia.

El nuevo coche de Carlos Sainz y Max Verstappen ya es una realidad. A menos de 24 horas para que eche a rodar, la Scuderia Toro Rosso ha decidido presentar en el mismo circuito de Jerez su nuevo STR10, el monoplaza con el que esperan disputar la quinta posición en el mundial de constructores. Un objetivo ambicioso, pero completamente realista teniendo en cuenta las prestaciones de los de Faenza la temporada pasada y las habilidades de los dos pilotos más jóvenes de la parrilla de la Fórmula 1. 

Hace escasos minutos se ha presentado en el Circuito de Jerez el STR10, el nuevo arma de Toro Rosso con el que tendrán que batirse en el asfalto Carlos Sainz y Max Verstappen. La escudería de Faenza contará entre sus filas con dos rookies que forman la dupla más joven de la parrilla, y que coincide en las ganas que tienen de subirse al monoplaza: