Este es el Lancia Stratos V10 que podría haber roto el cronómetro y que no conocías

No es la primera vez que alguna de las creaciones de Sbarro 'se cuela' en nuestra web. El modelo que hoy nos ocupa tiene un aire especial, pues es un homenaje directo a una leyenda y contó no solo con el apoyo de la marca, sino que se trataba de una petición expresa del departamento de diseño de Lancia al carrocero suizo. Nacía así el proyecto Ionos.

Mike Robinson había llegado al grupo Fiat a finales de los años 80 a petición de Chris Bangle, entonces jefe de diseño y que alcanzó posterior fama en BMW. Entre los diseños más conocidos de Robinson están el Lancia Thesis o la Fiat Ducato, además de muchos concept cars de Bertone, así que sabía lo que hacía cuando acudió a Sbarro y sus estudiantes con la premisa de crear un ''homenaje al Stratos, más en esencia que en diseño''. Se trataba de la segunda colaboración con el equipo de diseño suizo, tras el Issima realizado junto a Alfa Romeo.

Con aquellas premisas, el equipo de Sbarro creó un concepto que respiraba aroma a Stratos, aunque podría haber pasado por un modelo diferente, ya que muchos detalles del Sbarro se perdían en las nuevas formas orgánicas, tan de moda a finales de los noventa. El elemento más característico es su 'espina dorsal', que recorre el coche desde el logo frontal hasta la zaga y, una vez abiertas, las puertas con apertura vertical, en boga ahora en la industria… ¡china!

A lo largo de los meses de trabajo, pusieron de su parte otros pesos pesados del departamento de diseño del grupo Fiat, como Walter de Silva o Ermano Cressoni. Este último declaró: ''Cualquiera que esté familiarizado con las señas de identidad de Lancia puede encontrarlas reinterpretadas en el Ionos; cualquiera que no esté habituado a ellas verá una nueva y coherente forma de decir Lancia''.

Sus dimensiones eran tan contenidas como el modelo original, con una longitud de 3,60 metros y una escasa altura de tan solo 1,10 metros. El peso del conjunto quedaba en unos escasos 1.100 kilos.

UN V10 DE 400 CABALLOS

Lo mejor de todo es que no se trató de una simple interpretación estática. Como es norma para la escuela Sbarro, cada uno de sus trabajos es plenamente funcional, y el Ionos contaba con su propia mecánica, y vaya mecánica.

El equipo sabía que debían utilizar un conjunto mecánico especial, pero el baúl de piezas de Lancia era bastante convencional. De modo que se hicieron con dos unidades del motor de 2.4 litros y cinco cilindros en línea utilizado por la berlina Kappa del fabricante para formar, a fin de cuentas, un V10… O más bien un 'A 10', tal y como lo llamó Sbarro, pues los cilindros estaban dispuestos en posición invertida. Este tipo de triquiñuelas ya era algo relativamente común en 'Casa Sbarro', ya que el Super Twelve hizo lo propio con un par de mecánicas de motocicleta.

El conjunto motriz de 4.8 litros de cilindrada entonaba alrededor de 400 caballos, controlados a través de una caja de cambios de seis marchas de origen Porsche que distribuía toda esa potencia a ambos ejes. Y lo cierto es que el coche presentaba un auténtico puzzle de elementos, ya que el sistema de frenado se tomaba prestado de los Alfa Romeo 155 del DTM y los escapes eran Mercedes.

El chasis era el mismo concepto 'Dual Frame' que había patentado años atrás, muy parecido a los chasis antiguos, es decir, dividido en dos módulos, uno correspondiente a aglutinar los componentes mecánicos como el motor y suspensiones y otro destinado principalmente a ser el habitáculo. Sin embargo, Sbarro añadía una serie de cilindros neumáticos entre ambos que actuaban según las condiciones de la carretera y las deceleraciones, eliminando el cabeceo prácticamente en cualquier situación. El interior era bastante espartano, pero curiosamente se incorporó un sistema bastante avanzado de GPS.

Las prestaciones nunca llegaron a ponerse a prueba, aunque sus responsables afirmaban que la velocidad punta estimada se encontraría en unos 300 kilómetros/hora. Unas afirmaciones ambiciosas, pero que daban comienzo con el mismísimo nombre, Ionos, aportado por Cresoni, ya que con este coche ''apuntaban a alcanzar la ionosfera, la capa terrestre por encima de la estratosfera'', nada menos.

Hubiese sido bonito poder verlo por las calles, pero desgraciadamente, este proyecto tan solo estaba destinado a formar parte de los salones del automóvil y diversas exhibiciones, nunca a comercializarse. Se trata de un modelo único que actualmente se encuentra en las instalaciones de Sbarro, en Francia pero ¿servirá de inspiración para los futuros modelos de Lancia? Nunca lo sabremos, entretanto, podemos reconocer la espina dorsal exterior entrando en el habitáculo en los Bugatti, la apertura de puertas en los actuales McLaren y la cubierta de la zaga con entradas y salidas de aire en los AMG GT One. ¿casualidades, o un diseño que impactó a los diseñadores más jóvenes convertidos ahora en jefes de diseño? La respuesta solo la encontraremos en Sbarro.