Las razones por las que Ford, General Motors y Stellantis están contra las cuerdas en Estados Unidos

Tres de los principales fabricantes de coches en Estados Unidos no han conseguido todavía llegar a un acuerdo con el sindicato United Auto Workers, al que pertenecen 145.000 trabajadores de las plantas norteamericanas de Ford, General Motors y Stellantis.

De momento, sólo han abandonado su puesto de trabajo, hoy viernes, 13.000 empleados pertenecientes a las plantas que GM tiene en Missouri, Ford en Michigan y Stellantis en Ohio.

En ningún caso son instalaciones en las que se fabriquen los automóviles más populares de ninguno de los tres fabricantes, ya que de esas plantas salen modelos pick-up, todoterreno y SUV de gran tamaño como el Ford Ranger, el Ford Bronco, el Jeep Wrangler o el Chevrolet Colorado, por poner algunos ejemplos.

No afecta, por tanto, a las fábricas que suministrar piezas a la mayoría de sus instalaciones repartidas por el país, lo que habría supuesto la escasez o falta de piezas para que las 25 plantas repartidas por el país siguieran ensamblando vehículos.

United Auto Workers apunta a que es sólo un aviso y que podría pedir a más trabajadores que abandonen sus puestos de trabajo si no hay avance en las negociaciones.

El sindicato norteamericano pide para sus miembros un buen puñado de beneficios de los que carecen los empleados contratados desde 2007, como un plan de pensiones tradicional, la cobertura médica para personal jubilado o el ajuste salarial al los precios.

Argumentan sus peticiones basándose en las ganancias récord de los últimos años para los tres fabricantes de automóviles, al crecimiento del sueldo de los puestos de directivos en un 40% y a un coste de los vehículos en picos máximos históricos.

Por tal motivo, piden un reparto razonable de los beneficios, sin que el aumento en hasta un 20% por hora ofrecido por las compañías les parezca suficiente. Lo que piden es que ese 20% sea efectivo y total de manera inminente, así como otros cuatro aumentos porcentuales del 5% por año durante la vigencia del contrato.

La intención es que los trabajadores puedan recuperar los sueldos de antaño, sin tener que esperar ocho años, como ocurre en la mayoría de los casos.

Otra petición importante es la de acabar con las horas extras obligatorias, ya que el contrato que estaba vigente, y que ya ha expirado, permitía a las empresas exigir a los empleados trabajar los siete días de la semana durante varios meses continuados.

Ahora, United Auto Works pretende revertir esa situación y aboga por una semana laboral de cuatro días sin reducción de salario.

Mientras que UAW tacha de 'broma' las declaraciones de los representantes de las marcas, éstas afirman estar decepcionados con la postura del sindicato. Jim Farley, consejero delegado de Ford, avisa de que "aceptar las condiciones actuales supondría llevar a la quiebra a la compañía".

Habrá que esperar a ver en qué acaba todo esto.