Hamilton gana en Rusia ante la carambola de Vettel a Leclerc

Todo ha empezado en la salida. Vettel partía tercero, justo detrás de Hamilton. Leclerc le ha dado su rebufo y no se ha defendido al llegar a la primera frenada. La prioridad era dejar atrás al Mercedes.

Ferrari le ha pedido al alemán que devolviera la posición, pero ha desobedecido y encadenado vueltas rápidas para crear una ventaja de 4,0 segundos. Demasiado como para levantar el pie, porque Hamilton estaba a tres de Charles. La solución ha sido parar antes al monegasco y hacer el cambio en boxes.

Leclerc ha entrado cuatro vueltas antes que Vettel, que ha caído por detrás de su compañero. Pero entonces el alemán ha tenido un fallo del MGU-K, que en última instancia ha provocado un coche de seguridad virtual que ha entregado en bandeja la victoria a Lewis Hamilton, que aún no había hecho su pit-stop.

Carlos Sainz ha sido el piloto destacado de la zona media. El madrileño ha superado a Valtteri Bottas en el momento de la salida y luego ha comandado su pelea sin que nadie le pusiera contra las cuerdas. El de McLaren ha terminado en sexta posición, con lo que refuerza su séptima posición en el Mundial de Pilotos.

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Charles Leclerc salía desde la Pole Position en el GP de Rusia después de superar a Lewis Hamilton por 402 milésimas en la sesión de clasificación. El monegasco consiguió su sexta primera posición –a una de su archirrival Max Verstappen– y la cuarta consecutiva, una racha inédita en Ferrari desde que Michael Schumacher lo consiguiera en la temporada 2000.

La Scuderia protagonizaba una recuperación que dos meses antes parecía imposible. Las victorias de Bélgica e Italia eran previsibles dada la superioridad del SF90 en las rectas, pero las mejoras de Singapur resultaron en un coche competitivo en todos los escenarios, también en las pistas de carga aerodinámica. El triunfo de Marina Bay o la Pole de Sochi así lo confirmaban.

Leclerc capitaneaba la ofensiva de Ferrari. Vettel venía de una victoria en Singapur, pero un desliz en su segunda vuelta de la Q3 permitió que Lewis Hamilton se colara en la primera fila de la parrilla. El alemán se lo jugaba todo en la salida, donde tendría una superioridad en tracción por comenzar con el neumático blando que le podría permitir recuperar el segundo puesto en la eterna recta que conducía hasta la primera frenada.

La estrategia se perfilaba como un factor clave. Los Ferrari salían con el compuesto blando, pero los Mercedes lo hacían con el medio. Eso dejaba a priori a los alemanes en inferioridad de condiciones, pero podrían alargar su primera tanda y llegar al final con gomas más frescas. Los SF90 podrían elegir entre el medio o el duro, con una ventana de parada prevista entre la vuelta 14 y la 22. Los W10 tendrían que cambiar al duro entre la 16 y la 24, o bien aguantar el máximo tiempo en pista para llegar a los últimos giros con los blandos.

Carlos Sainz también era noticia. El madrileño se clasificó sexto y líder de la zona media, pero salió quinto por la sanción de Max Verstappen. Una recuperación fulgurante, porque el viernes no tenía ninguna confianza en su coche. Recobró sensaciones en los Libres 3 y se desquitó en la cronometrada, donde llegó a la Q3 y superó a Nico Hülkenberg por seis centésimas. El español estaba determinado a revertir la mala suerte que le acompañaba desde el verano: abandono en Bélgica por avería, abandono en Italia por una tuerca y accidente en Singapur en la primera vuelta.

McLaren también era noticia por otro factor: su motor. El sábado, el equipo de Zak Brown anunció un acuerdo de motorización con Mercedes. Comenzaría en 2021 y se extendería hasta la temporada 2024. Eso suponía el retorno de un binomio que ganó cuatro mundiales entre 1995 y 2014, como equipo de fábrica hasta 2009 y cliente desde 2010. Paradójicamente, McLaren volvía a Mercedes como cliente cuando Ron Dennis apostó por Honda porque estaba convencido de que nunca podrían triunfar mientras los de Brackley tuvieran su propia escudería.

Desde Singapur también trascendió que Toro Rosso había solicitado a la FIA cambiar su nombre a Alpha Tauri para la temporada 2020. Requeriría del visto bueno del resto de escuderías para proceder, aunque no se anticipaba ningún problema. Esa nueva nomenclatura hacía alusión a una marca de ropa de Red Bull fundada en 2016 y que ahora podría beneficiarse de la exposición que brinda la categoría reina.

