Lexus cumple 30 años: conducimos tres décadas de lujo

Para quien escribe, Lexus es necesariamente una marca especial desde el momento en el que su primer proyecto recibió el nombre de F1, F de 'flagship', buque insignia, y '1' porque el objetivo era no estar por detrás de nadie. Anécdotas aparte, es una marca que desde su fundación ha buscado igualar o superar los estándares marcados por las casas premium europeas a toda costa, y esto le confiere un aire romántico. Hoy celebran su trigésimo aniversario, aunque el germen se sembró antes, en 1983, durante una reunión en los cuarteles generales de Toyota en Japón. El entonces presidente Eiji Toyoda, a sus 70 años, lanzó el reto: ¿podemos construir un coche de lujo que pueda retar a los mejores? La respuesta fue sí y allí empezó un viaje de seis años.

Diseñado a caballo entre Japón y Estados Unidos, destinaron 24 grupos de ingenieros repartidos por el mundo –1.400 en total–, 2.300 técnicos y otros 220 de apoyo para construir el primer prototipo –y otros 449 más, junto a 1.000 motores– del que acabaría siendo el LS 400, esto es el primer Lexus. Aunque su principal mercado iba a ser Estados Unidos, muchas unidades se probaron en Europa camufladas con carrocerías de Toyota Cressida para ajustar las suspensiones con cierta consideración a las carreteras a este lado del Atlántico. Todo costó varios meses: diez, por ejemplo, para ajustar el equipo de sonido Nakamichi.

Lexus cumple 30 años... y hoy he encontrado esto al despertar. Puedo probarlos todos. ¡Va a ser un buen día! pic.twitter.com/ps1lA6RDoQ

— Cristóbal Rosaleny (@crosaleny) October 4, 2019

En sus primeras fases, el proyecto tuvo carácter secreto, y este aire misterioso también sobrevuela sobre el origen del nombre de la marca. ¿De dónde viene Lexus? Las teorías son múltiples, y una de las más extendidas es que se trata del acrónimo de 'Luxury EXports to the US'. Sin embargo, la marca lo desmiente para aclarar que simplemente fue el nombre elegido entre 219 propuestas. Entre los finalistas estuvieron "Vectre, Verone, Chaparel, Calibre y Alexis". Venció este último, pero cayó la 'a' y luego mutó la 'i' por la 'u'... ¡para no repetir el nombre de Alexis Colby, la mala de 'Dinastía'!

El Lexus LS 400 tuvo como probador de lujo al mismísimo Roger Penske en una pista de pruebas en Japón, que hizo algunos de los 4.400.000 kilómetros que realizó el LS 400 hasta su lanzamiento. Y así nació Lexus, una marca que llegó a España en 1993, todavía con un vigente LS 400 distribuido por el Grupo Bergé. Por entonces ya había sido la marca de lujo con más unidades importadas en Estados Unidos en un ejercicio, con la llamada 'triple corona' en los índices de satisfacción de JDPower.

Lexus LS 400 1990

ARTESANÍA TAKUMI

Desde sus inicios, Lexus buscó la llamada 'excelencia de extremo a extremo'. El primer extremo sería la producción del vehículo, las fábricas, donde Lexus dispone los llamados maestros Takumi. La inmensa mayoría de los Lexus se fabrican en Japón –excepto una parte de la producción de sus todocamino, situada en Ontario, Canadá–; pues bien, en las fábricas cuentan con una selección de trabajadores con al menos 25 años de experiencia llamados Takumi; especializados hasta la médula en sus tareas, se dedican a percibir los fallos que otros ni siquiera ven para mejorar el proceso de producción.

Que sus habilidades son enormes parece poco discutible si consideramos que los 12 Takumi de la planta de Miyata en Kyushu saben doblar un gato en papiroflexia con la mano no dominante y en menos de 90 segundos. Ésa es precisamente una de las pruebas que deben superar para acceder a su puesto.

