El Consejo Mundial aprobará los WRC híbridos mañana

Yves Matton, el que fuera director de competición de Citröen y Peugeot y que actualmente oficia de director del WRC, lo tiene claro. "La nueva generación de WRC será híbrida. Las marcas actuales están de acuerdo y hay otras también interesadas si se sigue este camino". Y en el ambiente se habla de que serían entre dos y cinco marcas –lo primero parece más ajustado a la realidad– las que estarían dispuestas a dar el paso.

El apoyo principal viene de su exjefa Linda Jackson, la directora general de Citroën. "El deporte está obligado a evolucionar. Es difícil para nosotros presumir de coches sin emisiones y continuar corriendo con motores térmicos", aunque dijo que espera ver la redacción de las normas para tomar una decisión. Pero también Toyota está por la labor y Hyundai opina lo mismo. Queda el caso de Ford, pero Malcom Wilson siempre consigue la forma de acomodarse a las reglas.

El objetivo de aprobar la norma, con dos años y medio de tiempo, es una razón tecnológica. Al incorporar tecnologías nuevas se necesita tiempo adicional para desarrollar los coches, más allá de los 18 meses habituales.

Matton quiere conservar el nivel de prestaciones actual –no desea mejorarlo, por razones de seguridad y de costos– pero también mantener la igualdad de prestaciones que vemos. Y el desafío es que la nueva tecnología no haga aumentar los gastos actuales. Es algo que quizás podría conseguirse con una hibridación común –motor y baterías– y quién sabe si por transmisiones comunes.

Otro tema que está en juego es el tamaño de estos coches –si serán del segmento B, como es ahora, o saltarán al segmento C–, algo más grandes. El espacio necesario para ubicar las baterías será uno de los condicionantes a tener en cuenta. Y habrá otro importante: las exigencias del marketing y tendencias del mercado.