La CE denuncia a España por la contaminación de su aire

Madrid y Barcelona, así como otras ciudades españolas, pueden verse abocadas a implementar restricciones importantes de tráfico privado para alinearse con las normativas europeas de calidad del aire, incluso imponer prohibiciones a los vehículos más viejos o contaminantes, especialmente los Diesel.

La Comisión Europea –CE– ha denunciado a España porque las emisiones de gases contaminantes, nocivas o que son culpables del calentamiento global, superan sistemáticamente los niveles máximos permitidos en varias ciudades de su geografía: Madrid, el Corredor del Henares y áreas metropolitanas de Barcelona y Granada.

La CE ya había advertido a España del problema y abrió incluso expediente informativo en 2015, que fue 'congelado' en 2018 ante la batería de medidas correctivas que propuso el Gobierno. Sin embargo, ahora lo ha reactivado a la vista de que éstas, o han sido insuficientes, o bien no se han puesto en marcha.

No es un problema sólo del dióxido de carbono –CO2–, sino sobre todo del óxido de nitrógeno –NOx– y de las PM10 –las partículas de tamaño medio–. Un tema que se agravará cuando entre en vigor normativas más estrictas que tengan en cuenta las PM5, partículas de tamaño más pequeño y que son fácilmente inhaladas en las ciudades.

Hace unas semanas hablamos de que el tema de emisiones tiene dos componentes distintos. El CO2 se controla globalmente en el país, mientras que el NOx y las partículas es una normativa que deben cumplir las ciudades. En unos casos la multa es 'nacional' y en los otros, de los Ayuntamientos.  Estos últimos son los de más de 50.000 habitantes –unos 150 en España–, muchos de los cuales todavía no tienen una hoja de ruta o plan de actuación definido.

También cabe recordar que este problema ha superado la esfera puramente política para llegar a los Tribunales. Algunos ciudadanos han impulsado denuncias por daños a la salud contra los Ayuntamientos por no vigilar suficientemente la calidad del aire. Aunque no está claro qué sucederá, lo cierto es que el juez ha impuesto al Ayuntamiento de la capital española el mantenimiento de Madrid Central como medida cautelar, anulando el intento de los actuales ediles de cancelarla.

Aunque no es la única fuente contaminante –en Madrid han puesto en práctica una serie de medidas para incentivar el cambio de viejas calefacciones a gasoil por sistemas con menos emisiones–, el automóvil es uno de los causantes más importantes –clave en el caso del NOx– y sobre todo, ofrece la forma más rápida de una actuación eficaz.

Las medidas para intentar corregir la situación pueden ser importantes: peajes urbanos, pagos de zonas azules según los niveles de contaminación genéricos del vehículo, limitación de los coches que pueden circular, restricciones incluso a la distribución según determinados episodios. Como cada Ayuntamiento será libre de tomar dichas medidas, se podrán crear discrepancias entre municipios, con la consiguiente confusión de los ciudadanos.

Lo que sin duda acarreará estos cambios será una influencia sobre el mercado del automóvil. Los coches de ocasión más antiguos –sobre todo los Diesel– perderán valor, mientras que está previsto que se incrementen las ventas de automóviles híbridos y de bajo consumo. No obstante, también se ralentizarán las ventas de coches nuevos hasta que las normas estén claras.