HOSPITALIDAD 'OMOTENASHI'

Cuenta la leyenda –y todo lo premium tiene leyendas que lo apoya– que cada concesionario Lexus firma la Alianza Lexus, que establece que la marca "tratará a cada cliente como si fuera un invitado en nuestra casa". Ése es el otro extremo, el trato en venta y postventa. La marca lo resume en una palabra, 'omotenashi', hospitalidad, que pasa por anticipar necesidades del cliente, prestar máxima atención al detalle y expresar gratitud. Lástima que no haya proliferado la costumbre de que los dos primeros mantenimientos para los coches Lexus eran gratuitos, pero es una fortuna para cualquier comprador de coches que esa hospitalidad nipona tan arraigada en su cultura llegase a otras latitudes gracias a Lexus, porque una amplia mayoría de las marcas ha copiado estos principios que no eran precisamente comunes hace 30 años.

LOS LEXUS MÁS RECORDADOS

El siguiente gran golpe en la historia de Lexus fue el todocamino RX, que en 1998 se convirtió en uno de los primeros SUV premium en el mundo. Además, en su segunda generación recibió una mecánica híbrida entonces del todo inusual en un coche de sus características, el RX400h. Corría el año 2004, y Lexus ya era una marca perfectamente conocida en Europa. Los motivos, todos los expuestos anteriormente y, muy importante, los llamados  'faros Lexus'. Para el público más joven, que no vivió aquel 'boom', hablamos de los pilotos traseros sin color, con la tulipa neutra y, por ejemplo, las bombillas de la intermitencia de color naranja o la luz trasera roja y circular, inscrita dentro de esa tulipa. Es quizá el rasgo más identificativo –y copiado hasta la saciedad– del primer Lexus IS, presentado en 1998 como el RX.

Éste último ya lo probé como periodista, pero llegué tarde al IS con el que tanto había fantaseado en el Gran Turismo. Afortunadamente, Lexus ha celebrado su trigésimo aniversario por todo lo alto y nos ha dado la oportunidad de probar algunos de los modelos más representativos de su historia, desde el inaugural LS400 hasta el presidencial LS 600h, sin olvidar el SC 430 o su primera berlina híbrida, el GS 450h –también estuve en la presentación de este coche, llámenme viejo–. Con el reconocimiento al trabajo que Lexus España ha realizado para reunir tantas unidades y en tan buen estado –además, vineladas en color blanco para la ocasión–, los repasaremos brevemente.

• Lexus IS 200 1998

El IS 200 se vendió como Toyota Altezza en Japón y fue coetáneo del BMW Serie 3 E46, por poner un rival natural. El exterior es visible en las fotos, pero no el motor de dos litros... ¡y seis cilindros en V! Rareza nipona de sonido delicioso desde el mismo arranque, la unidad que hemos tenido ocasión de probar cuenta con más de 250.000 kilómetros de rodaje, pero funciona con una finura ejemplar, aterciopelada. La caja de cambios suena casi tanto como el motor, un sonido que recuerda al de un coche de rallies. La postura de conducción es cómoda, el volante es precioso y cuenta con airbag.

El cuadro de instrumentos también está a la altura de su prestigio, con un diseño inspirado directamente en la esfera de un reloj cronógrafo. La mezcla entre lujo y deportividad está incluso por encima de la que ofrecían los BMW de la época, y queda redondeada por la palanca del cambio manual, una simple bola de acero. La luna delantera queda cerca del conductor, delatora de la edad del coche como la tapicería textil con aspecto de pana; el suavísimo ralentí invita a iniciar la marcha, y así lo hacemos.

El motor no es potente –parece tener menos de los 155 caballos anunciados–, y apenas pudimos bajarlo de 10 litros de gasolina a los 100 kilómetros, pero es muy agradable en el uso y en la parte alta del cuentavueltas respira con alegría. Lo más llamativo, sin embargo, es lo sólido que es un interior que todavía hoy, 18 años después de su ensamblaje, luce un estado perfecto –excepto por los plásticos recubiertos de una fina capa de goma que también usaron extensivamente en modelos del grupo Volkswagen y que acaban por volverse 'pegajosos'. No hay grillos ni desajustes.

