La historia del Opel Zafira A: 25 años del primer monovolumen compacto para muchas familias

La denominación Zafira sigue presente en la gama de Opel, pero en el nombre de un furgón de aspiraciones principalmente comerciales. Los monovolúmenes parecen cosa del pasado, de la misma manera que el Renault Espace que conocíamos pasó a tener un formato SUV en su última generación. El Espace fue un referente a seguir para el Zafira —puesto que el Scenic se parecía más por cotas—, y el pionero sobre suelo europeo en pisar este segmento. Lo cierto es que aquel suelo era demasiado pantanoso para cualquier fabricante de automóviles antes de convertirse en un filón para muchos de ellos. La primera Espace se fabricaba en pequeñas cantidades. El proyecto Eurovan —del que ya hemos hablado en SoyMotor.com— congregó a Peugeot, Citroën, Lancia y Fiat, e incluso el grupo Volkswagen unió esfuerzos con Ford para lanzar el Sharan, Alhambra y Galaxy. General Motors se unió a la contienda y decidió que su programa de desarrollo para la segunda generación de sus monovolúmenes americanos, ya con cierto éxito cosechado desde su llegada en 1984, se extendería también a la rama europea. Lanzado en 1997, el resultado fue el acertadamente nombrado Sintra —por ser asimismo una ciudad portuguesa—, que se fabricaría junto a sus homólogos americanos en la planta de GM en Georgia, Estados Unidos.

Ello repercutía en varias circunstancias especiales. La primera era el hecho de que los motores europeos —consistentes la mayoría en gasolinas de cuatro cilindros— eran enviados a la planta estadounidense para luego ser exportados de nuevo montados ya en los coches. La segunda eran unas calidades de fabricación que, así como al cliente americano le eran más indiferentes, en el Viejo Continente no pasaba ni mucho menos desapercibidas. El verdadero quebranto llegó con los test EuroNCAP de 1998, donde el Sintra obtuvo solo dos estrellas y media, con resultados preocupantes en las pruebas de choque frontal. Todos estos datos mellaron la confianza de los clientes hasta que finalmente, las bajas ventas dieron por cesar la producción en 1999, con poco más de 40.000 unidades comercializadas.

Por suerte para ellos, y quien sabe si porque desde GM Europea las vieron venir, tenían en la recámara un nuevo monovolumen más pequeño y diseñado expresamente bajo las directrices europeas del mercado: el Zafira.

¿Y cómo llegó a realizarse tan pronto tras el Sintra? Pues con la ayuda inestimable de… ¡Porsche! Sí, Opel proporcionó las bases como el diseño y la plataforma del nuevo Astra y los magos de Zuffenhaussen pusieron el ingenio para llevarlo a producción de manera pronta y efectiva. Entre otras cosas, como el sistema que dejaba extraer los asientos del maletero y que permitía habitabilidad para siete ocupantes, ellos mismos se encargaron de llevar a cabo los controles de calidad pertinentes, y todo ello en una carrocería monovolumen de solo 4,32 metros de largo, perfecto para el día a día de las familias europeas.

El rotundo éxito de este se vio reflejado en el primer año de venta, en 2000, con más de 204.000 unidades colocadas. Este éxito incluso atrajo a un invitado inesperado, Subaru, quien vendió el coche en el mercado japonés bajo el apelativo de Traviq. Aun con todo, solo terminó vendiendo apenas 12.000 unidades. En cuanto a las opciones mecánicas, el hecho de que se vendiera desde el principio con motor Diesel contribuyó a su buena fortuna. Las unidades más especiales, no obstante, son las OPC de 200 caballos, una auténtica rareza dentro de su segmento que lo convirtió en el monovolumen más rápido del mercado a su llegada en 2001, abalado por su aceleración de 0 a 100 kilómetros/hora en 8,1 segundos y su punta de 220 kilómetros/hora.

Baluarte asimismo de métodos de propulsión alternativos, aquel mismo año hizo su debut comercial el Zafira GNC, capaz de funcionar con gas natural comprimido ahorrando en emisiones nocivas y dinero a sus propietarios. Cabe comentar que entre 2000 y 2006, GM llevó a cabo pruebas con pila de combustible de hidrógeno cuya planta se basaba en el Zafira A. En el culmen del proyecto, lograron una autonomía de 400 kilómetros a una potencia de 60 kiloWatios, incluso dos unidades recorrieron en un evento promocional la distancia que separa Hammerfest, en Noruega, de Lisboa en Portugal.

Tras seis años, el Zafira A dio paso a su segunda generación en el año 2005, poco después de recibir un lavado de cara en 2003, pero no se llegaron a alcanzar las mismas cotas de gloria debido en gran medida al auge SUV, que ya comenzaba a aflorar. Como ejemplo, la tercera generación apenas logró colocar 100.000 unidades en un período de ocho años.