El Dakar se blinda para evitar trampas en 2020

Las ayudas a la navegación y otras prácticas ilegales se vigilarán con lupa este año, más que nunca, en el Dakar. La organización quiere acabar con cualquier posible herramienta que haya facilitado el rally a los competidores en el pasado.

Para ello, por primera vez instalarán dos cámaras a bordo en los 25 favoritos de la categoría de coches. Estas cámaras, alimentadas por las baterías de los coches, se usarán para grabar cada etapa y monitorizar si se usan dispositivos prohibidos.

El reglamento de la prueba que arranca este domingo especifica que los equipos no pueden usar radios, recepctores, conexiones por satélite ni sistemas de transmisión de información a no ser que cuenten con autorización de la organización.

Además, los diez primeros clasificados de las categorías de coches, camiones y 'side by side' deben entregar sus teléfonos móviles a la organización antes de salir a cada etapa.

"Hemos trabajado mucho controlando toda la información que damos desde el Dakar sobre la ruta. Intentamos mantener todo de forma más interna porque, de otro modo, se hablaría de quién tiene GPS en el coche, quién tiene el mapa de la ruta y todas estas cosas. Necesitamos detener todo esto", explica Castera en declaraciones a la revista británica Autosport.

Lo que busca Castera con estas medidas es intentar recuperar la esencia del dakar original, el africano, hacer regresar la dureza pura de la prueba y equilibrar la competición.

"Vamos a poner cámaras dentro de los coches para verificar lo que hacen dentro, si tienen GPS, teléfonos... Tenemos que hacer la carrera más equilibrada para que todo el mundo tenga igualdad de oportunidades", insiste Castera para terminar.