La FIA se adueña del GP de Italia con las decisiones a puerta cerrada

La controversia en el caso de la Fórmula 1 está en el criterio para aplicar las nueve penalizaciones de parrilla que había en este Gran Premio, un criterio que escapa al previsto en el Reglamento Deportivo y que es inconsistente con el que se aplicó en el reciente GP de Bélgica, sin ir más lejos.

En el caso de la Fórmula 3, la polémica es aún mayor porque la inesperada decisión de terminar la carrera de este domingo con bandera roja ha servido en bandeja el campeonato a Victor Martins, que se hubiera hundido con una sanción de tiempo en caso de reanudarse la prueba.

Niels Wittich es quien dirige los comisarios de la Fórmula 1 en Monza y Sílvia Bellot es la directora de carrera permanente de la Fórmula 3, de ahí que sean dos grupos separados. Pero ambos están en todo caso bajo el paraguas de la FIA, que actúa como ente regulador.

EL CRITERIO PARA DEFINIR LA PARRILLA DE LA FÓRMULA 1

Hasta nueve pilotos acarrean sanción en la parrilla del GP de Italia, de ahí que entre el resultado de la clasificación y lo que veremos hoy en la salida los parecidos sean mínimos.

Son tantas las penalizaciones y las consecuencias colaterales que tan sólo habrá un piloto que salga desde la misma posición que ostentaba tras la sesión de clasificación: el poleman Charles Leclerc.

La polémica en este caso es que el criterio que se ha seguido es inconsistente con el que vimos en Spa-Francorchamps y el que a priori dicta la literalidad del Reglamento Deportivo.

En el Artículo 42.3.c, la normativa dice:

"Cuando la parrilla ya se ha formado de acuerdo con el Artículo 42.3.a –que estipula que la Q1, la Q2 y la Q3 definen el orden provisional– y el 42.3.b –que regula cómo se ordenan los coches que no tienen tiempo–, las penalizaciones de parrilla se aplicarán a los pilotos en cuestión".

"El piloto con la clasificación más alta después de la sesión de clasificación tendrá precedencia", añade.

A este le sigue el Artículo 42.4.d, que regula las sanciones de empezar desde el fondo de la parrilla:

"Una vez la parrilla se ha establecido de acuerdo con el Artículo 42.3.a, el 42.3.b y el 42.3.c, se aplicarán las sanciones de parrilla a los pilotos que tengan que empezar la carrera desde el fondo de la parrilla".

"Si más de un piloto tiene que empezar la carrera desde el fondo de la parrilla se ordenarán por el resultado de la clasificación".

Básicamente, para ordenar la parrilla definitiva primero se sanciona a los pilotos con una penalización de número de posiciones –Verstappen, Pérez, Bottas, Ocon, Magnussen, Schumacher– y luego a los que han sido relegados al fondo –Sainz, Hamilton, Tsunoda–.

De acuerdo con el Artículo 42.3.c, y con lo que vimos en Spa-Francorchamps, las sanciones se aplican una a una y el orden se va reordenando tras cada una, hasta que la última penalización sirve para determinar la parrilla definitiva.

Es el criterio que ha imperado hasta ahora y el que vimos en Spa-Francorchamps, y es el que nuestro redactor Tomás Slafer ha explicado en este vídeo tan ilustrativo.

En Monza, sin embargo, la FIA ha seguido otro y ha optado por aplicar las sanciones en bloque. Todas a la vez.

En lugar de reordenar la parrilla después de cada sanción –como en el vídeo anterior–, los comisarios han aplicado las penalizaciones y han reagrupado al resto del pelotón. Este viral sirve para ilustrar qué ha hecho la FIA.

La falta de consistencia se evidencia en que los mismos analistas del canales oficiales de la Fórmula 1 habían seguido el criterio de Spa-Francorchamps –el de la normativa– para configurar una parrilla provisional que luego no tuvo nada que ver con la de los comisarios.

En su cálculo Max Verstappen tenía que salir desde la cuarta posición, precisamente porque al aplicar las sanciones una a una se iba a poder beneficiar de otros pilotos que también acarreaban penalización. Pero los comisarios han dejado a Max séptimo.

Es una nueva inconsistencia por parte de los comisarios, que harían bien en unificar su criterio para tratar que en el futuro la Fórmula 1 sea una competición más previsible y lógica, donde la arbitrariedad no tenga lugar.

Ni siquiera los analistas de la F1 previeron el criterio de los comisarios de Monza

LA FÓRMULA 3, DECIDIDA EN LOS DESPACHOS

Si el GP de Abu Dabi del año pasado generó controversia porque el coche de seguridad decantó el Mundial de Fórmula 1, este domingo una bandera roja ha servido para decidir el campeonato.

A cuatro vueltas del final ha habido un accidente que ha obligado a parar la carrera. Zane Maloney, Oliver Bearman y Victor Martins, los tres primeros, se estaban jugando el título. Martins iba líder del campeonato.

Durante la bandera roja, los comisarios han sancionado a Martins con cinco segundos por límites de pista. Con el pelotón reagrupado y tan sólo cuatro vueltas por delante, esto lo hubiera hundido en la clasificación en caso de darse la bandera verde.

Esto transformaba el campeonato en un mano a mano entre Maloney y Bearman. Cuatro vueltas por delante y quien cruzase la línea de meta en cabeza se llevaría el título a casa.

Pero esto ha quedado en nada, porque ha salido el mensaje de que la prueba no se iba a reanudar.

La sanción de tiempo de Martins se ha aplicado sobre las diferencias en pista en bandera verde, lo que le ha permitido terminar cuarto y proclamarse campeón.

Para Bearman la indignación ha sido doble, porque los comisarios han dejado sin sanción a Maloney a pesar de echarle de pista en la primera variante.

Aunque los cuerpos de comisarios de la Fórmula 1 y de las categorías soporte son independientes, sí se les presupone una mínima continuidad espiritual por su pertenencia a la FIA y es evidente que un campeonato terminado en bandera roja es inaceptable.

Es un desenlace que choca frontalmente con el discurso que ha adoptado la FIA tras el desenlace de Abu Dabi 2022, en tanto que la Federación ha dicho por activa y por pasiva que quiere que los títulos se decidan en el circuito y no en la sala de comisarios.