Dirección de Carrera penalizó a cinco pilotos. Max Verstappen y Alexander Albon recibieron cinco posiciones por instalar el quinto motor. Albon se estrelló el sábado y fue condenado al Pit-Lane por cambiar la especificación del suelo –rompió el parc fermé–. También sustituyó la caja de cambios y montó el sexto turbo, el sexto MGU-H y el cuarto MGU-K. Pierre Gasly recibió cinco puestos por poner el séptimo motor. Robert Kubica fue relegado al fondo por el cuarto motor, el cuarto turbo y el cuarto MGU-H. Daniil Kvyat estrenó unidad de potencia –sexto motor, sexto turbo, sexto MGU-H, quinto MGU-K–, pero rompió el sábado y volvió a cambiar –séptimo motor, séptimo turbo, séptimo MGU-H, sexto MGU-K. Saldría desde el fondo de la parrilla.

Todos los coches que partían desde el Top 10 lo hacían con los neumáticos, todos salvo los dos Mercedes, que lo hacían con medios. Por detrás, diversidad de opiniones. Sergio Pérez, Antonio Giovinazzi y Kevin Magnussen –de undécimo a decimotercero– con blandos. El resto con medios salvo Daniil Kvyat, el único que se la jugó con los duros.

Salida. Y Sebastian Vettel espléndido. Aprovechó el rebufo de Charles Leclerc y su superioridad en tracción para dejar atrás a Lewis Hamilton en la curva 1. Luego se desplazó al interior para emparejarse con Leclerc, al que le birló el liderato de la carrera con una apurada de frenada.

Carlos Sainz también estuvo perfecto. Quinto en parrilla, el madrileño capitalizó los neumáticos medios de los Mercedes para dejar atrás a Valtteri Bottas. Llegó a la primera frenada también por delante de Lewis Hamilton, pero jugó conservador y el pentacampeón recuperó posición. El español era cuarto. Max Verstappen, noveno, tan sólo subió al octavo. Kimi Räikkönen recibió un Stop&Go por saltarse la salida.

El coche de seguridad salió en la primera vuelta. El motivo, un accidente en la curva 4. Daniel Ricciardo, Antonio Giovinazzi y Romain Grosjean llegaron en paralelo a la frenada. Los coches se tocaron. El Renault desllantó y el Haas se fue contra el muro. El Alfa Romeo pudo continuar en la carrera, pero tuvo que pasar por boxes.

Durante la neutralización, Ferrari le dijo a Leclerc que estaban pensando cómo hacer “el intercambio”. Un intercambio de posiciones, órdenes de equipo. Eso permitía deducir que habían pactado que Charles se mantendría pegado a la línea exterior para darle la aspiración a Sebastian, que le pasaría en la primera curva y luego le devolvería la posición.

La carrera se relanzó al final de la vuelta 3. Fue limpia. Vettel y Leclerc le metieron a Hamilton un segundo en tan sólo un giro, ajenos a lo que ocurría en sus retrovisores. Sainz contuvo la presión del Mercedes de Bottas, que le seguía a nueve décimas, pero todavía no podía atacarle con el DRS.

En la vuelta 6, Ferrari le comunicó a Leclerc que Vettel le devolvería la posición en el siguiente giro. Sebastian pedía que aguantaran un par de giros más. Los dos rodaban igualados a la décima y abrían un hueco de más de medio segundo sobre Hamilton, que ya estaba a cuatro segundos.

Pero Vettel no levantaba y Leclerc caía fuera del DRS. En la vuelta 7, Charles le dijo a su ingeniero que “le habían puesto detrás” y que él “lo respetaba todo”, pero que era peligroso apretar para reducir la brecha, porque podía dejarse los neumáticos. Ferrari le insistía a Sebastian, pero el tetracampeón respondía con una nueva vuelta rápida. La diferencia entre los dos crecía a 1,5 segundos.

Mientras tanto, Sainz abría la puerta a Bottas y caía al quinto puesto. Disponía de tres segundos de margen sobre su compañero Lando Norris, que le seguía en sexta posición. Por detrás del británico ya estaba Max Verstappen, que estaba dispuesto a reengancharse a los líderes.

En la vuelta 9, Ferrari le dijo a Vettel que pasaban a considerar el “Plan C”. Inmediatamente contactaron con Leclerc para decirle que harían “el intercambio un poco más tarde”. Charles respondía para que todo el mundo supiera qué había pasado: “Yo lo he respetado. Le he dado el rebufo, sin problemas”. Sebastian seguía escapándose y ya tenía dos segundos sobre Charles, quien a su vez tenía otros dos sobre Hamilton.

Vettel encadenaba vueltas rápidas y ampliaba su renta sobre Leclerc, que perdía cuatro décimas en cada paso por meta. La brecha ya había crecido hasta los 3,6 segundos al llegar a la 15. La idea del alemán parecía clara: dejar atrás a su compañero para complicar el intercambio de posiciones, que se convertía en una apuesta arriesgada porque Hamilton empezaba a recortar distancias con los neumáticos medios. Estaba a 3,2 de Charles.

Verstappen pasó a Norris en la vuelta 12 e inmediatamente pasó a presionar a Sainz. Llegó a su DRS en la 16 y le adelantó en la 17. Carlos caía así a la sexta posición, su objetivo real. Lideraba la zona media con un margen cómodo de 3,9 segundos sobre su compañero de filas.

