Fernando Alonso sueña con la tercera corona, que admite que es una carrera contrarreloj

El salto a McLaren en 2007. El fichaje por Ferrari. La apuesta por McLaren-Honda han sido ilusiones que por una razón u otra no se han concretado. O al menos, sin ser mucho menos un fracaso, no han alcanzado el éxito esperado. Pero a la vez, en su fueron interno estaba convencido, todavía quinceañero, que no podría saltar al automovilismo, mucho menos pasar a la F1 y se conformaba con un futuro en el karting, primero como pilotos después como mecánico o llevando un equipo.

De hecho, casi todos los mortales experimentamos varias veces en la vida lo que quiere hacer y lo que puede hacer. El dicho de "querer es poder" no debe ser tomado literalmente o resulta incompleto; sólo en algunas pocas ocasiones ambos conceptos se dan la mano.

Viene esto a cuenta por dos declaraciones aparentemente opuestas de Fernando. Unas, en un acto de Cognizant donde dijo que "en los próximos dos o tres años quiero ganar mi tercer título mundial". Es el sueño, el objetivo por el que luchar; su ilusión y la de sus seguidores.

De otra parte ha reconocido que el efecto Newey [en Aston Martin] "comenzará a notarse en 2026", dado que comenzará a trabajar en marzo de 2025. Pero es consciente de que Newey no tiene la varita mágica para cambiarlo todo en un plis-plas. "Soy consciente de que todo esto lleva tiempo y, en cierto sentido, no tengo tiempo. Y quizás llegue demasiado tarde".

Transformar un equipo en ganador lleva su tiempo. Lo sabe muy bien. Es cierto que contar con un genio como Newey y todo el equipo técnico que le rodeará y jugar con la incertidumbre que siempre conlleva un cambio de reglas puede ayudar. Y creo que todos: Lawrence Stroll, Adrían Newey y Fernando quieren ganar etapas.

Ni Adrian ni Fernando han recalado en Aston Martin con el mismo espíritu con el que algunos ases del fútbol recalan en un rico club saudí, japonés o de Estados Unidos: la última caja antes de un retiro dorado. Están aquí para ganar… saben que necesitan tiempo y mucho esfuerzo. 

Fernando, no lo duden, lo pondrá. Y si consiguen un coche capaz de alguna victoria, harán lo imposible por tenerlo. Pero Fernando sabe -y admite- que el reloj va en su contra, estamos entrando en tiempo de descuento. Pero mientras hay partido, los suelos son posibles.