Un monstruo viene a verme: el McLaren W1 debuta con 1.275 caballos y una aerodinámica extrema que lo sitúa en otra categoría

El W1 es un hiperdeportivo generacional y es el sucesor espiritual del McLaren P1, que en su momento fue pionero en demostrar que la hibridación podía ponerse al servicio del rendimiento. El W1 se beneficia de una década de experiencia en la materia y alcanza unas cotas de rendimiento inéditas hasta ahora para la marca. Todo esto se traduce tanto en cifras puras como en rendimiento sobre la pista, donde el W1 no tiene parangón.

McLaren ya ha confirmado que el W1 ha batido en tres segundos el tiempo del McLaren Senna en el circuito de pruebas de Nardo y eso en sí mismo ya hace disparar todas las alarmas sobre lo rápido que es este coche, más aún si tenemos en cuenta que el Senna era capaz de hacer añicos los registros del P1. En Laguna Seca, por ejemplo, el Senna era tres segundos más rápido que el P1. Es fácil imaginar entonces el salto evolutivo que se ha dado ahora con el W1.

De hecho, todo esto hace que nos preguntemos si el McLaren W1 sería capaz de sentarse en la misma mesa que los dos hiperdeportivos de referencia del momento: el Valkyrie y el AMG-One. El Mercedes-AMG One es el actual poseedor del récord absoluto de Nürburgring, pero el McLaren W1 ofrece a priori mejores cifras de aceleración. Y, dado que el One es unos dos segundos más rápido que el Senna en Hockenheim y ahora sabemos que el W1 puede batir al Senna por varios segundos, no es descabellado pensar que su rendimiento absoluto no andará muy lejos.

En el corazón del nuevo hiperdeportivo está un tren motriz híbrido de altísimo rendimiento. Combina un motor V8 de nuevo desarrollo de 928 caballos de potencia y 9.200 revoluciones por minuto con un módulo eléctrico de 347 caballos que integra un motor eléctrico y una centralita en un diseño que busca minimiza al máximo el peso de todo el sistema.

El resultado es una bestia de 1.275 caballos de potencia con la friolera de 1.340 Newton metro de par motor, todo con apenas 1.399 kilos de peso. Esto se traduce en unas cifras de espanto: acelera de 0 a 100 en 2,7 segundos, de 0 a 200 en 5,8 segundos y llega a 300 en 12,7. Eso implica que necesita 0,1 segundos menos que el P1 para llegar a 100 kilómetros/hora, 1,0 segundo menos para tocar los 200 y la bestialidad de 3,8 segundos menos para romper la barrera de los 300. Su velocidad punta está limitada a 350 kilómetros/hora.

Aun así, el McLaren W1 no se queda tan sólo en la potencia bruta sino que busca también la mejor aerodinámica. Y esto se traduce en un coche que es capaz de generar hasta 1.000 kilos de apoyo, y que es la gran explicación de la superioridad de este coche en circuito contra cualquier otro superdeportivo de calle que haya salido de la factoría de Woking.

Hay un par de elementos interesantes en ese sentido: la posibilidad de rebajar la altura del coche a discreción cuando se vaya a rodar en pista –37 milímetros en el caso del eje delantero, 17 en el trasero– y un alerón trasero activo que viene directamente del Artura Long Tail y que es capaz de extenderse hasta 30 centímetros. Todo al servicio de un coche que viene a marcar un antes y un después.

La caja de cambios es una transmisión automática de ocho velocidades que ha sido desarrollada expresamente para la ocasión, e incluye una marcha atrás eléctrica.

La suspensión delantera está inspirada en la Fórmula 1 y es visible desde el exterior, y toda la arquitectura es de fibra de carbono con tal de ahorrar peso.

El McLaren W1 cuesta 2,0 millones de libras en el Reino Unido, que serían equivalentes a 2,39 millones de euros. Aun así, el precio final varía en función del grado de personalización que quiera el cliente, porque cada unidad ofrece un alto grado de customización según los gustos del comprador. Su producción estará limitada a 399 unidades.

Si el McLaren F1 fue pionero por su posición de conducción central y su vinculación con la Fórmula 1, y el McLaren P1 pasó a la historia por formar parte de la primera tríada de hiperdeportivos electrificados con el Ferrari LaFerrari y el Porsche 918, el nuevo McLaren W1 destaca por llevar al límite la hibridación al servicio del rendimiento. Y lo hace con una capacidad de generar carga aerodinámica que lo sitúa a un nivel estratosférico.