Roborace presenta el primer coche de carreras autónomo

Roborace es el nombre con el que se conoce el primer campeonato de vehículos sin piloto que  se celebrará durante la temporada 2016 – 2017 en distintos lugares del mundo. En él competirán diez equipos con dos vehículos cada uno. Todos ellos serán idénticos en el apartado mecánico, pero cada ‘escudería’ deberá desarrollar su propio software de inteligencia artificial y conducción autónoma. Las distintas carreras se celebrarás en consonancia con el campeonato de Fórmula E del próximo año sobre los mismos circuitos.

Diseñados por Kinetik, los ‘roboracers’ tienen un aspecto algo diferente a otros vehículos de competición. A caballo entre un monoplaza de la Fórmula E y un prototipo del mundial de resistencia, su principal diferencia estriba en la falta de puesto de control, como es lógico, dada la ausencia del piloto. En el coche se pueden ver a los socios de este proyecto Lego, Visa, DHL, Allianz y Charge.

En su lugar, alberga una unidad central de procesado –CPU- cortesía de Nvidia, que gestiona todos los parámetros del vehículo -puede manejar hasta 24 trillones de operaciones por segundo- y analiza las condiciones del trazado y el tráfico en pista a través de seis cámaras de inteligencia artificial; 18 sensores ultrasónicos; sistemas de detección de radio y luz; dos sensores de velocidad óptica; dos radares y cinco LIDAR-.

El cerebro del Robocar es el NVIDIA DRIVE PX 2, que usa inteligencia artificial para lidiar con las complejidades de la conducción autónoma. Utiliza cámaras de 360º para conocer el entorno y para determinar una trayectoria segura y eficiente. Los coches pesan 975 kilos y miden 4,8 metros de largo y dos de ancho. Tienen cuatro motores de 300 kW cada uno; una batería de 540 kW y en su mayoría están hechos de fibra de carbono.

"Éste es un momento enorme para Roborace, ya que compartimos el Robocar con el mundo y damos otro gran paso en el avance de la tecnología eléctrica autónoma. Estoy muy orgulloso de todo el equipo y de nuestros socios, en particular del trabajo que ha hecho Daniel al crear esta máquina tan bonita. Era muy importante para nosotros que creáramos una conexión emocional con los coches sin piloto y acercáramos a los humanos y a los robots para definir nuestro futuro. El progreso con Devbot -monoplaza de Fórmula E- en la pista y la construcción del Robocar en menos de un año ha sido extraordinario y tenemos ganas de continuar el viaje de aprendizaje con el Robocar", ha asegurado el CEO de Roborace, Denis Sverdlov.

En cuanto al apartado mecánico, se sabe que contarán con propulsión íntegramente eléctrica y que superarán los 320 kilómetros por hora. Sin duda la aerodinámica será clave en esto. Así, Roborace es una plataforma abierta de inteligencia artificial ideal para que las compañías desarrollen sus propios programas autónomos y busquen los límites en un medio seguro y extremo. La categoría está diseñada para ser una competición de inteligencia, así que todos los equipos usarán el mismo 'robocar' revelado hoy.

"Roborace abre una nueva dimensión, en la que los deportes del motor, tal y como los conocemos ahora, se encuentran con el crecimiento imparable de la inteligencia artificial", ha apuntado, para terminar, el jefe de diseño de Roborace, Daniel Simon.

Michelin será el proveedor oficial de neumáticos de la categoría y usará esta plataforma para desarrollar sus neumáticos de nueva generación, capaces de manejar velocidades propias de un nuevo formato de pilotaje. Las gomas de estos vehículos también se usarán en coches de carretera, ya que la categoría está pensada para reinventar los modelos que circulan por nuestras carreteras.

"En Michelin, siempre hemos estado comprometidos con la innovación y el uso de eventos mundiales y el deporte motor para llevar nuestros productos al siguiente nivel. Roborace ahora nos ofrece una oportunidad única de aplicar nuestra experiencia y knowhow al mundo de los automóviles autónomos. Queremos ayudar a moldear el futuro, no sólo ser parte de él", ha asegurado Pascal Couasnon, director del fabricante francés, para terminar.