Por delante, Sebastian exprimía sus gomas y establecía un nuevo récord en la 17. La diferencia crecía a 4,0 segundos. Ferrari le dijo a Leclerc que ya podía apretar, pero no sirvió de nada. Su ritmo no era mejor que el de su compañero, que se alejaría aún más en los siguientes giros.

Lando Norris entró a boxes en la vuelta 21, cuando estaba a 3,6 segundos de Carlos Sainz. El madrileño paró en la 22 y regresó por delante de su compañero, lo que le permitía conservar el liderato de la zona media. Los dos McLaren cambiaron al neumático medio, testigo de la poca degradación del circuito de Sochi.

Ferrari llamó a Charles Leclerc en la vuelta 22, cuando el monegasco se hallaba a 4,2 de su compañero. El monegasco puso el compuesto medio e inmediatamente emprendió un esfuerzo para intentar el undercut con su compañero. Mientras tanto, Mercedes avisaba a Hamilton que prolongarían su tanda para buscar un último relevo con blandos.

Leclerc arañó 1,0 en el primer giro completo y 1,7 en el siguiente. Sebastian paró en la vuelta 26 y regresó por detrás de su compañero, de tal modo que Leclerc recuperaba la primera posición a la que había renunciado con su cooperación en la salida.

Pero todo cambió. Sebastian Vettel se quedó parado con un problema del MGU-K. Eso provocó un coche de seguridad desgraciado que alteró el desenlace de la carrera y dejó vendido a su compañero. Sebastian aún tuvo tiempo de espetar por radio “traed otra vez los malditos motores V12”.

Hamilton entró en boxes con 27 segundos sobre Leclerc. Como la carrera estaba neutralizada, el británico regresó por delante del monegasco. Lewis era el nuevo líder de la carrera. Bottas también paró, pero regresó justo detrás de Charles. Los Mercedes montaron blandos.

El Virtual Safety-Car terminó en la vuelta 29, pero George Russell se fue contra el muro en la curva ocho y provocó un coche de seguridad real. Durante la interrupción, Charles Leclerc hizo una segunda parada para poner neumáticos blandos y atacar a los dos Mercedes en igualdad de condiciones. Con el abandono de Vettel, Carlos Sainz recuperaba la quinta posición.

La carrera se relanzó en la vuelta 33. Lewis Hamilton controló el tempo a la perfección. Charles Leclerc se metió inmediatamente a seis décimas de Valtteri Bottas. Con su defensa el finlandés protegía el liderato de su compañero, que en dos giros abrió un hueco de 2,3 sobre el monegasco.

La resalida fue fatal para Lando Norris, que pasó de séptimo a noveno. Carlos Sainz se las veía entonces con el Haas de Kevin Magnussen, que estaba a 1,7.

Leclerc pudo activar el DRS en la 35, pero Bottas permanecía inalcanzable. En la 36, el monegasco se asomó por el interior en la recta de meta, pero se quedó corto. Por delante, Hamilton pintaba el circuito de púrpura y abría 3,5 sobre el joven ariete de Ferrari.

Tras enfriar gomas durante varios giros, Charles volvió a apretar en la 39. Récord en dos sectores y distancia de DRS. Hizo un amago de interior en la curva 2, pero fue insuficiente. El Ferrari era más rápido, pero no lo bastante para torcer al Mercedes. Hamilton ya tenía 3,9 sobre el monegasco.

Con cada minuto que pasaba se hacía más evidente que nada iba a cambiar. Bottas se las ingeniaba para mantener a raya a Leclerc, que corría el riesgo de dañar en exceso sus neumáticos. Valtteri era el guardaespaldas perfecto de Lewis Hamilton, que cabalgaba hacia la victoria más imprevista.

La atención se trasladaba a la zona media. Carlos Sainz seguía quinto, pero esta vez tenía en sus retrovisores a Alexander Albon. El Red Bull estaba a poco menos de cuatro segundos a falta de diez vueltas, pero tenía neumáticos blandos.

Albon se metió en el DRS de Sainz en la vuelta 48. La diferencia entre monoplazas y compuestos se hizo evidente, y así el Red Bull adelantó al McLaren para retomar la quinta posición. Carlos caía a la sexta, pero conservaba el liderato de la zona media con un colchón de tres segundos sobre Sergio Pérez.

Lewis Hamilton cruzó la línea de meta en la vuelta 53 para alzarse con la victoria en el GP de Rusia. Valtteri Bottas contuvo a Charles Leclerc para refrendar el doblete más inesperado para Mercedes. El monegasco se la había jugado con una parada bajo el coche de seguridad, parada que supuso pasar de la segunda a la tercera posición, pero soñar con la victoria. La apuesta no salió, aunque era evidente que todo se había complicado con la desobediencia inicial de su compañero.

Carlos Sainz terminó sexto para anotarse la victoria simbólica de la zona media. El español convertía así su buena posición de parrilla para desquitarse de la mala fortuna que le había acompañado desde el GP de Bélgica.