Rally Acrópolis 2022: primer 'match ball' para Rovanperä

Una victoria combinada con el triunfo en la 'power stage' le daría matemáticamente el título si el estonio sólo suma dos puntos, 'power stage' incluida.

No será fácil para Rovanperä asegurarse la corona aquí. Ott Tänak llega en gran forma, tras dos victorias consecutivas mientras que Kalle llega tras un fuerte accidente en Ypres, pero demostró allí mismo que eso no le ha hecho mella al ganar la 'power stage'. Pero con la confianza extra de que aquí ganó el año pasado y lo hizo con ventaja, 40 segundos.

Seguro que el joven Rovanperä tomó buena nota de lo sucedido. No es hombre que acostumbre a cometer dos errores idénticos y consecutivos. Kalle sabe que la fruta del título está prácticamente madura y que es mejor un poco de paciencia para cosecharla en el momento óptimo.

"El Campeonato nunca se acaba hasta que se acaba, así que no podemos pensar demasiado en eso. Sólo vamos a intentar sumar bastantes puntos en cada prueba y controlar lo que podamos", ha señalado Rovanperä.

La presión no la tiene Kalle –aunque poder conquistar el título siempre sea presión–, sino que está en el campo de Tänak. El estonio sabe que está obligado a ganar si quiere mantener opciones reales de título, no sólo las teóricas de la aritmética.

"Tras nuestra victoria en Ypres, segunda conscutiva en este Mundial, me veo positivo. Pasar del asfalto a la tierra es un gran cambio, pero sabemos que podemos ser fuertes en esta superficie tras nuestras victorias en Italia y Finlandia", ha señalado Tänak.

Tenemos asimismo a Elfyn Evans y a Thierry Neuville, los 'segundos' en sus equipos. Evans puede mantener opciones y está preparado para cubrir las espaldas de Tänak. Neuville, por el contrario, ya sabe que este año tampoco será campeón; para mantener opciones tendría que sacarle ocho puntos a Rovanperä, lo que equivale a que éste sufra un revés importante. Pero aunque esto ocurriera, las opciones reales serían mínimas.

Pero estamos en una de las pruebas que presenta el terreno más duro del Campeonato. Un terreno que ha sufrido fuertes lluvias hace menos de una semana y que durante el reconocimiento aún tenía zonas húmedas. A decir por los pilotos estaba en general algo mejor que el año pasado, pero algunas zonas tenían tierra suelta y piedras. No es el mejor escenario para abrir carrera, como hará Rovanperä.

El Acrópolis es un rally distinto. El ritmo es fundamental. Hay que saber medirlo para no castigar el coche, sobre todo en las pistas pedregosas.

Será un rally táctico, donde las órdenes de equipo no faltarán para que Toyota y Hyundai defiendan las opciones de sus líderes. Tendrá una ausencia, la de Adrien Fourmaux: su Puma era irreparable tras Ypres.

Sébastien Loeb, el hombre más laureado de la especialidad, puede hacer que las cosas se decanten en un sentido u otro. Habrá que tenerle en cuenta. Su presencia aquí servirá para juzgar el valor del Ford Puma y, sobre todo, el valor de la alineación de M-Sport. Craig Breen sabe que tiene ante sí una 'piedra de toque', un examen a superar.

Y también habrá que contar con otro ilustre veterano, Dani Sordo. El cántabro es un valor seguro con una misión precisa: aportar el máximo de puntos a Hyundai de cara al título de constructores, al que todavía aspira.

La batalla no será menos cruenta en WRC2, con el retorno de Nikolay Gryazin que quiere demostrar que si hubiera podido correr todas las pruebas estaría en la batalla por el título de la categoría. Una categoría que encabeza Andreas Mikkelsen por delante de Yohan Rossel y Teemu Suninen; la distancia entre ellos no es mucha y puede pasar cualquier cosa en una prueba tan dura. También estará Bruno Bulacia, Emil Lindholm, Gregoire Munster, Fabrizio Zaldívar, Chris Ingram, Martin Prokop, y el otro español inscrito, además de Sordo, Miguel Díaz-Aboitiz.

La prueba helena comienza hoy, jueves. Tras el 'shake down' matinal, será la superespecial del Estadio Olímpico, sólo 1,95 kilómetros, para llevar el Rally a Atenas porque el cuartel general de la misma estará en la ciudad de Lamia.

La etapa reina es la segunda, con dos pasadas por el mítico tramo de Tarzan de 23,37 kilómetros, donde muchas veces se jugó la prueba. También tiene el tramo más largo, Pyrgos, de 33,2 kilómetros, a disputar dos veces, y completa la etapa dos pasadas por Perivoli; en total 147,98 kilómetros de velocidad. La primera etapa sólo tiene 108,31 kilómetros de velocidad, poco más de 110 si le sumamos la superespecial del jueves. Acaba con una especial dura, Bauxite, de 22,97 kilómetros. La última etapa, el domingo, con sólo tres especiales y 45 kilómetros de velocidad; dos pasadas por Eleftherohori –16,9 kilómetros–, que será a la vez la 'power stage'.