La dirección es muy agradable y francamente precisa pese a que el neumático no tiene un perfil ultrabajo y que sus 1.435 kilos tampoco son peso pluma. En definitiva, su tacto contemporáneo, su calidad de fabricación y su influyente estética lo convierten en un auténtico 'caramelo' de ocasión, con precios entre 3.000 y 4.000 euros para unidades en buen estado.

• Lexus RX 400h

Estamos en la segunda generación del todocamino premium de Lexus, lanzada en 2003. Fue tan importante como su predecesora porque al año siguiente llegó, como novedad absoluta en Europa y compartida en el mundo sólo con el Ford Escape Hybrid de Estados Unidos, el nuevo RX 400h, un SUV híbrido. El mero hecho de su existencia fue audaz y, por supuesto, imitado a posteriori en innumerables ocasiones.

Curiosamente, su condición de pionero le hace ser también más vulnerable al paso del tiempo que algunos de sus compañeros de gama más antiguos. El silencio en el arranque puramente eléctrico ya no nos impresiona como entonces y el balanceo de la carrocería es sensible; de acuerdo que pesa dos toneladas, pero otros coches de ese mismo peso –como el propio RX 450h que hoy está a la venta con 2.215 kilos– son mucho más ágiles. Sí nos resultó sedoso y confortable, con un solo sonido parásito: el del cuero de las banquetas traseras independientes contra sus 'hermanas'. En cuanto a prestaciones, acelera con fuerza, cuenta con tracción total y el motor térmico V6 suena tan bien que no molesta la actuación del cambio mediante conjunto de engranajes epicicloidales.

• Lexus LS 600h 2007

La berlina sucesora del Lexus fundacional adoptó una mecánica híbrida hace 12 años. Su funcionamiento es suavísimo y, respecto a los otros modelos probados, muestra un paso adelante en eficacia de la suspensión, aunque las actuales berlinas de representación logran un compromiso todavía mejor entre confort y paso por curva. No encontramos ni un solo sistema eléctrico que no funcione, y los hay a raudales, desde los masajes en el asiento trasero hasta el despliegue de la pantalla multimedia o el funcionamiento de cada uno de los 19 altavoces del equipo Mark & Levinson que opcionalmente equipaba el buque insignia de Lexus. El funcionamiento de la pantalla táctil, el monitor del sistema híbrido... colocan al LS no sólo como una magnífica berlina de lujo, sino como patrón para modelos más recientes de la competencia. Al bajarnos de su habitáculo sentimos una clara sensación de actualidad, incluso mayor que en otros 'youngtimers' de la marca que hemos tenido oportunidad de conducir.

• Lexus SC 430 2001

La primera generación del Lexus SC era un coupé, pero para la segunda optaron por mutar hacia un descapotable que brillase por su confort y robustez. La unidad que probamos, con motor V8 de 286 caballos, nos pareció un coche muy refinado, aunque menos contundente en la sensación de entrega de potencia de lo que desprenden sus cifras. Ávido en el consumo de gasolina, su edad también influye en la aparición de los primeros ruidos interiores, que en cualquier caso son escasísimos dada su condición de descapotable. La postura de conducción es deliciosa y el confort elevado, a cambio de un balanceo mayor del que se experimenta, por ejemplo, en un Mazda MX-5 de su mismo tiempo. Donde sí brilla sin paliativos es en su estética exterior, tan acertada hoy como lo fue hace casi dos décadas. Será difícil que el SC sea visto alguna vez como un coche viejo, pero sí tiene números de convertirse en un clásico, palabra quizá sobreexplotada en los últimos tiempos, pero que este roadster de lujo merecerá con toda probabilidad.

El balance de nuestro día en el túnel del tiempo es que, definitivamente, Lexus cumplió con su palabra de crear coches a la altura de sus rivales europeos por calidad y carácter, y también que la evolución en seguridad, equipamiento, facilidad de conducción... ha afectado a la casa nipona como a todas las demás. El mayor rasgo diferencial de los Lexus quizá es el concepto de evolución sin renunciar a su legado, la necesidad de respetar mucho su marca, al ser más joven que sus rivales premium europeas. Quizá la efeméride nos volvió más sensibles, pero vimos claro su espacio en un segmento que necesita para quienes concurren en él, más que en otros, una historia.