Ford Puma ST

Con el Ford Puma ST se elevó a cinco los concebidos por Ford Performance. Tiene mucho en común con uno de ellos, el Fiesta ST. El resto de este conjunto de vehículos especiales de los del óvalo son el Ford Focus ST, el Ford Mustang y el Ford GT. Supone, obviamente, la versión más capaz del Ford Puma, modelo que hemos probado en SoyMotor.com con el motor de gasolina de 155 caballos.

A día de hoy el rival más claro es el Hyundai Kona N, pero es más potente y también más caro, como ocurre con el Volkswagen T-Roc R es superior en términos de potencia y bastante más caro.

FORD PUMA ST 2021: IMPRESIONES DE CONDUCCIÓN

Crear un SUV de marcado carácter deportivo, por mucho que éste sea de tamaño compacto, es todo un reto. Este tipo de vehículos son la antítesis del dinamismo tanto por su extra de altura como de peso respecto a uno de similar longitud. Véase el Fiesta ST en este caso. Por ello causaba especial interés ponerse al volante del Ford Puma ST. Y sí, la firma del óvalo lo ha conseguido. Es posible disfrutar, y mucho, al volante de este vehículo, especialmente en esas carreteras viradas que suelen sacar a la luz los defectos de cada uno.

Nada más entrar al Puma ST uno siente que está ante algo diferente. El volante es específico y su aro de grosor ideal para trabajar con él. Los asientos, también perfectos. La firma de Recaro hace intuir su disposición deportiva, pero lo que sorprende realmente es el compromiso al que se ha llegado en términos de confort, donde también cumple sobradamente. Y eso que la suspensión endurecida del modelo hace que se filtren peor los baches que en el resto de versiones. Por lo demás nos encontramos con una disposición similar a la del resto de variantes del modelo, con todo a mano y controles bastante intuitivos.

Lo más interesante una vez en marcha llega de la mano del comportamiento dinámico que ofrece el vehículo. Su tacto es mucho más deportivo que el del resto de versiones del Puma, lo que no sorprende, y desde luego más similar de lo que cabría esperar respecto al Fiesta ST. El puesto de conducción es algo más alto, sí, pero aún así lo suficientemente bajo como para recordarnos el carácter del coche. La visibilidad que ofrece no admite mucha pega, así como su desempeño en curva sin olvidar que conducimos un SUV. Al afrontar giros con cierto ritmo no encontramos defectos en forma de subviraje ni sobreviraje. A ello ayuda la presencia del diferencial de deslizamiento limitado que equipaba nuestra unidad. Sin él es posible que en los giros más cerrados el morro tienda a mostrarse más perezoso de la cuenta, especialmente a la salida de los mismos. Los balanceos de la carrocería son prácticamente inexistentes, casi tanto como los del Fiesta ST, tanto a la hora de girar como de frenar. El pedal central, por cierto, tiene un tacto algo más firme que el de las unidades convencionales del modelo, pero no tanto como pueda llegar a tener, por ejemplo, un GR Yaris.

Por todo lo dicho uno puede pensar que el Puma ST es incómodo en otras situaciones. Nada más lejos de la realidad. La gran ventaja de este SUV es que, a pesar de haber llevado al extremo su desempeño deportivo, no desmerece en términos de confort. Sí, es cierto que endurece la propuesta del modelo original, pero en ningún caso hasta hacerlo no apto para cierto tipo de conductor.

Otro de los puntos que merece elogio es la dirección. Especialmente en los modos de conducción más deportivos adquiere un tacto firme y directo, sin excesivo intrusismo de la asistencia eléctrica, lo que deriva en una más que aceptable transmisión de sensaciones. Tampoco cae en ningún caso en ofrecer una resistencia demasiado elevada al giro. De nuevo un buen compromiso el logrado por la gente de Ford Performance. Estos modos de conducción, por cierto, son cuatro: Eco, Normal, Sport y Circuito. Este último es específico, y son uno menos que en el Puma convencional. Cada uno de ellos, según la marca, influye en el tacto de la dirección, del acelerador, del freno –esto fue inapreciable durante la prueba– y en los controles de tracción y estabilidad.

Del motor no hay mucho que descubrir al ser el mismo que el del Fiesta ST, pero sí algunas cosas que conviene repasar. Corre, y mucho, aunque en ningún caso con una aceleración súbita que lo haga peligroso para manos poco expertas. Eso sí, para sacarle el máximo rendimiento hay que superar las 2.000 revoluciones por minuto, ya que por debajo su fuerza es escasa pero en todo caso suficiente cuando no se realiza una conducción deportiva. En otras palabras, no nos dejará vendidos en suelo urbano pero nos hará jugar con el cambio en determinadas situaciones, como por ejemplo a la hora de ejecutar adelantamientos. En cualquier caso, es un propulsor bastante más contundente que el 1.0 EcoBoost en su configuración de 155 caballos, que es la otra que hemos probado en SoyMotor.com.

El consumo medio oficial que determina Ford para el motor del Puma ST es de 6,9 litros a los 100 kilómetros. Durante nuestra prueba superamos los 8 claramente, pero hay que decir a favor del fabricante que la ruta completada fue todo lo contrario a lo que se necesita para acercarse al gasto homologado. En recorridos convencionales no resultará complicado acercarse a esta cifra.

Destacable también acerca del motor es su sonido. Es cierto que uno no se olvida en ningún momento que se trata de un tres cilindros, pero Ford ha logrado un bramido natural que puede considerarse bronco y que además viene aderezado por unos siempre agradables petardeos del tubo de escape en ciertos momentos. Por ejemplo, el sonido del GR Yaris, también un tres cilindros de gran potencia, resulta algo más metálico.

El tacto de la palanca de cambios es agradable y directo, tal y como corresponde a un vehículo deportivo, aunque se hubiese agradecido la inclusión de unos recorridos algo más cortos. Lo mismo para el embrague, de resistencia óptima pero que requiere una pisada demasiado honda.

En resumen, el Ford Puma ST es un vehículo ideal para aquellos que quieran disfrutar de marcadas sensaciones deportivas y, además, tengan ciertas necesidades de espacio. La pega principal que tiene es su precio, puesto que 34.000 euros es una factura ciertamente elevada que asciende a 36.300 en el caso de que se le añadan los paquetes Tech y Performance. El Focus ST, con 280 caballos derivados de su motor 2.3 EcoBoost, parte, según el configurador de la firma del óvalo, de 37.725 euros, descuentos aparte.