Porsche ya ha decidido: el sueño de F1, aparcado de nuevo

El colapso de las negociaciones con Red Bull llevó a la marca germana a replantearse su presencia en la categoría. La seguían considerando interesante, pero no querían hacerlo con equipo propio –como hará Audi, que ha comprado Sauber ‘en cómodos plazos’ o acuerdo por etapas– y no encontraban un equipo adecuado para hacer una asociación a la altura requerida.

De hecho, Porsche no quería ser motorista a secas, sino tener voz y voto en el equipo ‘partner’, con una participación significativa en el mismo, incluso mayoritaria. Es algo que sucede con Mercedes, donde Toto Wolff tiene un tercio y el millonario británico Jim Ratcliffe tiene otro tercio.

Todos las opciones habrían sido examinadas por la directiva de la marca, que ya habría tomado la decisión de no entrar en la categoría y centrarse en sus programas actuales: el WEC y la Fórmula E, amén de los GT como categoría-cliente. La sombra del esperpento de la última vez que fue motorista, el equipo Footwork-Porsche, todavía perdura.

No hay comunicación oficial. Para la F1 es un pequeno ‘palo’, puesto que las reglas de motor de 2026 fueron diseñadas para atraer, entre otros, a Porsche. La firma germana seguirá explorando la coyuntura, pero todo debería quedar aplazado ya para 2030 ó 2031. No hay que olvidar que Herbert Diess, el CEO de Porsche, señaló que o se conseguía entrar en 2026 o se aplazaba todo una década, "porque sólo puedes subirte a bordo cuando hay un cambio de reglas importante". En otras palabras, hacerlo sobre la marcha significa comenzar con un retraso difícil de colmar.

Porsche pudiera haber contemplado la compra de un equipo actual, pero eso requiere una inversión elevada. Y entrar con un equipo nuevo, aprovechando que la FIA ha abierto proceso de admisión de hasta dos equipos, todavía exige un mayor esfuerzo.

Hay un detalle importante a tener en cuenta. En las dos competiciones donde Porsche está presente de forma oficial, la Fórmula E y el WEC, lo está como motorista. En la primera, usa el chasis común para todos y se limita a usar su motor y transmisión, así como suspensión trasera adecuada al propulsor; todos los demás elementos son comunes. Y en el WEC no ha abrazado las normas LMH, sino las LMDh, que imponen que los chasis deben ser realizados por uno de los cuatro fabricantes habilitados por la FIA, en este caso Multimatic.

Es más, ni siquiera tiene equipo propio para la gestión en pista en Resistencia. La gestión del WEC e IMSA está confiada a Penske Motorsport. Y tras sus primeras carreras, 24 Horas de Daytona y las dos carreras de Sebring, ha comprobado que su 963 necesita un empuje suplementario para llegar a Toyota, incluso igualar a Ferrari.